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Messi y el Dibu meten a Argentina en las semifinales tras ganar a Holanda en los penaltis (2-2)

Holanda forzó la prórroga en el último segundo pero se quedó en la orilla. Messi estuvo magistral y el Dibu Martínez apareció en los penaltis.

Holanda forzó la prórroga en el último segundo pero se quedó en la orilla. Messi estuvo magistral y el Dibu Martínez apareció en los penaltis.
Messi y el Dibu Martínez celebran la victoria en los penaltis contra Holanda | EFE

Messi y Dibu Martínez se convirtieron en los héroes de Argentina en cuartos de final. La albiceleste ganó en la tanda de penaltis frente a Holanda en el partido con el final más loco e improbable en lo que llevamos de Mundial. La oranje empató en el último segundo del partido para forzar la prórroga. Wout Weghorst, que entró en la segunda parte, metió dos goles en los últimos minutos, pero no fue suficiente para los europeos. En la tanda fatídica, el 'Dibu', que ya había estado colosal, atajó dos penaltis para frustrar el milagro holandés y darle vida al sueño argentino.

Se le aparecieron los fantasmas del pasado a Leo Messi y a una Argentina que vio cómo los balones al área de Holanda, con unos Luuk de Jong y Weghorst gigantes, empataban un partido que estaba siendo cómodo y plácido para la campeona de América. El astro argentino, autor de una asistencia magistral y de un gol de penalti, sigue soñando con conquistar su Mundial.

La historia se repitió ocho años después. De la misma forma cruel para Holanda, se llegó a los penaltis tras una meritoria reacción final que resucitó a un equipo totalmente abatido. Murió en la orilla el equipo de Louis Van Gaal, igual que en Brasil 2014 y contra el mismo rival.

Argentina jugó a lo que quiso y Messi decidió

Scaloni sorprendió con el once. El técnico cambió de sistema, introdujo a un defensa más para hacer una línea de cinco, y sentó a Di María. Argentina entregó el balón a una Holanda estéril con el esférico. La albiceleste golpeaba a la contra y la oranje apenas inquietaba al Dibu Martínez.

Leo Messi volvió a brillar en Lusail. Puede dar la sensación de no estar, de transitar por zonas sin influencia en el juego y, de pronto, tirar de su inagotable repertorio encontrando cualquier genialidad que condiciona un partido. Eso sucedió en el minuto 33, cuando Messi se inventó un pase que absolutamente nadie en el Estadio de Lusail, con capacidad para 90.000 personas, pudo siquiera ver. El ex del Barça filtró un pase de otra galaxia para que Nahuel Molina superara en el mano a mano a Noppert.

No había noticias del ataque holandés. Ni el prometedor Cody Gakpo ni Memphis Depay aparecieron. Tampoco pasó buenos ratos Frankie De Jong, sin relevancia en el centro. Argentina jugaba a lo que quería y tras el descanso la historia fue similar.

Acuña provocó un penalti frente a Dumfries, y Messi hizo el segundo gol del partido, engañando a Noppert. El partido, a falta de 20 minutos para el final, parecía resuelto, pero en Lusail aguardaba el final más loco y agónico de lo que llevamos de competición.

Al fútbol también se puede jugar con balones al área

Incapaz Holanda de tirar a puerta durante el partido, agitó el equipo Van Gaal con movimientos del banquillo. Quitó a Depay y tiró de Teun Koopmeiners y de Steven Berghuis, en busca de más profundidad y mayor velocidad con la pelota. La clave llegó con las entradas de Luuk de Jong y de Wout Weghorst. Dos delanteros tanque, de los de toda la vida, que demostraron que el balón al área sigue siendo una eficaz manera de jugar al fútbol: guste más o menos. Y lo demostraron.

Wout Weghorst recortó distancias con un gran cabezazo y resucitó a su equipo. Se atrincheró Argentina en su área mientras Holanda seguía mandando balones a la olla. El tiempo de descuento llegó hasta los 10 minutos, y fue en la última acción del partido, con una brillante jugada ensayada de falta, cuando Weghorst empató, desatando la locura de la selección holandesa. Messi se quejó mucho de la falta pitada por Mateu Lahoz, e incluso habló del español tras el partido: "No diré nada porque me sancionarán, pero la FIFA no puede poner a un árbitro así para un partido de este nivel". 15 amarillas sacó Mateu, en el que ya es el segundo partido con más amonestaciones de la historia de los Mundiales. Desesperó a uno y otro equipo con sus agotadoras charlas durante el partido. La realidad es que el show del valenciano sobra. En España y en los Mundiales.

En la prórroga Argentina mereció más. Acosó el equipo de Lionel Scaloni a una Holanda que buscaba los penaltis. Se topó Enzo Fernández con el palo en la última ocasión de la prórroga. No merecía perder la albiceleste, y el fútbol, esta vez, fue justo. Mención especial a la tensión entre los dos equipos y el pique entre los jugadores. Incluso, Messi se enzarzó con Weghorst en la zona mixta tras el partido.

Antes, en los penaltis, el Dibu se vistió de héroe, detuvo los dos primeros lanzamientos de Holanda, y Argentina venció 4-3 en la agónica tanda final. Lautaro Martínez hizo el definitivo para una albiceleste que explotaba de júbilo. Lloraban Messi y Martínez de la emoción. El sueño argentino sigue vivo en Qatar. Próxima cita: el martes frente a Croacia, verduga de Brasil, en los penaltis. Messi contra Modric: "The Last Dance".

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