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Las oscuras maniobras de Enríquez Negreira: así influía en los ascensos y descensos de los árbitros

Utilizaba su cargo en la Federación y su empresa, que vivía de los millonarios pagos del Barça, para condicionar las actuaciones de los colegiados.

Utilizaba su cargo en la Federación y su empresa, que vivía de los millonarios pagos del Barça, para condicionar las actuaciones de los colegiados.
José María Enríquez Negreira, vicepresidente del CTA entre 1994 y 2018. | Captura

El caso Negreira o Barçagate, sobre la presunta de compra de árbitros por parte del FC Barcelona, está más candente que nunca. La Fiscalía Provincial de Barcelona sigue indagando sobre este escabroso asunto: tal y como adelanta este jueves Libertad Digital en una información firmada Miguel Ángel Pérez, pretende finalizar la investigación en un plazo no superior a los quince días —en dicho período decidirá si archiva el caso o, por el contrario, presenta una querella por la vía penal con la correspondiente actuación de un juez instructor—, aunque será el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, quien tenga la última palabra por "tratarse de un asunto de especial trascendencia", según fuentes fiscales consultadas por LD.

Mientras tanto, varios árbitros en activo han salido a la palestra para reconocer que la figura de José María Enríquez Negreira, vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) desde 1994 hasta 2018, ha sido muy relevante en sus carreras como colegiados.

Enríquez Negreira, que fue la mano derecha de Victoriano Sánchez Arminio en el CTA hasta la llegada de Luis Rubiales a la presidencia de la Federación Española de Fútbol (RFEF) —a partir de entonces fue el madrileño Carlos Velasco Carballo quien se hizo cargo del comité arbitral, desde mayo de 2018 a noviembre de 2021, cuando a su vez Luis Medina Cantalejo lo relevó en el cargo—, estuvo cobrando un total de cerca de 7 millones de euros por parte del Barça durante 17 años, desde 2001, aunque la investigación se centra en los 1,4 millones que Negreira recibió durante los años 2016, 2017 y 2018.

Según ha venido informando LD, este excolegiado catalán era una figura más institucional que ejecutiva en el Comité Técnico de Árbitros, pero eso no le restaba poder bajo el paraguas de Arminio: él era el encargado de llamar a los colegiados para comunicarles si ascendían a Primera División o, por el contrario, bajaban a Segunda. Así lo ha corroborado también el excolegiado Rafa Guerrero, colaborador habitual de El Primer Palo —el programa deportivo nocturno que Juanma Rodríguez dirige y presenta en esRadio—, al señalar que "se encargaba de llamarte cuando descendías y cuando ascendías. Tenía acceso a los informes de la actuación de cada árbitro. si puedes acceder a ellos, puedes utilizarlos", destaca. "Era la mano derecha de Sánchez Arminio. Cuando se forma el Comité se lo lleva con él como una persona de total confianza. ¿Que cuál era su papel? Su papel era el de no hacer muchas cosas. Estaba en todos los sitios. Nunca decidía nada, pero comunicaba los ascensos y los descensos", añade Rafa Guerrero.

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Victoriano Sánchez Arminio (i) y Enríquez Negreira, presidente y vicepresidente del CTA hasta 2018. | Archivo

Así, algunos árbitros en activo como el canario Hernández Hernández, que pita en Primera División desde 2012, o el murciano Sánchez Martínez (en la máxima categoría del fútbol espñaol desde 2015), desvelaron hace unos años que Negreira era el encargado de comunicar los ascensos a LaLiga Santander de los árbitros, sin lógicamente ser conscientes todavía del enorme calado que tendría este hecho.

Y es que esa llamada no es una comunicación cualquiera. Pese a su papel más institucional dentro del CTA, Enríquez Negreira era el encargado de ir avisando a los árbitros qué hacían mal y qué hacían bien en los partidos. Lo cierto es que los colegiados de Primera se reunían muy poco o casi nada con el vicepresidente del Comité, pero él los iba llamando para comunicarles novedades relevantes. Negreira no entraba en los asuntos diarios del CTA —designaciones arbitrales, informes...—, pero sí se encargaba de comunicar a los colegiados ascensos en su carrera, ya sean de categoría (de Segunda a Primera, por ejemplo) o por internacionalidades.

