Era un día para olvidar penas y enseñar a los más pequeños que después de un buen revés en contra hay que saber levantarse. Sin el Cholo en el banquillo, con dudas tras caer en el Bernabéu y con rotaciones, el Atlético de Madrid estaba obligado a ganar para volver a saborear las mieles de la Champions un año más con una tercera plaza que necesita para cumplir el expediente. No fue fácil doblegar a su rival hasta que apareció un niño rubio con acento francés.
No sería un choque sencillo y rápido para el Atlético porque el Elche defendió bien en la primera parte, sobre todo en el inicio, y los madrileños definieron mal. Incluso las primeras opciones fueron para el Elche tras indecisiones defensivas del Atlético que contaba con Giménez y Godín en el eje junto a Siqueira y Gámez, cada uno en su banda natural. El Elche erró sus ocasiones y a partir de ahí el dominio fue rojiblanco.
El Atlético de Madrid abusó mucho de los balones largos en el primer acto. Más de una vez se vio a Godín y Giménez lanzando balones largos a la espalda de la defensa en busca de un fallo rival que dejase solos a Griezmann y Fernando Torres. Se echó de menos más protagonismo del francés que tocó pocas veces la pelota y nunca pudo dar verticalidad a los suyos. De Torres se echó en falta lo que hacía de maravilla en el Liverpool y empezó a maldecirle en el Chelsea: eficacia. El ‘Niño’ tuvo una gran opción a pase de Koke y la mandó a las nubes.
Con el balón a ras de césped no llegaban las ocasiones y el Atlético se dedicó a jugar con cabeza, literalmente. Tiago, Raúl García, Giménez, Godín… Todos lo intentaron con la testa ya fuese en jugadas a balón parado o en centros en movimiento. Ninguna entró en la portería y el paso de los minutos generó cierta ansiedad. Al descanso se llegó con empate a cero y con el Elche celebrando por todo lo alto haber llegado con su marco intacto.
En la reanudación, el Niño más grande y el más pequeño fueron los primeros en avisar a Tyton de que se avecinaban más travesuras que en los primeros 45 minutos. No sería protagonista Siqueira que sigue con su mal año gracias a una inoportuna lesión. Juanfran fue el recambio y los laterales volvieron a cambiarse. El Atlético fue acumulando ocasiones y nervios ya que el gol seguía sin llegar. Las dudas duraron sólo diez minutos. Lo que tardó Griezmann en meter la cabeza tras un paradón de Tyton a tiro de Koke. Ahí se rompió el choque, se abrió la lata y el Atlético se soltó, todo ello con un toque galo que está iluminando su liga.
Con el Elche tocado por el 1-0, el conjunto de Simeone no soltó lo que tanto tiempo le costó conseguir y buscó ampliar el resultado. Griezmann no necesitaba los goles porque los marca a pares, pero sí lo ansiaba Raúl García. No está siendo su mejor curso y sus registros goleadores están lejos de su magnífica temporada pasada. El navarro se quitó su particular espina con un disparo de zurda que cogió por sorpresa al guardameta del Elche. Celebración con el banquillo, 2-0 y ovación del Calderón para un Raúl que dejaría su sitio a Saúl pocos minutos después.
Los más jóvenes de la ribera del Manzanares empezaron a disfrutar de lo lindo con la grada y con la ola que recorrió el estadio. El más travieso de todos ellos seguía en el campo y se sumó a la fiesta con su segundo gol y con el 3-0. Saúl recuperó un balón en el área, cedió a Griezmann y la puntera del ‘7’ hizo el resto. 22 goles acumula en Liga el rubio de oro del Atlético que se está haciendo mayor junto a Simeone. Raúl Jiménez fue su relevo con el Calderón entregado a su ojito derecho.
La recta final del choque sirvió para volver a ver al Oblak más inspirado y para que Clos Gómez acumulara amarillas en su haber cuando el partido ya estaba resuelto. Los niños vuelven a sonreí r con su Atlético aunque todos echaron de menos el gol del hombre que lleva ese apodo: Fernando Torres.