L D (EFE) Simoni, veterano escalador que tiene dos Giros en su palmarés (2001 y 2003), repite éxito en el considerado puerto más duro del ciclismo europeo, por lo que es el único dueño de su cima, donde llegó en esta ocasión escoltado por Piepoli, otro escalador liviano que acompañó a su jefe de filas hasta el último metro, una vez que ambos dejaron clavado a falta de 200 metros al luxemburgués Andy Schleck (CSC). Era la fiesta del Saunier Duval. Por detrás de los citados, y después de compartir el sufrimiento en los cinco últimos kilómetros, llegó a 31 segundos el líder Di Luca y Damiano Cunego (Lampre) lo hizo a 37. Este último le hizo la subida mucho más agradable a la 'maglia' rosa, que en ningún momento se vio solo.
Los españoles nunca lucharon en las primeras plazas, pero tampoco se hundieron en la miseria. David Arroyo (Caisse d'Epargne) y Patxi Vila (Lampre) hicieron 'grupeta' para entrar en los puestos vigésimo séptimo y vigésimo octavo, a 4:28 de Simoni. Peor lo ha pasado Iban Mayo (Saunier), que ha perdido 9:35. Di Luca ha salido reforzado, como virtual ganador del Giro a falta de algunas etapas llanas y la contrarreloj del sábado entre Bardolino y Verona de 43 kilómetros. Afrontará el último tramo de la prueba rosa con una ventaja de 2:24 minutos sobre Schleck, que es segundo y de 2:28 respecto a Simoni, que de momento cierra el podio. La cuarta plaza es para Cunego a 3:29 y la quinta para Mazzoleni a 3:46. David Arroyo no se mueve de la séptima plaza, ahora a diez minutos del líder, mientras que Patxi Vila es decimosexto a 16:32.
El Monte Zoncolan, algo así como el 'Angliru italiano', representaba la última oportunidad para acabar con el dominio de Di Luca, por lo que sus rivales debían quemar las naves en sus terribles paredes repartidas a través de 10 kilómetros. Con una pendiente media del 11,9 por ciento y rampas de hasta el 22, el escenario se ofrecía a los escaladores, como Simoni, que anunció batalla. Y fue "Gibo", quien a sus 35 años y con dos Giros en sus espaldas quien animó la subida final con mentalidad ofensiva. Con los favoritos agrupados, el trentino tensó la cadena a ocho kilómetros de meta. Era un primer aviso para calibrar las fuerzas del personal. En principio aguantaron los habituales: Schleck, Di Luca, Cunego y Piepoli. La otra revelación del Giro, Ricardo Riccó (Saunier Duval), tiró ahí la toalla, pero ya había hecho suficiente por su jefe de filas.
El golpe definitivo de Simoni se cimentó a seis kilómetros de la cima, en plena pared del 22 por ciento, donde sólo se puede subir con plato pequeño, al estilo de la especialidad de montaña. Aguantaron Schleck, impasible al esfuerzo, y Piepoli, como pez en el agua cuando se empina la carretera. Di Luca y Cunego, sin cebarse, cedieron apenas 200 ó 300 metros. Poco después el trío formado por Simoni, Piepoli y Schleck dejó claro que se jugaría la etapa, pero no el Giro, ya que el líder, inteligente en la administración del esfuerzo y con Cunego como muleta de apoyo, no perdió nunca los papeles y fue de menos a más.
Ya con la pancarta a la vista Piepoli y Simoni jugaron su baza. También estaban en juego los 20 segundos de bonificación. El primero de ellos atacó para reventar a Schleck, y el luxemburgués cedió al fin. Simoni sólo tuvo que seguir la rueda de su compañero para firmar el éxito del Saunier en la cima del Zoncolan. Ambos levantaron los brazos como un solo hombre. Era la primera victoria de la temporada para Simoni y la número 36 de su palmarés, donde figuran conquistas de oro como la del propio Angliru y de Abantos en la Vuelta, el Mont Faron en la París-Niza, o la etapa de Loundenville en el Tour. Un depredador de las montañas que debutó como profesional en 1994 para dejarlo desesperado en 1998 para ser mecánico de bicicletas. Su regreso a la profesión, un año más tarde, le lanzó a la gloria.
