Monólogo del Real Madrid, pero absolutamente estéril. Los blancos tuvieron más la pelota y llegaron más al área rival, pero nunca terminaban de rematar la faena. Nunca mejor dicho. No chutaban a puerta y acabaron perdiendo (0-1) en el Santiago Bernabéu, en la ida de semifinales de la Copa del Rey, ante un FC Barcelona que necesitó muy poco para acabar sacando petróleo del feudo del eterno rival. Sólo dos remates de los culés, uno en cada parte, y un gol que puede acabar valiendo un potosí, a expensas del encuentro de vuelta el próximo 5 de abril en el Camp Nou.
Tercero de los cinco clásicos entre madridistas y azulgranas esta temporada, y primero después de que saltara a la luz el escándalo del caso Negreira, en un partido que acabó decepcionando. Un choque más bronco y tenso que vistoso, aunque Xavi Hernández a buen seguro se va bastante satisfecho porque su equipo defendió a la perfección, con una zaga comandada por un portento llamado Ronald Araújo. El uruguayo, uno de los tres mejores centrales del mundo en la actualidad, fue el mejor del encuentro: se encargó de secar en todo momento a Vinícius y fue un muro infranqueable para el Madrid. Los blancos llegaban al área de Ter Stegen, mucho más que los culés a la de Courtois, pero les faltó velocidad y, sobre todo, remate. Sólo dos disparos de los merengues en la segunda parte, pero ninguno entre los tres palos. Cuando menos decepcionante.
Lo cierto es que el Barça tampoco necesitó mucho más. El único gol llegó antes de la media hora (m.26), en una acción que nació de un error de Camavinga. El francés falló estrepitosamente en el pase: Ferran Torres robó y habilitó para un Kessié en posición legal. El remate del marfileño lo desvió en primera instancia Courtois, pero el balón rechazado lo acabó introduciendo Militao en su propia portería, sin que Nacho, en el intento de despeje, pudiera hacer nada por evitarlo.
Las bajas y la sombra del ‘Barçagate’
El encuentro arrancó marcado por la sombra del caso Negreira —o Barçagate, llámenlo ustedes como prefieran— y, en lo estrictamente deportivo, por las bajas del Barcelona. Xavi no pudo contar con Pedri, Dembélé y Lewandowski, que a priori sí llegarán para la vuelta, mientras que Ancelotti tuvo las ausencias de Alaba y Mendy, con Rodrygo, que tendría minutos en la segunda parte, recuperado para la causa. Mucho más importantes las ausencias culés que las merengues, la verdad sea dicha, por lo que a Xavi —y, con él, la inmensa mayoría del planeta fútbol— no le dolieron prendas a la hora de entregar el favoritismo a los de casa.
El Madrid salió con mucho brío, presionando con insistencia desde el pitido inicial y con una clara ocasión de Modric tras un balón filtrado al espacio por Carvajal. Pintaba bien la noche para los de Ancelotti, que siguieron apretando arriba y a los 12 minutos vieron cómo Munuera Montero acertaba al anular un gol a Benzema por fuera de juego. El Barça parecía a merced del rival, pero antes de la media hora, en su primer y casi único remate entre los tres palos, lograba adelantarse en el marcador con el tanto de Militao en propia meta. Una acción nacida del fallo de un Camavinga muy nervioso en estas lides, si bien es cierto que luego el galo lograría arreglar más de algún que otro desaguisado.
Pasó a calentarse el choque: Vinícius, también en casa, recibía mucha estopa mientras Gavi conseguía irse de rositas al descanso, no en vano Munuera le perdonó en dos ocasiones la tarjeta amarilla. La primera parte se cerró con un desviadísimo remate de primeras de Carvajal, tras un centro magnífico de Toni Kroos —lo único potable que dejó esta noche el alemán, que al igual que Modric estuvo muy apagado—, y también con la sensación de que el Madrid podría besar la lona, como así acabaría ocurriendo.
Araújo lidera una defensa sobresaliente
Más de lo mismo al comienzo de la segunda parte, con el Madrid presionando arriba ante un Barça al que, con las líneas definidas, muy juntas y ordenadas, no le importó entregar la pelota al rival. Han cambiado los tiempos y, aunque Xavi sea tildado de guardiolano, su Barcelona pareció hacer bueno aquello de ‘tenla tú, que a mí me da la risa’. Vinícius, en un amago de caldear el Bernabéu, lo intentó al volver de vestuarios y Benzema, muy apagado en este primer asalto de semifinales, a punto estuvo de robar en zona muy peligrosa. Nada de nada. Más fuegos de artificio que otra cosa. De hecho, la ocasión más peligrosa del segundo tiempo fue para el Barça, con un disparo de Kessié que iba adentro pero que Ansu Fati, sustituto de un blando Raphinha, desvió sin querer.
Ancelotti cambió todo el centro del campo, mandando a la caseta a Kroos y Modric, y a Camavinga al lateral izquierdo, y metió a Rodrygo buscando una marcha más que no llegó. El brasileño lo intentó con un disparo lejano que no encontró portería por poco. Fue lo más destacado del Madrid en ataque en toda la segunda parte, que ya es bastante sintomático. Luego también tuvo unos pocos minutos Álvaro Rodríguez, una de las nuevas sensaciones de la Liga, pero el uruguayo tampoco fue el revulsivo esperado. El Barça, a lo suyo, acabaría asaltando el Bernabéu. Una vez más. En esta ocasión gracias a una defensa liderada por Araújo pero en la que también ayudaron Busquets y un Frenkie de Jong que, sin hacer ruido, fue otro de los destacados.
Ficha técnica
Real Madrid, 0: Courtois; Carvajal, Militao, Rüdiger, Nacho (Rodrygo, m.67); Camavinga, Kroos (Tchouaméni, m.74), Modric (Álvaro Rodríguez, m.84); Valverde, Vinícius y Benzema.
FC Barcelona, 1: Ter Stegen; Araújo, Koundé, Marcos Alonso, Balde; Busquets, Kessie (Sergi Roberto, m.86), De Jong, Gavi; Raphinha (Ansu Fati, m.69) y Ferran Torres.
Gol: 0-1, m.26: Militao, en propia puerta.
Árbitro: Munuera Montero (Comité andaluz). Amonestó a Vinícius (m.24), Nacho (m.55) y Valverde (m.73), del Real Madrid; y a Raphinha (m.45), Gavi (m.51), Kessié (66) y al técnico Xavi Hernández (m.90), del Barcelona
Incidencias: Partido de ida de semifinales de la Copa del Rey disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 63.000 espectadores.