
Una vez cerrado el mercado de invierno, que ha vuelto a encender la mecha del eterno conflicto entre Javier Tebas y el Fútbol Club Barcelona, en el club catalán hay miedo a lo que puede suceder en verano: la Liga no hará la vista gorda con las cuentas de los azulgrana. Joan Laporta y su directiva deben reducir 200 millones de euros de masa salarial para poder inscribir nuevos futbolistas, pero, ¿de dónde salen estas cifras?
Antes que nada, hay que empezar con la explicación del famoso y polémico límite de masa salarial, que tanto preocupa al Barça y a la mayoría de clubes de la Liga. Se trata de una herramienta que creó la Liga con el respaldo de los clubes para controlar que los equipos tengan un techo en el coste de sus plantillas para que se pueda obtener un equilibrio presupuestario, es decir, que no se pueda gastar más de lo que se ingresa. Una herramienta que no existe en la Premier League y de la que tanto se queja Javier Tebas, pues la UEFA sugiere que todas las ligas cuenten con una filosofía similar.
El caso es que en España, tras la pandemia, han sido muchos los clubes que han excedido el límite salarial. ¿Es obligatorio respetarlo al inicio de cada temporada? No, pero la capacidad de inscribir jugadores se reduce con la norma del 40 %, provocando que el club tenga que liberar masa salarial a la fuerza.
Y bien, ¿qué es la norma del 40 %? Una regla que obliga a los clubes que exceden el límite de masa salarial a solamente poder gastar un 40 % de lo que ingresan. Es decir, si un club libera 1 millón de euros podrá solamente gastar 400.000 euros hasta que deje de incumplir el límite de la masa.
¿Cómo se calcula el límite de masa salarial?
La fórmula con la que lo explica la Liga es sencilla: se corresponde a los ingresos totales restando los costes estructurales, es decir, aquellos costes que son de ámbito extradeportivo. Por lo tanto, los costes que se incluyen son los que afectan a los jugadores y al cuerpo técnico del primer equipo: salarios, amortizaciones, derechos de imagen, primas e indemnizaciones.
Los ingresos ordinarios del Barcelona oscilarán sobre los 750 millones de euros. En este cálculo no se incluyen las famosas palancas del pasado verano. Uno de los principales problemas ha sido la temprana eliminación en Champions con la que no contaba el club a principio de temporada. Y es que los gastos ordinarios ordinarios del club se aproximarán a los 965 millones de euros, de los cuáles unos 300 millones corresponden a costes estructurales. Es decir que, aplicando la fórmula anterior, el límite de masa salarial para la próxima temporada del Barça debería aproximarse a los 450 millones de euros (750M € de ingresos – 300M € de costes estructurales).
Los 200 millones de euros que se deben liberar
A principios de septiembre, la masa salarial del Barça se acercaba a los 625 millones de euros. Lejos de los 450 millones, aproximadamente, que le corresponden al club. De ahí salen los casi 200 millones de euros de los que tanto ha hablado el presidente de la Liga, Javier Tebas. Aunque el vicepresidente económico azulgrana Eduard Romeu ya lo dijo en una de las ruedas de prensa que celebró el Barcelona tras las auditorías.
Para la sostenibilidad económica de la entidad es imprescindible liberar esa cifra, que ya se ha empezado a hacer con la retirada de Piqué, la más que posible salida de Busquets a final de temporada y las ventas de otros activos como Memphis Depay. La pregunta es: ¿es posible reducir esa cifra antes de este verano? Sí, pero tienen que ser traspasados jugadores sin amortizar. Ferran Torres, Raphinha o Lewandowski, que costaron de 45 a 65 millones de euros hace seis o doce meses no solucionarían el problema. Además, sus salarios son muy inferiores a los que todavía perduran desde la época de Bartomeu.
Los jugadores que liberarían esa masa salarial
La retirada a mitad de temporada de Piqué ha sido todo un alivio económico. El adiós de Busquets en junio podría generar también mucha reducción: cobra 24 millones de euros brutos y todavía se le debe una temporada entera con esa misma cifra, es decir, otros 24 millones de euros aproximadamente. El capitán termina contrato en junio y salvo sorpresa, su destino parece estar en la MLS.
Otro caso es el de Jordi Alba, al que ya intentó colocar Mateu Alemany el verano pasado. El lateral tiene contrato hasta 2024 y no quiere salir del club. A pesar de la explosión de Alejandro Balde, se antoja complicado que el de L’ Hospitalet salga en el próximo mercado.
¿Qué más jugadores generarían un ahorro económico? Los hay, pero hay que descartar de la lista a aquellas piezas intocables para Xavi y el club: Pedri, Gavi, Araujo o Balde no saldrán bajo ningún concepto. A partir de ahí, hay varios nombres que tienen todas las papeletas para salir: algunos traspasos serían dolorosos pero inevitables, como el de Dembélé (amortizado tras su última renovación) y que podría abandonar el club por 50 millones de euros en verano.
También está el nombre de Ansu Fati, que no ha recuperado su nivel tras la lesión y cuyo valor de mercado ronda los 50 ‘kilos’ también. Eric García o Kessié, que llegaron gratis, generarían también ahorro, con traspasos que podrían alcanzar los 15 o 20 millones de euros. Sin olvidar a Frenkie De Jong, cuya amortización pendiente ronda los 25 millones de euros y sabiendo que el Manchester United está muy obsesionado con él, un traspaso de 90 o 100 millones de euros que alegraría las arcas del club.
Lo que parece inevitable es que el Barça en verano del 2023 está abocado a la regla del 40 %, la misma que no le ha permitido fichar en enero, a la espera de que se terminen los diferimientos y algún contrato como el de Jordi Alba, ya con la vista puesta en 2024. La operación salida se antoja complicada en estos próximos meses y, por lo tanto, la carpeta de llegadas depende totalmente de lo que suceda con De Jong, Dembélé , Ansu Fati y compañía.