Fue 0-4 en el Bernabéu en Liga. 5-2 en la Supercopa de España en Arabia Saudí. 3-2 en la final de la Copa del Rey en Sevilla. Y en el último Clásico del año, 4-3 del Barcelona al Real Madrid. En total 23 goles en cuatro partidos este año entre azulgranas y blancos. Un auténtico recital de fútbol ofensivo, pero sin apenas defensa y sobre todo con un Real Madrid que no ha sabido cómo hacerle daño real y definitivo al cuadro de Hansi Flick.
El partido de este domingo fue una auténtica locura que mostró los puntos fuertes y sobre todo los puntos débiles de cada uno de los dos equipos. El problema para el Real Madrid es que este curso se ha visto superado más por sus fallos que por sus virtudes. El Barcelona, que tanto en Copa como en este último partido ha rozado la tragedia, finalmente supo llevarse el gato al agua porque se le caen los goles del bolsillo, pero siempre ha estado haciendo funambulismo con el orgullo madridista. Incluso en el 0-4 del Bernabéu pudo llevarse dos o tres goles en la primera parte. Pese a todo es imposible obviar que los cuatro partido se han ido para la Ciudad Condal.
Ni siquiera el hat trick de Mbappé evitó la victoria local y quizá echo de menos el Real Madrid que Bellingham o Vinícius tomasen más protagonismo al lado del francés. Tampoco aparecieron Guler o Ceballos el día que Ancelotti les dio la titularidad de nuevo. Kylian fue lo único salvable de un Real Madrid que volvió a dar la sensación de no saber qué hacer cuando el partido pide palabras mayores. Se puso 0-2 con un penalti y una contra y no supo gestionarlo. Entregó el balón al Barcelona y primero Eric García a balón parado y luego Lamine Yamal con un tiro colocado empataron el choque. Un minuto después, Raphinha remontó y antes del descanso otra vez el brasileño le birló el balón a Lucas y anotó el 4-2. ¿Por qué sigue Lucas en el Real Madrid? Otra de las preguntas a responder este verano en el Bernabéu.
Ya en la segunda parte y después de varias jugadas polémicas, el Barcelona mantuvo la velocidad de crucero sin sentenciar, hecho que aprovechó Mbappé para poner vida al encuentro y a la Liga con el 4-3 a la contra. Después de eso, locura total. Revisiones de VAR, mano de Tchouameni que el colegiado no vio como penalti de manera acertada, un gol anulado al Madrid en el descuento, penas máximas al limbo y el 5-3 final de Fermín con media Barcelona celebrando, que el colegiado anuló en el último suspiro. Tremendo.
El 4-3 de la Liga sentenciada salvo milagro histórico, pero más allá de eso lo que tiene que revisar el Real Madrid es por qué le ha ganado el cuadro de Flick los cuatro partidos de este año y tres títulos en juego. Ancelotti no estará el año que viene, pero la pregunta es la siguiente: ¿Solo hace falta la llegada de Xabi Alonso? Esa es la gran cuestión a resolver.