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Las primeras líneas maestras del Madrid de Zizou

Desgranamos el A-B-C del nuevo Madrid. A pesar de contar solo con media semana de trabajo, el equipo mostró destellos de la nueva filosofía.

Desgranamos el A-B-C del nuevo Madrid. A pesar de contar solo con media semana de trabajo, el equipo mostró destellos de la nueva filosofía.
Zidane, este sábado, en el banquillo del Madrid | EFE

El Madrid de Zinedine Zidane deja detalles interesantes en su puesta en escena. Luces, pero también alguna sombra.


Lo positivo

La actitud. El cambio más importante. Enorme modificación en la conducta de los los jugadores -ver a Bale dejarse el alma con 4-0 a favor para robar un balón en la frontal de su propia área es tremendamente significativo y refleja este cambio radical-. Juego más alegre. Filosofía que gusta a jugadores y afición.

Desaparecen las lagunas. Curioso, De buenas a primeras el conjunto blanco fue mucho más regular en su juego. No hubo fases de partido donde el Madrid se achicó como en la etapa de Benítez. 'Misteriosamente', desaparecieron las lagunas marcadas por la falta de intensidad. ¿Casualidad?

Un Madrid más intenso y nada de recular. A pesar de la goleada, las ordenes son claras. No perder la intensidad durante los 90 minutos y jamás recular y retroceder las líneas varios metros, algo que ocurría con asiduidad con Benítez cuando el Madrid se adelantaba en el marcador.

Combinaciones y asociaciones interesantes. Posesión mucho más elaborada en vez de juego tan vertical. Cuando el Madrid recuperaba el balón en la sala de máquinas, no buscaba rápidamente a su tridente ofensivo -Bale, Cristiano y Benzema-, sino que tejía mucho más la jugada. Pausa y control. También cuando sacaba el balón desde la cueva. Nada de juego en largo. De esta manera las líneas están mucho más juntas. Todo el equipo sube unido con el balón de manera escalonada.

Compromiso defensivo de todo el equipo. Lo avisó Zidane en la previa 'Vamos a defender todos', dijo el francés. Dicho y hecho. Bale y Benzema ocupaban las bandas en posición defensiva, mientras Cristiano quedaba de nueve. Bien es cierto que aún queda mucho trabajo para que la presión adelantada sea efectiva -todavía no es escalonada-, pero el compromiso defensivo de Karim y Gareth fue muy diferente al de partidos anteriores. Falta Cristiano.

Laterales profundos. Una de las máximas de la filosofía 'Zidaniana' es que los laterales lleguen a línea de fondo. Es verdad que Marcelo lo hace siempre, pero el enorme partido de Carvajal confirma esta máxima. Tanto Bale como Cristiano tiran diagonales al centro para dejar los carriles libres. Alas que tienen que ser ocupadas por ambos laterales. Para mantener el equilibrio defensa-ataque, tanto Modric como Kroos se encargaron de hacer las coberturas a Marcelo y Carvajal.

A la contra el Madrid sigue siendo letal. A pesar de que en el ataque estático el Madrid mostró mucha más pausa y menos verticalidad, en las ocasiones que pudo salir al contraataque, mostró su veneno. El quinto gol es un buen ejemplo. Esta combinación -pausa en estático, contras endiabladas a toda pastilla- es realmente interesante porque el Madrid se va encontrar con partidos donde no va a poder imponerse en la lucha de la posesión.

Vuelve Cristiano. El portugués, sin suerte de cara a gol, estuvo muy activo. Todo el juego de ataque pasaba por sus botas y sus diagonales marca de la casa volvieron a verse en el Bernabéu.

Instinto asesino. Efectividad. El Madrid llegó con asiduidad a la frontal y realizó numerosos disparos de media y larga distancia, que la mayoría de las veces, no cogieron puerta. Pero las ocasiones claras, fueron para dentro. El único que tuvo la pólvora mojada fue Cristiano.

Movilidad constante del tridente ofensivo. Con Bale y Benzema muy enchufados, los tres de arriba se mostraron muy cómodos. Las llegadas desde la segunda línea de Bale, el olfato de Karim, la hiperactividad de Cristiano, dejaron buen sabor de boca. Zidane concede libertad de movimientos a un tridente ofensivo que combinó con asiduidad e intercambiaron posiciones en varias fases del partido. Se pudo ver a Ronaldo de '9', con Benzema a la derecha y Bale en la izquierda.


Cosas a mejorar

Modorra en el arranque. De salida sorprendió la excesiva pachorra del conjunto blanco. El Depor dominaba el tempo del partido y tuvo, en los pies de Lucas, el 0-1.

Sin la pelota, el Madrid sigue sufriendo. El rival combina demasiado cómodo y llega con facilidad a la línea de 3/4. Falta capacidad de robo de balón. Un aspecto clave a la hora de defender. El Madrid no es un equipo que se sienta cómodo sin balón, por ello Zidane sabe que debe encontrar, cuanto antes, la fórmula para que las labores de intendencia sean mucho más efectivas. Al Madrid le cuesta un mundo recuperar balones. Sin duda, el 'pero' más preocupante.

Toni Kroos no es medio centro. Esperpéntico partido del alemán. Además de que perdió varios balones peligrosos en la salida de balón, el teutón volvió a dejar constancia de que la posición de '5' no es la suya. Superado por Mosquera, le falta rigor táctico e intensidad para ser el ancla de este equipo.

Ramos sigue con sus lagunas de concentración. Lucas Pérez le volvió loco y le cogió un par de veces la espalda. El cambio de Varane por Sergio en el descanso, dio al Madrid más seguridad defensiva en su retaguardia. ¿Casualidad?

Por último, en las transiciones defensivas, cuando el conjunto merengue pierde el balón en área contraria, el equipo sigue algo partido -queda un agujero enorme entre los atacantes y la línea defensiva-.

Con sólo una semana corta de trabajo, la nueva filosofía ya se va notando. Aún queda, eso sí, mucho trabajo por delante.

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