El Atlético de Madrid atraviesa una semana crucial ante lo que va a significar una parte determinante de la temporada. Aunque queda casi un mes para la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey y con el parón de selecciones entre medias, el conjunto colchonero se juega parte de sus aspiraciones en una misma semana.
Este mismo miércoles se vivirá en el Metropolitano uno de los mejores encuentros desde que el conjunto rojiblanco se trasladó allí. La situación de la eliminatoria, el ambiente y las ganas de revancha hacen indicar que el Metropolitano será una olla a presión para intentar llevar en volandas al equipo de Diego Pablo Simeone.
Ni cinco días después, el Atlético de Madrid recibirá al FC Barcelona en Liga, con la intención de seguir peleando en la competición tras el repentino tropiezo ante el Getafe en los últimos minutos.
El desastre en Getafe
Un encuentro al que el Atlético de Madrid no hizo frente desde el principio y que pareció afrontar con poca concentración y disposición, dando la sensación de estar más pendiente del partido que disputará el próximo miércoles que del que tenía por delante en el Estadio Coliseum. Un encuentro trascendental para seguir vivo en la pelea por la Liga, en la que sigue inmerso.
Desde hacía tiempo se conocía la dificultad del calendario que debía afrontar el Atlético de Madrid en estas fechas clave. El desgaste de sus jugadores y las malas decisiones en momentos cruciales de la temporada están pesando mucho a un equipo que no termina de dar un paso al frente cuando tiene la oportunidad de acechar el liderato.
El dato que da esperanza al Atlético
Pese a la mala sensación que dejó el partido en Getafe, considerado por muchos como un trámite en la eliminatoria contra el Real Madrid, que podría costar caro al final de la temporada, hay un dato esperanzador que está reavivando las esperanzas del Atlético de Madrid de cara al encuentro ante el conjunto blanco.
En las dos últimas grandes noches de Champions que se vivieron en el Metropolitano, se dio el mismo precedente: una derrota a domicilio en el partido previo. El año pasado, ante el Cádiz en el Nuevo Mirandilla, se produjo un punto de inflexión antes de recibir al Inter de Milán en casa.
La derrota en San Siro tres semanas antes obligaba a los de Simeone a ganar si querían seguir adelante en la siguiente ronda de la Champions. Los colchoneros perdieron por un contundente 2-0 en Cádiz, un antecedente que sirvió para preparar el partido ante los de Inzaghi, quienes comenzaron ganando y poniendo el Metropolitano patas arriba. Lo que se vivió a partir de ahí, con el empate de Griezmann, el gol en los últimos instantes de Depay y la tanda de penaltis, es historia del Metropolitano.
Este temporada ya se vivió la misma situación
Esta misma temporada ocurrió algo parecido con otro encuentro trascendental de la fase de grupos, en el que se definirían las aspiraciones del Atlético de Madrid. Fue en el duelo ante el Bayer Leverkusen, días después de haber perdido en la jornada liguera ante el Leganés a domicilio.
El Atlético estaba firmando su mejor racha histórica, con quince victorias consecutivas hasta su visita a Butarque. El gol de Nastasić de cabeza significó la primera derrota en más de dos meses.
Lo que parecía una piedra en el camino, tan solo sirvió para coger impulso y afrontar el duelo ante el Leverkusen en casa, donde se jugaban la clasificación directa a los octavos de la Champions League.
El partido se puso en contra con la expulsión de Barrios y el gol de Hincapié al borde del descanso. Sin embargo, la garra, el coraje, el corazón del equipo y la calidad de Julián Álvarez terminaron por inclinar la balanza a favor de los de Simeone.
El miércoles, quién sabe si ocurrirá lo mismo que en estas dos últimas ocasiones, en las que un tropiezo liguero previo al partido de Champions sirvió para reforzar al conjunto colchonero.