
Al menos 125 personas, entre ellas 17 niños, han muerto en la región javanesa de Malang, (Indonesia) como consecuencia de los disturbios registrados en el estadio de Kanjuruhan tras un partido de fútbol entre los equipos del Arema FC y el Persebaya Surabaya, cuando las fuerzas de seguridad respondieron a una invasión del campo con el uso de gases lacrimógenos que ocasionaron una enorme estampida humana en el estadio.
Aunque en un primer momento se informó de que podría haber hasta 174 muertos, finalmente las autoridades de Indonesia han rebajado la cifra hasta 125, alegando un error de registro. El número de heridos se eleva hasta 323.
La espiral de violencia empezó cuando unos 3.000 hinchas del equipo perdedor irrumpieron en la cancha y empezaron a atacar a los jugadores, lo que desató un duro enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, que utilizaron gases lacrimógenos en un intento de frenar los ataques.
El inspector general jefe de la Policía de Java Oriental, Nico Afinta, ha afirmado que los guardias de seguridad tomaron medidas preventivas y de distracción para que "el caos no escalara" lo que ha incluido el uso de gases lacrimógenos.
El responsable de la Policía ha confirmado que 34 personas murieron en el estadio, mientras que el resto lo hicieron durante su traslado al hospital. La mayoría de ellos lo hicieron por falta de oxígeno durante la estampida, según ha informado la agencia DPA.
Además, Anfita ha trasladado que otras 180 se encontraban a la espera de ser atendidas en los hospitales cercanos al campo de fútbol.
Por su parte, la federación de fútbol indonesia PSSI ha manifestado que "lamenta las acciones de los fanáticos" y ha informado de que ha creado un equipo de investigación que se ha trasladado hasta la ciudad de Malang, donde se sitúa el estadio.
Además, PSSI ha señalado que apoya a la Policía en la investigación del caso y ha asegurado que este incidente "está manchando la cara del fútbol indonesio".
"Por el momento, detendremos la competición de la Liga 1 2022/2023 durante una semana. Además, el equipo Arema FC tiene prohibido ser anfitrión por el resto de la competición esta temporada", ha señalado la federación en una nota de prensa.
El presidente indonesio, Joko Widodo, ha lamentado la tragedia en un comunicado oficial en el canal de YouTube de la Secretaría Presidencial, según recoge Suryamalang. Además ha pedido que las víctimas obtengan "los mejores servicios médicos" y ha expresado sus condolencias a los allegados.
El ministro de Seguridad, Mahfud MD, ha explicado, tras comunicar sus condolencias a los familiares de las víctimas, que los hechos se han producido por hacinamiento, al haberse vendido aproximadamente 4.000 entradas más. "El número de espectadores que se ajustaría a la capacidad del estadio es de 38.000 personas (...), pero el partido se mantuvo anoche con 42.000 entradas anotadas".
"Necesito enfatizar que la tragedia de Kanjuruhan no es un enfrentamiento entre los partidarios de Persebaya y Arema", ha escrito el ministro en una publicación de Instagram. "Los seguidores en el campo son solo de Arema. Por lo tanto, las víctimas generalmente han muerto por empujar, apretar, pisotear y falta de aire. No hubo víctimas de palizas o acoso entre partidarios", ha explicado, tras anunciar que había recibido información oficial de la Policía.
Por su parte, el ministro de Deportes, Zainudin Amali, que también ha lamentado lo sucedido, ha expresado que espera que algo así no vuelva a suceder y ha apuntado que se debe formar a los espectadores. "Por supuesto que estoy muy preocupado por este incidente, sobre todo porque la causa es no aceptar que su equipo de fútbol favorito perdió, no puede ser así. Esto es un deporte", ha expresado.