Una comunicación importante pese a su papel escasamente ejecutivo en el organismo que, además, cobra mayor relevancia tras desvelarse que Dasnil 95 SL, la empresa creada en 1995 por Enríquez Negreira —un año después de entrar en el CTA— y administrada por su hijo, Javier Enríquez Romero, desde 2002, vivía casi exclusivamente del Barcelona gracias a las labores de coaching arbitral que hacía a la entidad culé. En este sentido, cabe destacar que Dasnil 95 SL dejó de facturar en junio de 2018, cuando Enríquez Negreira abandonó el Comité Técnico Arbitral.

Premio a los árbitros que se equivocan a favor del Barça

Volviendo a los ascensos de los árbitros, además de una alegría deportiva también era un plus económico para los colegiados Arbitrar en Primera División no es lo mismo que hacerlo en Segunda. Tampoco es lo mismo hacerlo en competiciones europeas que no llegar nunca a la condición de internacional. Según vienen denunciando distintos medios desde hace una semana —entre ellos Libertad Digital—, el Comité Técnico de Árbitros premiaba a los árbitros que se equivocaban a favor del Barça en la época de los pagos a Negreira (2001-2018) y castigaba a quienes fallaban a favor del Real Madrid mandándoles a la famosa nevera (una o varias jornadas sin pitar).

Los casos más escandalosos

Hay varios casos que muestran cómo el CTA no sólo no mandaba a la nevera a los colegiados que se equivocaban a favor del Barça, sino que además les ascendía de estatus y les daban premios como la internacionalidad o dirigir grandes partidos como finales de Copa del Rey o algunos Clásicos, por poner algunos ejemplos.

En febrero de 2005, en un Barcelona-Atlético de Madrid, y con los rojiblancos ganando por 0-1, Mejuto González pitó un penalti de Luis Amaranto Perea a Samuel Eto'o en una acción que se había producido un metro fuera del área. Fue un gran escándalo en una liga que el Barça acabó ganando por delante del Real Madrid (sólo cuatro puntos de ventaja en la clasificación final). Meses después, Mejuto fue designado como árbitro para el Mundial de Alemania 2006, aunque finalmente el colegiado asturiano no pudo acudir al torneo por lesión de uno de sus asistentes.

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Manuel Enrique Mejuto González, pitando un partido del Barça en 2010. | Archivo

En 2007 se vivió una de las ligas más igualadas y emocionantes de la historia. Fue la de Fabio Capello con el famoso gol tamudazo en un derbi catalán en el Camp Nou, con el arbitraje del castellano-leonés Rodríguez Santiago. En esa penúltima jornada liguera, en la que el Real Madrid empató en Zaragoza y a la vez el Espanyol le igualaba al Barça, el club azulgrana se adelantó en el encuentro con un escandaloso gol con la mano de Leo Messi, aunque Raúl Tamudo empató en el último segundo y la Liga acabaría yendo al Santiago Bernabéu. Días después de su escandaloso arbitraje, Rodríguez Santiago fue designado para pitar la final de Copa del Rey, que el Sevilla le ganó al Getafe (1-0).

A la inversa, se da la circunstancia de que el colegiado que se equivocaba a favor del Real Madrid, sí era castigado y enviado a la nevera. Así ocurrió con Daudén Ibañez en febrero de 2007 (jornada 24), cuando se equivocó en contra del Atlético y no dio un gol legal a Perea en un derbi. En las 14 jornadas restantes sólo pitó un partido cuando era uno de los árbitros más experimentados de Primera División.

El cántabro Pérez Burrull fue el árbitro que expulsó a Juanfran Torres, cuando estaba en Osasuna, al entender que había simulado en dos penaltis. Ambos eran. Este colegiado, que llegó a llamar al futbolista para disculparse, fue directo a la nevera: de los siguientes 19 partidos solo pitó cuatro. En 2013 Paradas Romero dejó el arbitraje a los 40 años (cinco años antes de lo previsto) después de recibir presiones del CTA —cuyo vicepresidente era Enríquez Negreira— por no expulsar a José Mourinho, que por entonces estaba en su tercera y última temporada como entrenador del Real Madrid.

