La planificación deportiva esta temporada en Can Barça ha sido un completo desastre. Josep María Bartomeu y su cúpula directiva han quedado retratados.
Las fuertes críticas recibidas por la afición culé, ponen al que ya muchos consideran "peor presidente en la historia reciente del Barça" contra las cuerdas. Si consigue superar la moción de censura que prepara Agustí Benedito, Josep María tiene deberes. La primera tarea de Bartomeu es despedir a Roberto Fernández. El director deportivo, cuyos conocimientos futbolísticos son "muy escasos" para algunos de sus colegas de profesión, ha hecho el ridículo en su estancia en la Ciudad Condal.
Desde el fichaje de Semedo, pasando por el 'Asunto Coutinho', pagar 40 millones por Paulinho y no conseguir soltar lastre, son pecados suficientes para su fulminante despido. Además, Bartomeu debe volver a ilusionar a su afición con el fichaje de un verdadero crack. El elegido parece ser Paulo Dybala.
El argentino, que a pesar de jurar amor eterno a la Juventus el pasado 13 de agosto: "Estoy feliz en la Juventus. Renové hace tres meses. Quiero crecer aquí y si el presidente quiere, me quedaré para siempre", la posibilidad de jugar junto a Leo Messi y ser el heredero del 10, seduce y mucho a Paulo.
En una decisión sorprendente y significativa, el argentino ha despedido de manera fulminante a su agente. Según ha desvelado la 'Gazzetta dello Sport', la estrella de la Juventus ha decidido finalizar su relación con el agente italiano Pier Paolo Triulzi y volverá a poner su carrera -ya fueron sus agentes antes de su fichaje por la Juventus- en manos de sus hermanos Gustavo y Mariano, que vive en Barcelona y que ya se ha reunido en varias ocasiones con miembros de la directiva culé. ¿Supone esta decisión el primer paso para terminar recalando en el Barça? La Vecchia Signora no lo pondrá fácil. Su renovación hasta 2022, este mismo año, es buena prueba de que no están dispuestos a negociar por él.