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Liga

Saúl y Griezmann descongelan al Atlético en un polémico partido (0-2)

El colegiado perdonó la roja a Adrián con 0-0, no pitó un penalti de Vrsaljko y el gol de Saúl fue en fuera de juego. 

El colegiado perdonó la roja a Adrián con 0-0, no pitó un penalti de Vrsaljko y el gol de Saúl fue en fuera de juego. 
Griezmann marcó el 0-2. | EFE

Conjeturas, condicionales, posibilidades, resultados inexistentes, pero posibles… Todo ello se puede hacer tras el Eibar-Atlético de Madrid. ¿Por qué? La razón es sencilla. Si el colegiado condiciona el encuentro, el punto de vista de ambas aficiones marcará el tanto por ciento de ‘robo’ que ha sufrido cada uno de los equipos, sobre todo el que pierde.

Los rojiblancos no se quejarán del penalti por mano de Vrsaljko que no pitó Gil Manzano ni tampoco del fuera del juego en el gol de Saúl, pero en su defensa pondrán en la balanza la roja perdonada a Adrián en la primera parte con 0-0 en el marcador. En el lado armero pasarán por alto esa expulsión y verán mano y posición ilegal. Y así pueden tirarse una semana o más discutiendo mientras que el resultado seguirán siendo el mismo.

En un día en el que los "y si" serán constantes, lo único claro es que el Atlético, jugando un mal partido, sigue recuperando su regularidad gracias a Saúl y al reencuentro de Griezmann con el gol liguero.

Dominio local sin premio

Fútbol del norte que dominó, lógicamente, el equipo local. Sin embargo, no es excusa para el Atlético que el Eibar esté más acostumbrado a la dureza de Ipurúa o que una de las bandas fuese un campo de minas congeladas. La parte diestra del ataque colchonero, zurda en el caso armero, hizo muy difícil jugar al fútbol, pero cuando se quiere, se puede, y eso hizo el Eibar: poder con el Atlético de Madrid.

El equipo de Mendilibar jugó a lo que quiso y curiosamente cuando hizo sufrir más al cuadro de Simeone fue cuando jugó por la banda helada de Inui. El japonés parecía jugar con patines mientras que Vrsaljko intentaba sobrevivir sin caerse a los continuos quiebros nipones. El Eibar fue mejor que su rival y sin demasiadas ocasiones en su haber sí tuvo las mejores sensaciones.

El Atlético apenas vivió de una aparición leve de Koke y de alguna diagonal de Griezmann. Giménez perdió más balones de los que recuperó en el centro del campo, pecado si eres el pivote defensivo aunque seas el nuevo, y la novedad de Torres por Gameiro arriba apenas vio de cerca el balón. Ni un sólo tiro a puerta en 45 minutos y un penalti por mano de Vrsaljko fueron lo más destacado del once del Cholo.

Ipurúa se quejó y lo hizo con razón al ver la mano de Vrsaljko no pitada, pero hubo para todos. Poco antes de esa jugada llegó otra en la que Adrián, reglamento en mano, debió ser expulsado con segunda amarilla por una mano clara en un balón a la espalda de la defensa. Sin rojas, sin penaltis y sin goles. La primera parte tuvo de todo y acabó en nada.

Simeone cambia el plan y Saúl salva el día

A Simeone se le pueden sacar defectos, pero arriesgado en pequeños detalles no suele ser el técnico argentino y Vrsaljko era un riesgo para el Atlético en la segunda parte. El croata no había visto venir en ningún momento a Inui por su banda y ya tenía amarilla así que el Cholo puso a Juanfran de inicio en el segundo acto y se quitó de problemas mayores.

Sin más variantes que Juanfran en el lateral, Eibar y Atlético de Madrid quisieron más en la segunda parte, pero sólo tuvo recompensa el equipo visitante. De los 90 minutos, los rojiblancos apenas dominaron en veinte aunque no necesitaron más para sumar los ansiados tres puntos. En realidad sólo necesitaron el plus del cabezazo de Saúl y un error del línea para poner el 0-1 en el marcador. Jugada de estrategia, tanto en fuera de juego y vuelta de tuerca al choque.

El Eibar no se esperaba el tanto en contra tras su gran primera parte aunque encajó el gancho de derecha sin caer a la lona y acumuló ocasiones mientras la grada seguía protestando por la mano de Vrsaljko y el fuera de juego que las radios o los móviles ya les habían ‘chivado’. La poca representación atlética en Ipurúa sacó a relucir la roja a Adrián, pero con 0-1 en el marcador todo se ve con más perspectiva.

El tanto a favor tranquilizó al Atlético y le sirvió a Simeone para buscar más velocidad a la contra con Gameiro por Torres mientras incrustaba a Giménez junto a Savic y Godín para poner el cerrojo. Pedro León y un par de carambolas pudieron cambiarle la cara al resultado final, pero sería el recién ingresado Gameiro, el goleador con más pases que goles, el que daría a Griezmann la sentencia en el minuto 74. Hace nada, los franceses no marcaban. Ahora, al menos, el ‘7’ ha recuperado su eficacia. Dos goles en dos partidos en 2017 para un Griezmann que necesitaba tantos ligueros para olvidar la ansiedad que tuvo que soportar en Navidad.

Poco más pasó en Ipurúa a partir del 0-2 y el Eibar hincó la rodilla con mucho orgullo y con un gran partido como local. Por su parte, el Atlético ganó 0-2 fuera de casa con veinte minutos sobre noventa en los que fue superior. A muchos esto les traerá buenos recuerdos ya que la mejor versión del equipo del Cholo ganaba casi siempre así lejos del Calderón. Dos de dos en 2017 y sonrisa colchonera.

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