No todo es de color rosa en el Atlético de Madrid. Brillante en los terrenos de juego -con el técnico Diego Simeone como indudable alma máter de este equipo- y también en el plano institucional, el club rojiblanco falla, y mucho, a nivel de comunicación. Su departamento de prensa deja bastante que desear en varios aspectos, y si por algo destaca es por su oscurantismo, llegando incluso a faltar al respeto y la educación en multitud de ocasiones. Es el gran punto negro de una entidad modélica en casi todo.
En el plano deportivo, no cabe duda de que la llegada de Simeone al banquillo del Manzanares -en diciembre de 2011- ha devuelto el gen ganador al Atlético. El equipo rojiblanco, hasta entonces con Gregorio Manzano en el banquillo, marchaba décimo en la tabla con 22 puntos, a 21 del entonces líder Real Madrid, y acababa de ser eliminado por el Albacete, de Segunda B, en dieciseisavos de la Copa del Rey.
Simeone, el alma máter
El Atleti necesitaba un gran revulsivo y lo encontró en el Cholo, quien ya se había partido la cara como jugador de este equipo durante tres temporadas (1994-1997). Volvía Simeone al conjunto rojiblanco tres lustros después, ahora como entrenador, y de su mano los colchoneros han firmado dos temporadas y media fantásticas, cada cual mejor que la anterior: en la 2011/12 se proclamaron campeones de la Europa League; en la 2012/13 ganaron la Copa del Rey, contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu; y en la 2013/14, campeones de Liga, finalistas de Champions contra los blancos en Lisboa y semifinalistas de Copa. Casi nada. Grandes logros para un equipo que, hasta hace no mucho, vivía a la sombra de los grandes y peleaba por ser el tercero en discordia. Ahora ya se codea directamente con Madrid y Barça, disputándoles -y ganándoles- los títulos en liza.
La preparación física, clave
Ha cimentado el Atleti su éxito en la filosofía del "partido a partido", en la base de una condición física espectacular y en el compromiso del equipo con el club y con su jefe en la plantilla, el Cholo Simeone.
Antes incluso de que finalizara el Mundial de Brasil, el Atlético ha vuelto al trabajo de pretemporada con triples sesiones de entrenamiento, como ya hizo la pasada campaña.
El inicio de todo proyecto con Simeone se abre con la preparación física como baluarte y este año se ha repetido sistema y modelo. "Se juega como se entrena" y "compromiso por encima de uno mismo". Son los lemas del técnico argentino para reforzar su modelo en los jugadores que ya estaban y en los que vinieron hace un año, como David Villa. El resultado ha sido perfecto y todo el cuerpo técnico -destacable papel el que ha tenido en este aspecto el preparador físico del club, Óscar Profe Ortega- ha sido el gran culpable del rendimiento de la plantilla.
Nefasta gestión en prensa
Pinta todo muy bonito en el Atlético de Madrid, pero hay cosas que fallan. Si hay un departamento que hace aguas en el club es el de prensa, que parece llevar por bandera un exasperante hermetismo, allanando el terreno a la más rancia endogamia, de modo que sus responsable conceden entrevistas personalizadas sólo a los periodistas que les convenga e interese.
Así, jugadores como Diego Costa o David Villa han tenido muy poca presencia a lo largo de la pasada temporada -por no decir casi nula- en las zonas mixtas del Vicente Calderón, así como en ruedas de prensa, siendo ambos internacionales españoles completamente inaccesibles a los profesionales de la información.
Incluso resultaba imposible contactar en determinadas ocasiones con miembros ilustres del Atlético de Madrid, ya fueran veteranos, miembros de la Fundación o exjugadores vinculados directamente al club, sin que los responsables de prensa dieran mayores explicaciones. En el caso del presidente Enrique Cerezo, en cambio, su trato con la prensa ha sido exquisito, haciendo gala de su amplia disponibilidad hacia los periodistas.
Ya lo dijo Simeone el pasado mes de enero, en la víspera del partido de Liga contra el Barcelona en el Calderón: "El Atlético es el equipo del pueblo". Y no le falta razón al Cholo porque lo es en muchas cosas. Pero en su departamento de prensa, desde luego que no. Muchas trabas a nivel comunicacional, pero no son éstas las únicas.