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Una cumbre decisiva para el fútbol español sin Villar

El presidente de la Federación Española de Fútbol tampoco ha estado en la reunión entre la Liga y el organismo que preside.

El presidente de la Federación Española de Fútbol tampoco ha estado en la reunión entre la Liga y el organismo que preside.
Ángel maría Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol. | Cordon Press

En uno de los momentos más decisivos para acabar con la violencia en el fútbol español, la necesaria cumbre surgida tras el asesinato del ultra del Deportivo Francisco Javier Romero no ha contado con el máximo dirigente de este deporte.

Y es que Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), no estuvo presente en la reunión entre Liga de Fútbol Profesionaf (LFP) y Federación, que tendrá lugar en el Consejo Superior de Deportes para abordar las medidas destinadas a desterrar a los radicales de los estadios.

Fuentes del máximo organismo del fútbol español aseguran que Villar se encuentra en Suiza en una cumbre de la UEFA y no se le espera hasta el final de la semana. El presidente ya sorprendió el pasado lunes cuando no apareció en la reunión urgente convocada por la Comisión Antiviolencia. No hubo entonces justificación sobre su ausencia en una cita a la que estaban citados todos los responsables del fútbol nacional.

Vicente Temprado, presidente de la Federación Madrileña de Fútbol, fue el encargado de ejercer como representante federativo. Y esta vez, volverá a ejercer como tal junto a Maximiliano Martínez, de la federación asturiana y Marcelino Maté, de la castellano-leonesa. De esta reunión saldrán las líneas de actuación que se llevarán a cabo para acabar con los ultras. La muerte del ultra del Deportivo en una pelea planificada con los radicales del Atlético de Madrid ha significado el punto y aparate del historial de violencia en el fútbol española y el objetivo es adoptar una serie de medidas para comenzar el proceso de expulsión de los más radicales.

Entre las propuestas que se debatirán está la de enviar a un representante de la LFP a todos los partidos, que se encargará de elaborar un informe con los actos de violencia verbal que se produzcan entre los aficionados. También se pactará la elaboración de una lista oficial de ultras, en la que colaborarán los propios clubes, y que las entradas que se vendan a las aficiones visitantes sean nominativas, para evitar que caigan en otras manos. Una y otra parte saben que el fútbol español vive un momento decisivo.

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