
España vuelve a ser España. Parece que Luis de la Fuente ha dado al fin con la tecla después de un inicio dubitativo en la fase de clasificación para la Eurocopa de Alemania 2024, con la derrota frente a Escocia en Hampden Park (2-0), el pasado 28 de marzo.
Desde entonces, la selección nacional se ha proclamado campeona de la Liga de Naciones (victoria ante Italia en semifinales y contra Croacia en la final por penaltis) y ha pasado por encima de Georgia (1-7) y Chipre (6-0) en los dos siguientes partidos de la fase de clasificación, para ponerse con un balance de cuatro victorias y una derrota en el Grupo A, sólo por detrás del intratable equipo escocés (pleno con cinco de cinco).

Y lo ha hecho además dejando muy buenas sensaciones, recuperando el olfato goleador y el buen juego, además de con actuaciones individuales de gran nivel que hacen que la afición comience a ilusionarse con altas cotas dentro de un año en Alemania... pese a que todavía queda mucho y España aún necesita lograr la clasificación matemática para la Euro 2024.
En este sentido, cabe destacar que, pese a su condición de campeona de la Liga de Naciones, España no tiene aún el pase directo para la próxima Eurocopa, aunque la UEFA otorga la opción de repesca.
Buen juego en plena tormenta del caso Rubiales
Además de todo ello, la selección española está consiguiendo volver a enganchar a la afición en un momento complicado por toda la tormenta del caso Rubiales, que ha acabado provocando la dimisión de Luis Rubiales como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y vicepresidente de la UEFA —después del beso que dio a la jugadora Jennifer Hermoso en la final del Mundial femenino tras la victoria contra Inglaterra— y que incluso había puesto en entredicho a Luis de la Fuente —que aplaudió a Rubiales en la Asamblea de la RFEF del pasado 25 de agosto, aunque luego se retractó y pidió disculpas en un comunicado— e incluso a los propios jugadores.

Sin embargo, apenas ocho días después de iniciar la concentración en Las Rozas (Madrid), España ha cerrado esta ventana internacional con dos buenas victorias en Tiflis, capital de Georgia, y en el Estadio Los Cármenes de Granada frente a los chipriotas. Tres victorias y un empate para el conjunto español después del batacazo en Hampden Park.
Es verdad que los dos últimos rivales son Georgia y Chipre, dos rivales menores situados en el puesto 78 y 118 del ranking FIFA, respectivamente, pero no es menos cierto que España ha rayado a un grandísimo nivel. En Tiflis cuajó el mejor partido de lo que lleva de fase de clasificación, convirtiéndose en una máquina de generar ocasiones: los de Luis de la Fuente remataron en 33 ocasiones, su cifra más alta en un partido de clasificación para una Eurocopa desde al menos 2006. Cabe recordar que esta misma selección de Georgia ya había puesto contra las cuerdas a la España de Luis Enrique Martínez en marzo de 2021 (victoria por 1-2, con un gol salvador de Dani Olmo en el minuto 91).
Cuatro días después, contra Chipre en Granada, España disparó 28 veces sobre la portería de Joel Mall para acabar marcando seis goles, en un partido en el que brilló el joven delantero barcelonista Lamine Yamal, con 16 años y dos meses, para seguir batiendo récords de precocidad con el equipo nacional.
España chuta a puerta con más facilidad
Pero el número de disparos no es el único dato que refleja la evidente mejoría en el equipo nacional. Hay otro dato elocuente que habla a las claras de lo que ha mejorado España a la hora de chutar a puerta: si antes, en la fase de clasificación para el Mundial de Qatar, rematada después de 59 pases, ahora, en la presente clasificación para la Eurocopa 2024, lo hace después de 39. Es decir, el equipo de Luis de la Fuente llega con más facilidad al área rival y se complica menos la vida a la hora de chutar a puerta.
Además, la verticalidad del equipo con el Nico Williams y Yamal hace que la media de pases por jugada haya bajado de 8 a 7, siendo el juego por bandas mucho más importante: actualmente, con De la Fuente en el banquillo, se realizan 26,8 centros por partido, por los 24 en la era Luis Enrique. Además, Nico y Lamine aportan mucho descaro y desequilibrio por las bandas. Entre ambos intentaron 18 regates en los dos partidos, marcando un gol cada uno de ellos. Además, en el caso del jugador del Athletic de Bilbao, se marcha del parón de selecciones con tres asistencias, generando nueve ocasiones de gol.

A todo ello hay que unirle el gran momento de forma de otros jugadores que también son clave. Hay que hablar especialmente en este sentido de Rodri Hernández, que sólo ha fallado 12 pases de los 212 que ha realizado en los partidos contra Georgia y Chipre. Además, tanto Fabián Ruiz —que jugó en Tiflis— como Mikel Merino —titular en Granada— aportaron llegada desde segunda línea, que es una de las mejores formas de romper la defensa rival en bloque bajo —como fue el caso de los georgianos y los chipriotas—, Gavi aportó gol y mucha contención en el centro del campo y Dani Carvajal desbordó por la banda y rayó a un nivel espectacular, volviendo por los mismos fueros que le han llevado a ser el lateral derecho indiscutible del Real Madrid desde hace ya ocho años.
España vuelve a ilusionar a base de goles, buen juego un estilo vertiginoso y mucha juventud. Pero ahora hay que darle continuidad y el próximo parón de selecciones, ya en el mes de octubre, será clave: el día recibirá a la hasta ahora intratable Escocia (puesto 30 en el ranking FIFA) en La Cartuja de Sevilla y tres días después se medirá a Noruega (puesto 44), seguramente ya con Erling Haaland en sus filas, en el Ulleval Stadion de Oslo. Eso ya son palabras mayores después de haber marcado un total de 13 goles frente a Georgia y Chipre.