
El Chelsea vuelve a estar en el ojo del huracán futbolístico tras haberse gastado más de 400 millones de euros en fichajes esta temporada, y la UEFA quiere poner fin a las artimañas de los londinenses para sortear el Fair Play financiero. Los contratos de larga duración que está firmando el nuevo propietario estadounidense de los blues, Todd Boehly, aprovechan un vacío legal que la UEFA quiere subsanar.
La historia comienza en verano. Todd Boehly, empresario e inversor estadounidense, decide comprar el Chelsea, que hasta entonces había sido propiedad del magnate ruso Roman Abramovich. Tras la invasión de Rusia a Ucrania, el Gobierno británico forzó al propietario "blue" a que vendiese la entidad tras casi dos décadas de ser su propietario.
El fútbol se transformó en 2003 cuando el multimillonario Abramovich compró el Chelsea por 140 millones de libras, dando así inicio al fútbol de los magnates, jeques y estados. En 2022 el Chelsea comienza a protagonizar un nuevo paradigma nunca visto antes en el fútbol: contratos de futbolistas que alcanzan los ocho años de duración.
Calcar el modelo del beisbol en el mundo del fútbol
La fórmula de Todd Boehly es plasmar en el Chelsea lo que lleva años haciendo en Los Ángeles Dodgers, en la liga de beisbol norteamericana (MLB). El empresario es uno de los dueños del equipo californiano y ha decidido adoptar la misma estrategia de fichajes en el Chelsea. Sin embargo, las razones son distintas.
El motivo principal es que estos contratos permiten al club eludir el Fair Play Financiero de la UEFA. El multimillonario fichaje de Mijailo Mudryk es el ejemplo más claro de lo que pretende el Chelsea: con un traspaso cercano a los 100 millones de euros, un contrato de ocho años y medio permitirá que la amortización del futbolista por temporada sea mucho menor.
Mudryk no es el único ejemplo. Estas son las duraciones de los contratos de los futbolistas que ha firmado el Chelsea desde este verano:
- Marc Cucurella: 2028 (seis temporadas)
- Gabriel Slonina: 2028 (seis temporadas)
- Carney Chukwuemeka: 2028 (seis temporadas)
- Cesare Casadei: 2028 (seis temporadas)
- Wesley Fofana: 2029 (seis temporadas)
- Benoit Badiashile: 2029 (siete temporadas)
- Detro Fofana: 2029 (siete temporadas)
- Mykhailo Mudryk: 2031 (ocho temporadas y media)
Una política de fichajes legal en Inglaterra pero ilegal en ciertos países como en Italia, donde se restringe a cinco temporadas la duración máxima de un contrato para un futbolista profesional. Llama la atención porque la FIFA en su Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores (artículo 18.1) estipula lo siguiente:
"La duración mínima de un contrato va desde la fecha de entrada en vigor hasta el final de la temporada, mientras que la duración máxima de un contrato es de cinco años. Los contratos de cualquier otra duración sólo se permiten si cumplen con las leyes nacionales".
El Reino Unido no restringe el número de años por los que puede firmar un futbolista profesional en un club, algo que adultera por completo el Fair Play Financiero por el agravio comparativo que se produce entre los equipos Premier League y otros conjuntos que compiten en Champions. No es la primera polémica que surge en estos temas: el City ya fue sancionado en su día por incumplir las normas financieras, pero el TAS intervino para tumbar la sanción de la UEFA. Llueve pues sobre mojado.
La reacción de la UEFA
La UEFA, que lleva enemistada con el Big Six de la Premier League desde el anuncio de la Superliga, en abril de 2021, está muy molesta con los gastos del Chelsea. La fórmula de alargar los contratos ha hecho saltar las alarmas, y el organismo que preside Aleksandr Ceferin ya trabaja para salvaguardarse: limitar a un plazo máximo de cinco años la amortización de cualquier fichaje. Esto significaría que, independientemente de la duración del contrato, la UEFA contemplaría un máximo de cinco años.
Un movimiento al que está muy atento el Real Madrid de cara a este verano. El campeón de Europa tiene como objetivo el fichaje de Jude Bellingham, cuyo traspaso será el más alto jamás pagado por el club blanco, superando al de Eden Hazard. Florentino Pérez, protagonista de algunos de los fichajes más caros de la historia del fútbol español, siempre ha firmado contratos más largos de lo habitual cuando ha contratado a jugadores caros. Cristiano Ronaldo, Gareth Bale y Aurélien Tchouaméni, por ejemplo, firmaron todos por seis temporadas. Cabe destacar que en España no hay límite de años, igual que en Reino Unido.
La realidad es que, más allá de la UEFA, el control financiero de la propia Liga no ayuda a los equipos españoles, que llevan años viendo cómo están obligados a hacer malabarismos para inscribir a cualquier jugador mientras ven cómo otros equipos de la zona media o baja de la tabla en Inglaterra son capaces de gastarse 60 millones en una ventana de fichajes. Un agravio comparativo que invita a la reflexión si se quiere evitar que la Premier League se convierta en la verdadera Superliga del fútbol.