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El Real Madrid supera al Barcelona y no tira la toalla en la lucha por la Liga (1-2)

El Madrid remonta el tanto de Piqué gracias a los tantos de Benzema y Ronaldo. Gol mal anulado a Bale. Pésimo partido de un Ramos que fue expulsado.

El Madrid remonta el tanto de Piqué gracias a los tantos de Benzema y Ronaldo. Gol mal anulado a Bale. Pésimo partido de un Ramos que fue expulsado.
Cristiano Ronaldo disputa un balón con Neymar. | EFE
Terminaba la primera parte y el clásico defraudaba. Sin la emoción y la inyección de energía que genera una Liga por decidirse, se presentó un escenario ciertamente aburrido en el Camp Nou. El Barcelona tenía la posesión, sumaba pases y pases pero casi todos era horizontales. Disfrutaban de la pelota pero el espectador se aburría. Con un juego sin riesgos para no sufrir las contras de la BBC, el Barcelona dominaba sin peligro, el Real Madrid retrocedía hacía su área con el paso de los minutos, cuidándose más de la cuenta. Parecía la ida de las semifinales de la Champions League.

Era un clásico bastante pobre. Messi era un centrocampista más. Luis Enrique limitó las subidas de los laterales y los delanteros, más erráticos de lo normal, notaron los viajes a Sudamérica. Sin embargo, un error de Luis Enrique al quitar a Rakitic y un Real Madrid menos amarrategui, dieron paso a una segunda parte fantástica, -sobre todo los últimos 20 minutos - frenética y cuyo desenlace fue una victoria justa para el Madrid.

Este Barcelona necesita muy poco para dominar al Real Madrid. Con algo más de intensidad, ambición y riesgo, le habría servido para además de dominar, ser superior y es que el Madrid de Zidane no fue inferior al Barcelona. Una gran noticia para los blancos. Zidane se pasó toda la semana insistiendo a sus futbolistas que el objetivo era presionar al Barça y pelearle la posesión. Los jugadores debieron darse cuenta que esa misión era imposible e hicieron gala de la escasa confianza en sí mismo. El 4-3-3 en defensa se convertía en un 4-1-4-1 o un 4-4-2 en el que Bale y Ronaldo tuvieron bastante trabajo defensivo y en el que Casemiro fue fundamental.

Con este planteamiento el Madrid no daba dos pases seguidos y en los primeros minutos sólo frenaba las acometidas con faltas y tarjetas amarillas. Sólo los errores de la MSN en los metros finales impedían el tanto de un apático Barça, contagiado de los andares de Leo Messi. La primera parte del equipo de Zidane fue inesperada. "Jugaremos con nuestro estilo", aseguraba en la previa. No fue así. Su estilo no es renunciar a la mandar en el partido, agazaparse y salir corriendo. Zizou se parece a Ancelotti pero ante el Barça se transformó en Mourinho. Muchos le aplaudirán por haber entendido que es la única forma de ganar al Barcelona pero con la actual plantilla, quizá haya que pedirle algo más al Real Madrid.

Casemiro, fundamental en el medio centro

La elección de Casemiro fue fundamental. Recordó al Pepe mediocentro de Mou. Con la pelota no tenía un papel esencial pero sin ella, fue clave. Robo por aquí, falta por allá y así consiguió frenar el juego de triangulación del Barcelona. Consiguió reducir a Leo Messi a un jugador normal y eso es mucho decir. Aun así, el Barcelona gozó de su primera gran ocasión a los nueve minutos. Un patadón de Bravo acabó directamente en las botas de Neymar que se vio sólo ante Keylor Navas. La situación era aun más favorable para los intereses del Barcelona porque a su izquierda apareció Surez.´Eran dos delanteros contra el portero y la jugada no acabó en gol tras el fallo incomprensible del uruguayo que sólo tenía que empujar la pelota a la red. Sergio Ramos había fallado en esa jugada. Fue al choque, cayó al suelo y pidió una falta que no era. En la protesta el defensa vería la primera de las cuatro o cinco tarjetas amarillas que se mereció. La acción más reclamada por la grada fue la falta de Ramos sobre Messi en la línea del área. El arbitro no pito una falta clara fuera del área de castigo. No era penalti. A Sergio es fácil verle cuando está fuera del partido. A los cinco minutos ya sabes que ese día está descentrado. Zidane no dudó con él. Le dejó en el campo y claro, fue expulsado cuando se tiró al suelo en un jugada que no venía a cuento. El nivel de Ramos no le hace indispensable y menos cuando está en el campo tras haberle perdona la roja en dos ocasiones. Error de Zidane.

Pese al dominio del Barcelona, con el paso de los minutos, el que se fue sintiendo más cómodo en el terreno de juego fue el Real Madrid. Marcelo y Carvajal, decisivos en la victoria, no vieron peligrar su banda y empezaron a ser más ofensivos. Ronaldo y Bale dejaron de ayudar en defensa porque no hacía falta. Modric y Kroos empezaron a dejar de correr detrás de la pelota para tenerla y aunque fuera de vez en cuando, pudieron combinar algo más. Así llegó la mejor ocasión del Madrid en la primera mitad. Fue al borde del descanso. Un centro de Carvajal acabó en las botas de Benzema que envió a las nubes una volea relativamente sencilla siendo él quien remataba.