Las notas de los árbitros

El Reglamento de la Federación Española determina que en Primera División el número de árbitros es de 20 y en Segunda, de 22 (coincidiendo con el número de equipos en ambas categorías). Al final de cada temporada, dos árbitros de Primera descienden a Segunda División y dos árbitros de Segunda ascienden a Primera (artículo 170.4 del Reglamento).

Estos ascensos y descensos dependen de la clasificación de los árbitros, elaborada en base a las valoraciones que realizan los delegados-informadores en cada jornada, según establecer el artículo 174.3 del Reglamento de la Federación, que dicta que "el delegado-informador debe informar y calificar la actuación del árbitro en cada partido a través del modelo oficial aprobado por la RFEF".

En concreto, los delegados-informadores deben evaluar la actuación técnica del árbitro, el control del partido, su personalidad, el régimen disciplinario y su condición física. Dichos parámetros se concretarán en una nota, en base a la siguiente escala de evaluación:

9,0 – 10: Actuación excelente
8,5 – 8,9: Altamente encomiable actuación
8,0 – 8,4: Actuación correcta/eficiente
7,8 – 7,9: Normal (con un error claro importante)
7,5 – 7,7: Satisfactorio (con importantes puntos a mejorar)
7,0 – 7,4: Decepcionante (por debajo de las expectativas)
6,0 – 6,9: Muy insatisfactorio (pobre actuación)
5,0 – 5,9: Inaceptable (muy pobre actuación)

De estas notas informaba Enríquez Negreira —que, recordemos recibía millonarios emolumentos del Barça— a los 20 colegiados de Primera y a los 22 de Segunda y, por tanto, les comunicaba igualmente si iban a ascender o descender de categoría. A cada árbitro le comunicaba en qué lugar de la clasificación estaba, informándoles también brevemente de por qué figuraban en dichos puestos. Un ranking que repercute a nivel deportivo —prestigio, posible salto internacional...—, pero también económico.

¿Cuánto cobran los árbitros?

En este sentido, cabe preguntarse: ¿cuánto cobra un árbitro de Primera División en España? Depende. Y es que el salario fijo mensual de los colegiados de LaLiga Santander es de 12.500 euros. Esto es independiente de los partidos que hayan pitado; es decir, perciben esa cantidad aunque no hayan dirigido encuentro alguno ese mes. De esta forma, el sueldo anual de un árbitro de fútbol es de al menos 137.500 euros: en julio no ha competición oficial, así que el séptimo mes del año no cuenta para la retribución. Un mínimo de 137.500 euros que puede llegar a ser más del doble (300.000 euros), frente a los algo más de 100.000 que perciben los colegiados en Segunda, así que la diferencia es sencillamente abismal.

Además del sueldo fijo mensual, es importante sumar las variables por partido arbitrado: el colegiado principal de un encuentro de LaLiga Santander se lleva un extra de 4.200 euros, mientras que estar en la sala VAR implica embolsarse 2.000 euros por encuentro. Por poner un ejemplo: si Antonio Miguel Mateu Lahoz pita un partido de Primera y otro lo dirige desde la sala VOR en un mes, se habrá embolsado la bonita cifra de 18.700 euros.

A ello hay que añadirle que los árbitros no pagan sus viajes ni los hoteles en los que pernoctan. Todos los gastos corren a cargo del Comité Técnico de Árbitros (CTA), así que el salario resulta aún más abundante. Mención aparte merece la competición europea porque un árbitro que dirija en Champions gana 7.000 euros por cada partido.

