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El Barcelona se tranquiliza y Ansu Fati está de vuelta

Da la sensación, con esta actuación de veinticinco minutos, que el jugador está ya bien, con la forma precisa para jugar desde el inicio.

Da la sensación, con esta actuación de veinticinco minutos, que el jugador está ya bien, con la forma precisa para jugar desde el inicio.
Ansu Fati celebra su gol ante la Real Sociedad | EFE

Fue entrar Ansu y el panorama cambió de manera radical. Como el mesías que aparece para solucionar todos los problemas, como esa figura que todo el mundo ansía. Fati tiene eso que muchos jugadores no tienen, esas cosas poco habituales, complicadas de encontrar en un futbolista.

Fue entrar Ansu y cambiar el partido. De la noche al día, de la oscuridad a ver claro el camino. Porque el Barcelona estuvo espeso en la primera parte dominado por la Real, con contragolpes donostiarras que hacían presagiar lo peor. No valió de casi nada el gol tempranero de Lewandowski porque empató enseguida la Real y, lo que es peor para este Barça de Xavi, se hicieron los locales con el dominio. Y eso en este equipo, tan preso del juego en ocasiones, es mala noticia.

Pero en la segunda parte todo cambió. Volcó el juego el equipo culé sobre la portería de Remiro, se sostuvo en la pelota y no en el juego de transición. La Real amenazó con un gol bien anulado por el colegiado pero dejó de existir cuando Ansu Fati entró en el campo. Ya nada fue igual para los locales que perdieron el control. El canterano azulgrana le dio el segundo y el tercer gol a Dembele y Lewandowski y anotó el cuarto. Eso es participar en un partido, ser crucial.

Y da la sensación, con esta actuación de veinticinco minutos, que el jugador está ya bien. Está ya con la forma precisa para jugar desde el inicio. Xavi ha probado dos partidos con pocos minutos para observarle pero sabe que tarde o temprano tendrá que ser titular. Quizá ante el Valladolid, el domingo en el Nou Camp, sea la ocasión definitiva.

Y eso es buena noticia para el chaval, para el Barcelona y para la selección española. Luis Enrique le tiene en su agenda como principal baza en ataque. Le va a esperar como agua de mayo y para el seleccionador es oro todo lo que está haciendo porque sabe que le va a necesitar. Pasó Ansu Fati la prueba definitiva, la que muchos esperaban muy expectantes porque de esas lesiones no se sale siempre bien. Hay que tener paciencia y la están teniendo con el chaval, básico para una buena temporada azulgrana y un buen mundial de nuestra selección.

Lo que no tengo claro es la posición exacta que se verá afectada por la entrada de Ansu. Con las posibilidades de Xavi en ataque cualquiera que se quede fuera va a ser una figura. Pero se empieza a atisbar que Ferrán es el que desentona más. La pieza menos apreciada y la favorita para salir del equipo. Al ex de Valencia y City se le ve, incluso, temeroso a la hora de tirar. Como quien se sabe criticado por la falta de gol y lo deja de intentar por el qué dirán.

Lo malo no es sólo eso. Sucede que, quizá, tenga que salir otro en los onces habituales. Ya sabemos que hay muchos partidos a lo largo del año pero estamos hablando de un once tipo que, aunque complicado que lo tenga un equipo grande, lo debe empezar a diseñar Xavi. En ese once, si entra Ansu, Rapinha, el propio Dembele y Ferrán tienen complicado estar siempre.

Mientras Xavi se decide y mientras resuelve dudas que nos dejaron partes del partido de este domingo, el Barcelona ganó que, al menos, pone un poco de tranquilidad. Entre tanto el técnico se piensa jugar con tres atrás, algo arriesgado y de dudosa utilidad si los extremos no crean superioridad como ayer en la primera parte. Mientras, se espera a Koundé y los ánimos se tranquilizan para aproximarse a una temporada más cerca de los títulos. Desde luego con Ansu Fati en el campo será más fácil.

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