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El día de la marmota en el Atlético: otro mercado de fichajes a la espera de vender

El Atlético de Madrid vuelve a afrontar un mercado veraniego donde tiene que vender para fichar. Una situación que los aficionados no entienden.

El Atlético de Madrid vuelve a afrontar un mercado veraniego donde tiene que vender para fichar. Una situación que los aficionados no entienden.
Cordon Press

¿Dónde está el dinero del Atlético de Madrid? Eso es lo que se preguntan desde hace años los aficionados rojiblancos cuando llega el mercado de fichajes estival y el club no acomete ningún traspaso sin antes vender jugadores. Un club que lleva diez años seguidos clasificándose para la Champions y que ha visto su presupuesto cuadriplicarse durante este periodo de tiempo, pero que no puede acudir al mercado sin antes hacer caja.

Este verano vuelve a suceder lo mismo. Los de Diego Pablo Simeone necesitan refuerzos en varios puestos clave del once: se busca un lateral diestro, un ‘5’ y un ‘9’, pero solo llegarán refuerzos a coste cero si no se suceden las ventas. Es el caso del mediocentro belga Axel Witsel, que va a llegar libre al Metropolitano y será el primer fichaje del verano. Mejor que nada deben de pensar los colchoneros y Simeone, pero es, sin duda, extraño que tras tantos años de éxitos deportivos y económicos la directiva siga sin abrir el grifo.

El pasado diciembre, el club sorprendió accediendo a vender en mitad de temporada a uno de sus futbolistas titulares, Kieran Trippier, que había sido clave para conseguir el título de Liga del curso anterior. Tampoco fue una gran venta: lo vendió por 15 millones al Newcastle. El sustituto fue Daniel Wass, que llegó por menos de 3 millones. ¿Qué pasó con esos 12 millones que quedaron tras la venta del inglés? Y es que la afición rojiblanca no entiende dónde se queda el dinero.

Hace cinco años el Atlético se mudó al Metropolitano dejando atrás al mítico Estadio Vicente Calderón con la excusa de que todo iban a ser ventajas económicas para el club de cara al futuro. La directiva vendió la idea de que con esa mudanza se superarían las estrecheces económicas, pero la realidad dista mucho de lo que prometieron. A pesar de llevar una década jugando la Champions, el Atlético sigue recordando a aquel equipo que cuando vendía a Fernando Torres, a Agüero o a Falcao tenía que encontrar soluciones buenas, bonitas y baratas.

Desde que el equipo juega en el estadio Metropolitano, se han marchado Rodrigo Hernández, Antoine Griezmann, Lucas Hernández y Thomas Partey, entre otros, dejando las arcas del club llenas. Es cierto que se produjeron fichajes caros también, como el de Joao Felix o el de Thomas Lemar, pero en el balance de estos diez años la partida de gastos coincide con la de ingresos. El Atlético no gasta más de lo que vende a pesar de tener un presupuesto cuatro veces mayor al de los años previos a entrar en Champions.

A todo esto se suma el cada vez mayor poder adquisitivo de cualquier club mediano de la Premier, algo que ha quedado aún más patente desde la pandemia. Hace unas semanas, el principal objetivo del Atlético, Boubacar Kamara, se marchó al Aston Villa inglés, que le ofrecía mejores condiciones económicas. Esa misma semana, ese mismo equipo, 14º este año en la Premier, se permitía el lujo de arrebatarle a todo un Sevilla a uno de sus centrales titulares, Diego Carlos. De forma que esto no es un problema aislado de algún club de LaLiga, es un problema generalizado que afecta a los más grandes.

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