El papel del hijo de Enríquez

A todo esto, conviene no olvidar el papel de Javier Enríquez Romero, hijo de Enríquez Negreira, en su figura de administrador de Dasnil 95 SL, que en sus mejores años (2016 y 2017) llegó a facturar más medio millón de euros anuales procedentes del FC Barcelona. Las labores de Dasnil eran básicamente de coaching arbitral, como "asesoramiento técnico verbal" para que los colegiados "superasen sus miedos" y "las malas actuaciones arbitrales". Al parecer, bastantes trencillas contrataban sus servicios como una forma de ganar puntos ante Negreira y recibían unas clases en las que se les instruía de cara a la temporada.

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Javier Enríquez Romero (d), hijo de Enríquez Negreira, también em el ojo del huracán. | Archivo

Hace unas temporadas, con LaLiga al rojo vivo, el FC Barcelona se la jugaba en el Camp Nou. Si ganaba dejaba el título prácticamente sentenciado; de lo contrario, la clasificación se apretaba de lo lindo.

Tres horas antes del encuentro, y siguiendo su modus operandi ya realizado anteriormente, Javier Enríquez Romero llama al trencilla principal para mantener una conversación que ha sido desvelada por el diario El Mundo. "Soy Javier. Cómo estás?, ¿nervioso? Tú tranquilo, eres un fenómeno. Os paso a recoger por el hotel y os llevo al estadio que hace tiempo que no nos vemos", le dijo el hijo de Negreira a este colegiado que, por razones obvias, ha preferido mantenerse en el anonimato.

El hijo del vicepresidente del CTA era coach y psicólogo de algunos colegiados que después pitaban al Barça e incluso les acompañaba hasta el Camp Nou. "Ya sabéis: aquí, tranquilos. El Barcelona se juega mucho y no os puede temblar el pulso. Vosotros vais sobrados. Sabéis perfectamente lo que tenéis que hacer", le dijo el hijo de Enríquez Negreira a ese árbitro.

Negreira, asiduo del palco del Camp Nou

Antes de llegar a los despachos, José María Enríquez Negreira (nacido en Barcelona en septiembre de 1945) desarrolló una amplia carrera como colegiado, si bien es cierto que llegó a las categorías superiores del arbitraje ya entrado en la treintena.

Su debut en Primera fue en la temporada 1979/80 y estuvo 13 temporadas en la Primera División española. En total, según refleja la web bdfutbol.com, arbitró 132 partidos de Liga en los que mostró un total de 50 tarjetas rojas.

En una época en la que el fútbol no estaba tan profesionalizado como ahora ni generaba tantos comentarios en los medios, Negreira no protagonizó grandes polémicas como trencilla. Sin embargo, inevitablemente se vio envuelto en alguna, como cuando el entonces presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil, expresó su preferencia por el colegiado catalán antes de la designación para un derbi contra el Real Madrid. "Suele ser un habitual espectador de los partidos del Barça desde las últimas butacas del palco presidencial del Camp Nou", explicaba el diario El País en una noticia del 6 de enero de 1990, cuando los focos mediáticos se habían puesto sobre Enríquez Negreira por aquel comentario de Gil y Gil.

Sin embargo, ese testimonio lo cambiaría de manera radical el entonces máximo dirigente colchonero en 1993 al señalar, en el programa Gol a Gol, que "Negreira es el hombre que le hace ganar las ligas al Barcelona".

En la temporada 1987/88, Enríquez Negreira fue reconocido como árbitro internacional, aunque sólo pitó en la segunda y la tercera competición continental (la Recopa y la UEFA), y en la campaña 1991/92 descendió a Segunda División. Al término de esa temporada colgó el silbato, pero enseguida inició otra carrera en los despachos de la mano de Victoriano Sánchez Arminio, que fue quien lo llevó a la Federación Española como vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros. Una carrera en los despachos ligada al mundo empresarial con la creación, en 1995, de Dasnil 95 SL.

Ahora el testimonio del propio Enríquez Negreira podría ser crucial en la investigación de este turbio asunto, aunque el que fuera vicepresidente del CTA hasta hace cinco años ha alegado que tiene alzhéimer para no declarar sobre sus cobros procedentes del FC Barcelona. En función del grado de alzhéimer que sufra, podría eludir la responsabilidad penal en este asunto que huele a podrido y es, sin lugar a dudas, el mayor escándalo de la historia del deporte español.

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