Este jueves se disputará la decimoctava etapa, de 203 kilómetros entre Udine y Riese Pio X.
Los españoles nunca lucharon en las primeras plazas, pero tampoco se hundieron en la miseria. David Arroyo (Caisse d'Epargne) y Patxi Vila (Lampre) hicieron 'grupeta' para entrar en los puestos vigésimo séptimo y vigésimo octavo, a 4:28 de Simoni. Peor lo ha pasado Iban Mayo (Saunier), que ha perdido 9:35. Di Luca ha salido reforzado, como virtual ganador del Giro a falta de algunas etapas llanas y la contrarreloj del sábado entre Bardolino y Verona de 43 kilómetros. Afrontará el último tramo de la prueba rosa con una ventaja de 2:24 minutos sobre Schleck, que es segundo y de 2:28 respecto a Simoni, que de momento cierra el podio. La cuarta plaza es para Cunego a 3:29 y la quinta para Mazzoleni a 3:46. David Arroyo no se mueve de la séptima plaza, ahora a diez minutos del líder, mientras que Patxi Vila es decimosexto a 16:32.
El Monte Zoncolan, algo así como el 'Angliru italiano', representaba la última oportunidad para acabar con el dominio de Di Luca, por lo que sus rivales debían quemar las naves en sus terribles paredes repartidas a través de 10 kilómetros. Con una pendiente media del 11,9 por ciento y rampas de hasta el 22, el escenario se ofrecía a los escaladores, como Simoni, que anunció batalla. Y fue "Gibo", quien a sus 35 años y con dos Giros en sus espaldas quien animó la subida final con mentalidad ofensiva. Con los favoritos agrupados, el trentino tensó la cadena a ocho kilómetros de meta. Era un primer aviso para calibrar las fuerzas del personal. En principio aguantaron los habituales: Schleck, Di Luca, Cunego y Piepoli. La otra revelación del Giro, Ricardo Riccó (Saunier Duval), tiró ahí la toalla, pero ya había hecho suficiente por su jefe de filas.
El golpe definitivo de Simoni se cimentó a seis kilómetros de la cima, en plena pared del 22 por ciento, donde sólo se puede subir con plato pequeño, al estilo de la especialidad de montaña. Aguantaron Schleck, impasible al esfuerzo, y Piepoli, como pez en el agua cuando se empina la carretera. Di Luca y Cunego, sin cebarse, cedieron apenas 200 ó 300 metros. Poco después el trío formado por Simoni, Piepoli y Schleck dejó claro que se jugaría la etapa, pero no el Giro, ya que el líder, inteligente en la administración del esfuerzo y con Cunego como muleta de apoyo, no perdió nunca los papeles y fue de menos a más.
Ya con la pancarta a la vista Piepoli y Simoni jugaron su baza. También estaban en juego los 20 segundos de bonificación. El primero de ellos atacó para reventar a Schleck, y el luxemburgués cedió al fin. Simoni sólo tuvo que seguir la rueda de su compañero para firmar el éxito del Saunier en la cima del Zoncolan. Ambos levantaron los brazos como un solo hombre. Era la primera victoria de la temporada para Simoni y la número 36 de su palmarés, donde figuran conquistas de oro como la del propio Angliru y de Abantos en la Vuelta, el Mont Faron en la París-Niza, o la etapa de Loundenville en el Tour. Un depredador de las montañas que debutó como profesional en 1994 para dejarlo desesperado en 1998 para ser mecánico de bicicletas. Su regreso a la profesión, un año más tarde, le lanzó a la gloria.
Este jueves se disputará la decimoctava etapa, de 203 kilómetros entre Udine y Riese Pio X.