Saltó el Barcelona al terreno de juego de Riazor, a ese estadio amigo por las ligas de los noventa, sabiendo que Real Madrid y Atlético de Madrid habían cumplidos sus objetivos, es decir, que habían ganado. Saltaba el Barcelona tras la victoria la semana anterior en casa ante los de Simeone, tratando de mostrar esa misma ambición. Y enfrente esperaba el Deportivo que no estaba para regalos. Tres fallos en las tres últimas salidas ligueras hizo recapacitar a Luis Enrique que, por vez primera esta temporada, tras 29 partidos, decidió repetir el mismo once, el que ganó al Atlético.
Pero con todo ello y más, y aunque un equipo entero no quiera, si Messi tiene ganas de jugar el partido puede empezar ya con un gol a favor del cuadro azulgrana, al estilo de lo que decía Ancelotti con Cristiano. Sólo que Messi se multiplicó por tres para conseguir un nuevo hat-trick con la camiseta azulgrana. El cuarto fue obra de Sidnei, en propia puerta.
Recordó al mejor Barcelona
En el primer tercio de partido, en la primera mitad de la primera parte, el Barcelona recordó a los mejores momentos pasados. Quizá no movía el balón a esa velocidad de vértigo que lo hacía con Guardiola. Pero tenían el control, las ocasiones y la presión de antaño. Y tienen a Messi, que ya en el minuto nueve, en la primera ocasión, anota el primer gol. Tampoco es que allí se viera una ocasión clara, pero Rakitic puso un centro diagonal a la entrada del argentino que casi desde la frontal, en un escorzo extraño, remató de cabeza superando a Fabricio. El primer gol, en apenas diez minutos, ya estaba en el zurrón.
Justo antes acababa de fallar Messi una jugada a balón parado desde el córner, rematando desde el punto de penalti. Pero antes y después, Messi se empecinó en repetir una misma jugada, que era cambiar el juego desde su banda derecha a la izquierda de Neymar, para que éste encarara. Y eso intentaba. Messi desatascaba a la banda izquierda donde el brasileño atraía a dos jugadores. Situación que aprovecha el argentino para entrar en segunda línea, como le gusta, arrancando con velocidad.
Dominaba el Barcelona durante los siguientes minutos, llevando el compás con un Rakitic que no se asustó y empezó a hacer de director de orquesta. Sí se asustó Busquets, al que se le vio más impreciso de lo normal. Dos balones consecutivos que perdió el eje del Barcelona en un momento de desconcierto, pues estaban jugando andando. No hubo peligro para la portería de Bravo como si la tuvo el Dépor, que día a día ve como no escapa del abismo. Empezó fuerte el 2015, pero ahora ve como la soga se vuelve a apretar. Quizá, la que tuvo Cavaleiro en un error impropio de Piqué -al menos, del actual Piqué- podría haber metido al cuadro gallego en el partido. Pero al pisar área tembló y acabó descosiendo el balón sin sentido.
Messi sentencia a la media hora
Perdonó el Dépor, y Messi dio las gracias. "Si me dejáis, os la lío", pensaría el argentino. Nadie le siguió en el primer gol. Nadie le siguió en el segundo gol. En una jugada que comenzó él mismo, abriendo para Neymar, y éste buscó a Suárez, como todos sus compañeros. Controló mal el uruguayo y apareció el '10' que sí controló y ante la salida de Fabricio se la picó muy sutilmente. Segundo gol que llega en el 32 y partido resuelto. Y todavía se pudo ir el Barcelona al descanso con dos goles más si el propio Messi acierta a meter una con la pierna derecha; o si Luis Suárez remata bien una asistencia de Iniesta y que baja de manera acertada con el pecho. Pero ahí empezó el gafe del uruguayo, ese gafe que le ciega y no le deja pensar claro.
En la segunda parte, Víctor Fernández movió piezas quitando a Cavaleiro e introduciendo a José Rodríguez. Eso provocó más balón para los gallegos. Pero poco más. Sí que es cierto que fue un poco más "correcalles" el partido. Y la tuvo Medunjanin. Sobre todo, si en vez de pensar en tirarse hubiera disparado. Estaba en ventaja clara.
Tras el tercero, Luis Enrique pensó en la Copa
Tras los dos de Messi, Neymar y Luis Suárez querían unirse a la fiesta. Pero no siempre se puede. Sólo el argentino es capaz de eso. Y lo hizo en el 61 con un disparo seco tras un saque de esquina en corto. De nuevo, Messi aparece sólo, sin vigilancia. Y con el partido ya totalmente cerrado, Luis Enrique empieza a pensar en la Copa del Rey, dándole descanso a Busquets e Iniesta, y a Neymar más tarde. Luis Suárez y Messi sí seguían en el campo. Sobre todo, para que marque el uruguayo y coja confianza. Pero el Dépor no quería más fiesta.
Cuando el partido ya agonizaba, sin quererlo, obviamente, Sidnei se introdujo el balón en propia puerta. Centró Alves por banda izquierda buscando a Suárez y en el despeje de Lopo chocó el balón en el cuerpo de Sidnei y gol. El cuarto. Ahora sólo quedaba ver sonreir a Suárez. Sus compañeros le buscaban, pero el uruguayo no estaba entonado.
El Dépor ya ha visto como el Madrid y el Barcelona han pasado por su casa y se han paseado. Siguen metidos en la lucha por el descenso, pero saben que su objetivo es el de la semana que viene, ganar al Granada, rival directo. Lo de arriba fue cosa de años mejores. Y ante tres veces Messi poco se puede hacer. Victoria, tres puntos, y la sensación de que el Barcelona parece ir a mejor de la mano del argentino. Así quieren apagar el incendio en el conjunto azulgrana.
- Ficha técnica:
Deportivo de La Coruña, 0: Fabricio; Juanfran, Sidnei, Lopo, Luisinho; Álex Bergantiños, Juan Domínguez, Medunjanin (Lucas Pérez, min.78); Cuenca, Cavaleiro (José Rodríguez, min.46); y Oriol Riera (Toché, min.63).
Barcelona, 4: Bravo; Alves, Piqué, Rakitic, Mascherano, Jordi Alba; Busquets (Bartra, min.66), Rakitic, Iniesta (Rafinha, min.66); Luis Suárez, Messi y Neymar (Pedro, min.70).
Goles: 0-1, min.10: Messi. 0-2, min.33: Messi. 0-3, min.62: Messi. 0-4, min.83: Sidnei, en propia meta.
Árbitro: Martínez Munuera, del colegio valenciano. Mostró amarilla a Riera (min.59) y Toché (min.64), por parte del Deportivo; y a Bartra (min.68) y Alves (min.78), por el Barcelona.
Incidencias: Partido de la decimonovena jornada de la Liga disputado en Riazor ante 25.173 espectadores. Antes del partido, se guardó un minuto de silencio por Andrés García Yáñez, expresidente del Deportivo; y José Calvete, exjugador del conjunto coruñés.