El semblante de los jugadores ya hablaba por si solo cuando Pérez Montero pitó el final del encuentro. Los futbolistas del Real Madrid enfilaron el camino hacia los vestuarios del estadio Nuevo Zorilla con cara de malas pulgas a pesar de lograr la victoria. Ya en zona mixta, Sergio Ramos y Pepe desembucharon.
Ambos coincidieron en criticar la actuación arbitral. Principalmente, denunciando el gol que Pérez Montero anuló a Ramos por fuera de juego, cuando marcó en posición correcta. "Mi gol era legal", aseguró Ramos. "Estas cosas te hacen enfadar. Consigues los tres puntos pero si el resultado hubiese sido otro, mi opinión sería otra porque en más de un partido nos vienen perjudicando. Ya va siendo hora de que se equivoquen para bien".
El sevillano mostró su malestar los colegiados que, en su opinión, les están perjudicando en esta Liga. "A pesar de que la distancia de puntos sea bastante amplia con el líder, cualquier tropiezo lo haría imposible y no nos gustaría que fuese por errores de colegiados en vez de nuestros", añadió.
El gol que Pérez Montero se comió pudo decidir el partido puesto que se dio cuando el marcador estaba en tablas. Benzema puso un balón al área y Ramos lo empujó al fondo de la red. El árbitro lo invalidó a instancias del linier por supuesto fuera de juego. El segundo capitán del Real Madrid estaba especialmente dolido con este fallo porque pensaba dedicarle el tanto a su padre, quien cumplía años.
Pepe trasladó el mismo discurso. "Nos podríamos haber llevado una victoria más tranquila si no nos anulan un gol. Son cosas que pasan pero son muchas veces ya en contra nuestra. Aun así somos el Real Madrid y seguiremos luchando. Me comentó Sergio que no estaba en fuera de juego. Luego ves las amarillas que nos sacan a nosotros y pitan faltas que para mi no son. Tenemos que luchar contra eso también", concluyó.