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Luka Modric vive sus peores días en Croacia desde la guerra

Su participación como testigo en el juicio contra el directivo Zdravko Mamic ha afectado seriamente a su imagen social.

Su participación como testigo en el juicio contra el directivo Zdravko Mamic ha afectado seriamente a su imagen social.
Modric, a su llegada al juzgado para testificar | EFE

Pese a que la temporada recién terminada ha sido una de las mejores para él en lo estrictamente deportivo, es evidente que no corren los mejores tiempos para Luka Modric. Ser pieza clave en la tercera Champions League del Real Madrid en cuatro años, conseguir al fin ganar la liga española, lo que se había convertido casi en una obsesión para él, y no sufrir lesiones graves durante el curso serían por sí mismos motivos más que sobrados para estar feliz. Sin embargo, en lo extradeportivo las cosas no le salen últimamente a pedir de boca al de Zaton Obrovacki, una pequeña localidad rural en las montañas que rodean Zadar, una de las joyas de la costa del Adriático. El menudo centrocampista croata se ha visto envuelto en un considerable embrollo jurídico que está afectando directamente a su imagen en un país en el que es un auténtico ídolo, debido a su origen humilde como refugiado durante la Guerra de los Balcanes.

Así, la Fiscalía croata ha abierto una investigación al centrocampista del Real Madrid ante la sospecha de que el jugador dio un falso testimonio el pasado martes durante el juicio por corrupción al ex directivo del Dinamo de Zagreb, Zdravko Mamic. La Fiscalía considera que Modric modificó su declaración respecto a las explicaciones que había dado durante la investigación del caso en el año 2015, lo que podría suponer un delito de perjurio, según informa el diario Vecernji list. Dar falso testimonio como testigo está penado en Croacia con hasta cinco años de cárcel.

La relación de Modric con Mamic, el personaje más influyente del fútbol croata, viene de lejos. En 2001, la agencia de Mamic adquirió los servicios de dos jóvenes jugadores del NK Zadar, Mario Grgurovic y el propio Luka Modric. A cambio de la gestión de sus carreras deportivas, ambos se comprometían a abonar el 20% de las ganancias de sus carreras a Mamic. Cierto es que la carrera del talentoso Grgurovic pronto se estancó, pero no se puede decir lo mismo de un Modric que se convirtió, con el paso de los años, en la gallina de los huevos de oro para Mamic, un tipo peculiar, convertido durante la Guerra de los Balcanes en uno de los tipos más adinerados de Croacia, y capaz de convertir al Dínamo de Zagreb en amo y señor del fútbol croata desde que en 2003 se convirtiera en el vicepresidente ejecutivo del mismo, tras acceder al cuerpo directivo del club precisamente en el año 2000. Sin embargo, sus éxitos deportivos no le han dado nunca patente de corso a nivel social en su gestión. Conocidos son sus rifirrafes con la prensa, que han llegado incluso al desagradable terreno de los insultos y las amenazas en alguna ocasión, así como sus desencuentros con su propia afición, desencantada por la gestión del gran club del fútbol croata. El conflicto de intereses entre su función como hombre poderoso del Dínamo, y su posición como agente más poderoso del fútbol croata, siempre estuvo ahí. De hecho, el representante oficial de Modric siempre fue Mario Mamic, hijo de Zdravko, por más que fuera conocido que no era precisamente el padre quien tomaba las decisiones.

Por ello, muchas voces críticas con Mamic aseguran que actualmente ejerce en la sombra como hombre poderoso de la Federación Croata de Fútbol, por más que no tenga ningún cargo en ella. "Davor Suker es su marioneta, pero el que manda es Mamic", aseguran las fuentes más críticas con el ex jugador del Real Madrid, actual presidente de oficio del ente que rige el fútbol croata.

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Zdravko Mamic (izquierda), junto a Davor Suker. | Cordon Press

Y es que Mamic siempre estuvo envuelto en la polémica. A la larga, los peculiares contratos firmados a los jóvenes valores del balompié croata, le han traído algún que otro dolor de cabeza, como cuando el brasileño nacionalizado Eduardo Da Silva, que terminara jugando en Arsenal o Shakhtar Donetsk entre otros, le denunciara precisamente por lo abusivo de ese 20% que debía abonarle cada año.

Actualmente, Mamic está siendo juzgado, junto con otras tres personas, por supuestas malversaciones de hasta 15 millones de euros en los traspasos de jugadores desde el Dínamo a clubes extranjeros, entre ellos el fichaje de Modric por el Tottenham en 2008, así como por evadir 1,5 millones de euros en impuestos. Tal y como informa The Independent, el contrato de aquel traspaso a los Spurs recogía que la cantidad debía repartirse a partes iguales entre el club y el jugador, algo que, según investiga la fiscalía, se añadió tras el acuerdo de venta, lo que la convertiría en ilegal. Este supuesto fue confirmado por Modric en su primera comparecencia ante el juez. Empero, el futbolista modificó su declaración la pasada semana, señalando que "cuando me referí a eso, hablaba sobre el contrato personal entre Mamic y yo, que regulaba el reparto en los pagos por el traspaso".

Y es precisamente a raíz de ese cambio de postura de Modric que muchos aficionados croatas se han posicionado en su contra, por su apoyo, público o no, al odiado Mamic. Hasta hace sólo unas semanas, hablar de Luka Modric era hacerlo de un ejemplo para la sociedad croata: el refugiado hecho a sí mismo persiguiendo un sueño y superando multitud de adversidades, que además permaneció en el país durante los peores años de la guerra, y siempre implicado en causas sociales. Sin embargo, su cuestionable participación en el juicio contra Mamic está empañando la imagen pública de Modric, adorado hasta hace poco en Zadar o Zagreb, así como en Móstar, la ciudad de Bosnia y Herzegovina en la que jugó una temporada defendiendo los colores del HSK Zrinjski. La decepción social generada por Modric es uno de los temas de debate en el día a día de la sociedad croata.

De hecho, a raíz de su última comparecencia en el juzgado, diversas muestras públicas de rechazo han aparecido en lugares emblemáticos para la vida de Modric. En el antiguo Hotel Iz de Zadar, hoy refugio de okupas, pero durante años la casa de los Modric en una pequeña habitación compartida con su familia, apareció una pancarta que rezaba "Luka, te acordarás de este día".

Igualmente, en Móstar, un grafiti callejero que durante años, en la céntrica calle Dubrovacka, ha recordado el paso del joven Modric por el Zrinjski, también amaneció mancillado la pasada semana, con la siguiente pintada: "¿Te acuerdas de Zrinjski, hijoputa? Que Mamic se folle a tu madre".

Desde luego, la percepción social de Luka Modric en Croacia ha caído en picado en los últimos días. Se puede asegurar que, desde sus duros años de infancia, el futbolista del Real Madrid pasa por los peores momentos que desde entonces haya padecido en su país.

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