Con la llegada de la segunda mitad del siglo XX, las historias sobre presencias de Objetos Voladores No Identificados, extraterrestres, alienígenas… vivieron un auge gigantesco. Imaginamos que algo, o mucho, tuvo que ver el inicio de la carrera especial. El mundo de la cultura, especialmente del cine, contribuyó mucho a ello. Y el fútbol, como en todas las facetas de la vida, tampoco escapó a este tipo de leyendas.
De hecho, el capítulo vivido en Florencia hace justo ahora 68 años se cuenta como uno de los ‘avistamientos’ más detallados y documentados.
Todo sucedió el 27 de octubre de 1954. En el entonces Stadio Comunale (hoy Artemio Franchi) de Florencia se disputaba un partido amistoso entre el conjunto local, la Fiorentina, y la Pistoiese, equipo vecino. Aquello era un derbi y, pese a que no era un encuentro oficial, congregó a unos 10.000 espectadores en las gradas.
Y todos y cada uno de ellos quedó atónito al contemplar lo que sucedía en el cielo a los pocos minutos de arrancar la segunda mitad del encuentro. El estadio quedó en silencio. Nadie daba crédito a lo que estaba viendo. Los jugadores también se detuvieron. La pelota dejó de rodar. Todos miraban hacia arriba. Hacia aquello que eran totalmente incapaces de comprender. Pero que, sin duda, estaban viendo.
"Lo recuerdo con todo lujo de detalles. Había un objeto que lucía como un huevo que se movía lentamente. Había algo plateado y brillante en el cielo. Estábamos impresionados, nunca habíamos visto algo así en el cielo. Nos quedamos todos impactados", declararía a la BBC el futbolista de la Fiorentina Ardico Magnini.
¿Era un OVNI? ¿Eran extraterrestres sobre el campo de fútbol? "En esos años todos hablábamos de extraterrestres y de ovnis, y tuvimos una experiencia real. Los vimos directamente y de verdad", manifestaría otro futbolista presente en aquel encuentro, Romolo Tuci.
El partido fue suspendido
Ante lo que estaba aconteciendo, y viendo que todo el estadio quedó mudo contemplando aquel extraño suceso, el árbitro del encuentro no tuvo más remedio que suspender el mismo. "El encuentro fue suspendido porque los espectadores vieron algo en el cielo", reflejaría en el acta.
Posteriormente, de repente, aquel extraño objeto desapareció, y en ese preciso instante comenzó a ‘nevar’ sobre el césped. Una especie de nieve pegajosa y filamentosa, como una lluvia de telarañas.
Un ‘avistamiento’ que se viviría también en otros lugares icónicos de la ciudad, como la Catedral de Santa María del Fiore, o la Piazza Santa Croce.
En las horas siguientes fueron multitud los reportes que se registraron sobre aquel suceso. Procedentes incluso de diferentes zonas de la Toscana. Estaba claro que no se trataba de ningún paranoico o ningún obsesionado con los ovnis de la época. Tampoco podía tratarse de un caso de histeria colectiva.
Giovani Canneri, profesor del Instituto de Química Analítica de la Universidad de Florencia, recogió alguno de esos filamentos y estudió su composición: calcio, silicio, aluminio, magnesio, hierro y boro.
Unos días después el CICAP (Comité Italiano para la Investigación de Afirmaciones Pseudocientíficas, una organización educativa italiana cuyo objetivo principal es promover la investigación científica de los supuestos fenómenos paranormales y pseudocientíficos) establecía dos posibles teorías.
Por un lado, que se tratara de un caso extremo de ballooning o vuelo arácnido, un fenómeno producido por una especie particular de arañas que emigran en masa por los aires, alcanzando distancias de hasta 50 o 60 kilómetros. De ahí provendría aquella lluvia filamentosa. Y es cierto que la fecha del partido coincide con el periodo de migración de aquellas arañas. Pero también lo es que la sustancia química recogida por Canneri no coincide del todo con la producida por las telarañas.
La otra hipótesis sería un simple reflejo en el cielo de cierta sustancia usada por aviones militares que buscaban un sistema para confundir los radares enemigos.
Sea como fuere, ninguna de las teorías ha podido demostrarse, y con el paso de los años parece complicado que pueda hacerse. El misterio todavía continúa. Un misterio, un suceso, que provocó el estupor de un país entero, y del que no puede descartarse ninguna de las hipótesis. Ni las más absurdas. Porque nada se ha podido probar.
Lo único cierto es que aquel partido entre la Fiorentina y la Pistoiese disputado el 27 de octubre de 1954 fue suspendido por el árbitro "porque los espectadores vieron algo en el cielo".