
En el mundo del fútbol se puede valorar el rendimiento de un futbolista a tenor de lo que se ve en el terreno de juego, pero la mayor parte de las veces lo que no se ve fuera es lo que realmente demuestra si un jugador está comprometido o no con el club en el que se encuentra. Por eso, pase lo que pase por ejemplo con la nota final de cada partido de un jugador como Saúl Ñíguez, nadie puede olvidar que el jugador rojiblanco literalmente orinó sangre por el Atlético de Madrid cuando años atrás llegó a priorizar el seguir vistiendo la camiseta colchonera a la salud de uno de sus riñones. ¿Se puede valorar y exigir un rendimiento concreto de un jugador? Sí. ¿Se puede poner en duda que Saúl u otro jugador en un caso parecido está comprometido con el Atlético? No. Así de claro.
Mucho se habló en su día de ese famoso partido entre Juventus y Atlético de Madrid en el que Antonie Griezmann ya empezaba a tener color azulgrana de cara al futuro y siempre defenderé lo mismo: si alguien se cree que el Atlético no pasó esa eliminatoria o que Griezmann no tuvo su día por ese motivo es que no tiene ni idea. El fútbol es así. Hace unos meses Koke y Griezmann se fueron en su día libre a ver un partido de la NFL, lo pasaron bien, volvieron a Madrid y jugaron. Ganó el Atlético. Si se hubiese perdido ya les puedo asegurar que alguien habría hablado del "viaje que despistó a Koke y Griezmann". Como no se perdió, nadie mencionó ese viaje.
Ahora, con el tobillo de Griezmann dejando KO al delantero para el partido copero en San Mamés, los hay que piensan y van diciendo por ahí que Antoine no corre riesgos porque tiene en el horizonte la Eurocopa y los Juegos Olímpicos con Francia. Ja ja ja ja ja ja ja. Siete "jas" como el dorsal que luce Griezmann en su camiseta. Mentira tan grande como la catedral, San Mamés, porque ahora mismo, Antoine solo piensa en el Atlético de Madrid.
Su tobillo, a día de hoy, se llama Atlético de Madrid. Su mente, familia aparte, estaba centrada en jugar y remontar ante el Athletic. 1, 15, 30 o 90 minutos. Lo que pudiese dar o lo que necesitase el Cholo. Antoine no jugará, confirmado por Simeone, porque su salud no se lo permite, pero nunca con el freno de mano echado. Y veo innecesario y bastante interesado el hecho de buscar otra cosa alrededor del máximo goleador de la historia del Atlético.
He de reconocer que me ha sorprendido ver a gente poner esto en duda. No vi venir esta tóxica polémica y menos alrededor de un jugador como Griezmann que es el claro ejemplo de lo que el Cholo pide siempre en un jugador a la hora de intensidad y sacrificio. Y creo que todo esto viene por esa previa del choque ante la Juventus en Champions que, repito, fomentó una de esas leyendas urbanas futbolísticas que solo salen a la luz cuando un equipo pierde o cuando un jugador no tiene su día. Ese día, el Atlético perdió porque todo el equipo estuvo mal y porque un señor llamado Cristiano Ronaldo, que no es Castolo el del PES de la Play Station, marcó tres goles. Lo demás son inventos. ¿Acaso alguien piensa que un jugador como Griezmann no quería ganar la Champions con el Atlético antes de poder irse al Barcelona? Es como pensar que Rafa Nadal no quiere ganar Roland Garros antes de Wimbledon. O pensar que Lebron James no quería ganar en su día la NBA con Cleveland antes de irse a Miami. Es absurdo y como tal atrae a muchos absurdos.
Griezmann no estará en San Mamés, pero si hubiese podido estar, su mente pensaría en el lugar que ocupa Koke detrás de él, no en Francia. En los movimientos de De Paul para asociarse. En cambiar el balón de dirección para oxigenar el juego. En buscar a Morata en corto y largo. En bajar a defender para equilibrar al equipo. Y por supuesto en perforar la portería del Athletic como tantas veces ha hecho en el pasado. Todo lo demás, humo, porque a día de hoy el tobillo de Griezmann, su pierna entera y su cabeza están al servicio del Atlético de Madrid. No estará el jueves, pero está siempre para el Atlético.