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El 'Toto' Berizzo, el alumno más aventajado de Bielsa que se rifa media liga

El Toto termina contrato el 30 de junio con el Celta y suena para Villarreal, Valencia, Athletic y Sevilla. Su prioridad, renovar con los celestes. 

El Toto termina contrato el 30 de junio con el Celta y suena para Villarreal, Valencia, Athletic y Sevilla. Su prioridad, renovar con los celestes. 
Berizzo, uno de los técnicos de moda | Cordon Press

Eduardo Berizzo es uno de los técnicos de moda en Europa. El argentino, entrenador del Celta, termina contrato el 30 de junio y aún no ha renovado.

El Toto ha hecho un extraordinario trabajo en el Celta. Tres temporadas donde, además de los grandes resultados deportivos, le ha dado a su equipo una personalidad. El Celta sabe a lo que juega, cree en lo que hace y lo pone en práctica ante cualquier rival. A pesar de las importantes bajas de Krohn-Dehli, Augusto Fernández, Nolito u Orellana –Berizzo demostró mano de hierro con el chileno, al que echó del Celta por una falta grave de respeto–, el Celta se reinventa y consigue ser competitivo. Algo que no pasa desapercibido en La Liga.

Villarreal –que le ofrece 2 millones de euros por temporada–, Valencia –Alexanco, director deportivo ché ya ha mantenido reuniones con el entorno del Toto–, Sevilla –si finalmente Sampaoli se convierte en seleccionador argentino– y Athletic de Bilbao –si Txingurri Valverde es el elegido para sustituir a Luis Enrique en el Barcelona–, a Berizzo le llueven las ofertas. Sin embargo, el Toto ha dejado claro que su prioridad es el Celta. Se siente identificado con el proyecto, con la ciudad y con la afición. A pesar de que económicamente el conjunto vigués no puede competir con el resto, si Carlos Mouriño decide dar un paso adelante, dejar de lado las guerrillas políticas y apostar de verdad por un proyecto deportivo atractivo, Berizzo seguirá en Vigo.

ADN Marcelo Bielsa

Berizzo era un central elegante en la salida de balón, con mucho carácter, y muy bueno al corte. Pero, por encima de todo, era un mariscal en el terreno de juego. Inteligente, no paraba de hablar y ordenar a sus compañeros. Era la prolongación del entrenador en el campo. Sus tres temporadas y media en Vigo le valieron el cariño de la afición.Tras colgar las botas, Marcelo Bielsa lo apadrino en la selección chilena. Su legado aún sigue patente en el Toto.

De Bielsa tomó el gusto por el buen fútbol, la minuciosidad en el trabajo diario, poseer una oratoria, un mensaje que cala hondo en sus futbolistas, el no renunciar jamás en salir a jugar de tú a tú al rival, el gusto por la respuesta y, por qué no, la pequeña locura que supone marcar al hombre y el romanticismo del fútbol.

Las marcas individuales que suele imponer Marcelo en sus equipos las mantiene Eduardo en el Celta. Pero con matices. Está loco, pero es listo. Hay zonas delimitadas de estas marcas al hombre más propias de un fútbol de antaño. Conseguir realizar las permutas del modo adecuado se convierte en clave. Lo mismo que para realizar las coberturas. Por eso es fácil ver a un interior cubrirle las espaldas a Hugo Mallo –lateral derecho del Celta y gran capitán del conjunto olívico– o a un delantero caerse a la banda para cubrir cualquier desajuste. En el equilibrio y la solidaridad está la virtud.

Esta temporada, en ciertos aspectos, Berizzo se ha cholorizado. Y es que en muchos partidos, al no tener la posibilidad de sacar el balón jugado desde atrás –Marcelo Díaz y Fontás, dos piezas clave para dar una salida aseada de balón en este Celta se han perdido varios partidos por lesión–, el técnico argentino ordena a sus gladiadores que busquen el juego directo y las segundas jugadas. Menos lírica y más oficio. Algo inimaginable en entrenadores como Lillo o Paco Jémez, auténticas paredes de hormigón en cuanto a retocar su estilo de juego. Otro punto a favor de un Berizzo que se ha ido reciclando temporada a temporada encontrando un equilibrio perfecto.

Otra de sus grandes evoluciones ha sido como gestor de recursos. La temporada pasada jugaba con un once fijo. Media plantilla estaba inutilizada. Sin embargo, con tres competiciones, esta campaña Berizzo ha hecho sentirse importante a todos.

Como todo entrenador, Eduardo tiene sus manías. Quizás su punto negro sea el saber cambiar los partidos desde el banquillo. No suele utilizar un plan B y tampoco suele ser determinante con los cambios. Tampoco es un amante de la cantera. Es tan competitivo, que rodar mirlos blancos no va con él.

Tras tres años en Vigo, Berizzo reflexiona sobre su continuidad. Muchos equipos babean, como aves de rapiña, esperando que el Toto deshoje la margarita.

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