Los goles llegaron tras el descanso

La segunda parte comenzó con otra amarilla perdona a Ramos. Esta vez por una falta sobre Suárez cuando este se daba la vuelta tras un gran movimiento. Keylor Navas realizaba la parada de la noche tras un disparo picado de Leo Messi a la escuadra y fue entonces cuando llegaron los dos primeros goles de la noche. El Barça anotó de cabeza, en un córner, faceta en la que el Real Madrid es superior. Neymar bloqueó a Pepe y Piqué, libre de marca, puso el uno a cero en el marcador. Era el minuto 56. A los seis minutos el Real Madrid empataría con su mejor jugada colectiva. Basculando de derecha a izquierda con un par de paredes realizadas por Kroos y Modric, apareció Marcelo. El brasileño avanzó hasta la frontal del área y ahí abrió a la derecha donde Kroos lograría una asistencia involuntaria a Benzema. Una jugada impresionante.

Su pase, raso, terminó siendo un globo gracias al rechace en un defensa del Barcelona. Fue la parábola perfecta para que Benzema igualara el partido con una una medio chilena. El Madrid olía desde hace unos minutos que este Barcelona no estaba para grandes alegrías. Messi aparecía cada cinco minutos, Neymar y Suárez estaban desacertados y Luis Enrique haría un cambio del que seguro que se arrepiente. Quitó a Rakitic para dar entrada a Arda Turán y el Barça se partió. A raíz de esta sustitución, el Real Madrid gozó de los mejores minutos. Tenían infinidad de kilómetros para correr. Por primera vez la BBC sintió que podían hacer daño con su especialidad. Había tantos espacios que Zidane quitó al autor del gol, Benzema, para dar entrada a Jesé. Ya no necesitaba al galo para jugar de espaldas, como hizo durante todo el partido. Buscaba aun más velocidad. Acierto de Zidane.

A los tres minutos de esta sustitución llegó la jugada más polémica de la noche. Gareth Bale celebraba el gol en la banda cuando se dio cuenta que el árbitro lo había anulado por una falta en el salto sobre Jordi Alba. El galés pagó injustamente su amplia diferencia de altura porque el tanto era totalmente legal. A la jugada siguiente Cristiano Ronaldo envió un disparo al larguero e inmediatamente llegó la expulsión de Sergio Ramos. Estaba tan mal el Barcelona, estaba tan roto el equipo local que ni con el gol anulado, ni con la expulsión, pudieron frenar a un Real Madrid desbordado de rabia y orgullo. Ese orgullo que tanto se ha echado de menos esta temporada. Los blancos ansiaban mucho más la victoria que su rival. La necesitaban.

Había tanto espacio en el centro del campo, que con diez jugadores Carvajal vio espacio para llegar hasta el área contrario por el centro. Desde ahí, un centro al segundo palo de Bale terminó en el tanto de Cristiano Ronaldo. Dani Alves calculó mal en el salto dejando al portugués en la situación idílica para convertirse en el héroe de la noche. Minutos finales, un hombre menos, gol anulado injustamente y la posibilidad de callar -otra vez- al Camp Nou. Optó por un disparo raso y acertó. La pelota pasó por debajo de las piernas de Bravo. No había hecho nada o casi nada el portugués en el partido. Pocos regates suyos fueron exitosos pero apareció justo en el momento decisivo. Sólo hay que ver la celebración de los jugadores del Real Madrid para darse cuenta que para ellos este no era un partido más.

Zidane logró lo que no consiguieron Mourinho, Ancelotti o Benítez. Ganar en su primer clásico. Pese a errores incomprensibles como no sacar a Nacho con 1 a 2 y un jugador menos en el campo, el técnico se llevó una victoria de mérito. Si alabábamos a Mourinho cuando el Madrid era un equipo ordenado, solidario, competitivo y con las ideas claras, ahora deberíamos hacer lo mismo con Zidane. El francés ha demostrado, como ya hizo Mou, que este equipo está trabajado. Sólo así se puede ganar en el Camp Nou a día de hoy. Es una victoria valiosa para el Madrid. Más por lo moral que por lo numérico. Un golpe sobre la mesa que sirve para demostrar el poder que tienen dentro y que no han querido o podido demostrar hasta entonces. Sin embargo, ha dado la impresión que este partido, ha estado condicionado por la poca ambición del Barcelona.


Ficha técnica

FC Barcelona, 1: Bravo; Dani Alves, Piqué, Mascherano, Jordi Alba; Busquets, Rakitic (Arda Turan, m.74), Iniesta; Messi, Neymar y Luis Suárez
Real Madrid, 2: Keylor; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric; Bale (Lucas Vázquez, m.90), Benzema (Jesé, m.77) y Cristiano Ronaldo

Goles: 1-0, m.56: Piqué; 1-1, m.62: Benzema; 1-2, m.85: Cristiano Ronaldo
Árbitro: Hernández Hernández (Comité canario). Expulsó a Sergio Ramos por doble amonestación (ms.10 y 83). Además, mostró tarjeta amarilla a Carvajal (m.17), del Real Madrid; y a Luis Suárez (m.26), Mascherano (m.28) y Rakitic (m.58)
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima primera jornada de la Liga BBVA disputado en el Camp Nou ante 99.264 aficionados. Lleno. En los prolegómenos del partido, un mosaico de 90.000 cartulinas homenajeó a Johan Cruyff, fallecido la semana pasada a los 68 años víctima de un cáncer de pulmón

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