Josep María Bartomeu lo sabe. Su equipo necesita dar un golpe de efecto para olvidar definitivamente la traumática salida de Neymar. La amenaza de que el brasileño termine jugando en el Madrid es real. Por ello, el presidente azulgrana tiene claro que este verano debe llegar, al menos, un crack. El crack tiene nombre y apellidos: Antoine Griezmann.
La salida del delantero galo del Atlético es algo que está pactado desde el pasado verano. Griezmann, que tenía una jugosa oferta del United, no quiso dejar tirado a un conjunto colchonero que no podía fichar hasta el mercado de invierno. El galo, incluso, se subió la cláusula de rescisión de 100 a 200 millones para ahuyentar tiburones. Sin embargo, a partir de enero, su libertad volverá a valer 100 kilos.
El Barcelona considera que Griezmann haría una dupla perfecta con Leo Messi. La directiva, la dirección deportiva y el cuerpo técnico lo tienen claro: "Hay que fichar a Griezmann este verano. No se puede escapar".
El precio no es un problema para el Barça. Tal como está el mercado, 100 millones por Antoine es un caramelo más que goloso. Y el acuerdo con el entorno del jugador francés parece perfilado. Según avanzó en exclusiva Mundo Deportivo, Bartomeu se reunió recientemente para comer en Barcelona con la familia de Griezmann. No hay que olvidar que la hermana del actual delantero del Atlético de Madrid actúa como agente de Antoine.
La operación está encarrilada y se retomará según avance la temporada. De momento Griezmann quiere centrarse en intentar irse del Atlético por la puerta grande. Está convencido de que su equipo puede ganar La Liga. Sería el broche de oro a su trayectoria en el Atlético. El último sueño hecho realidad como rojiblanco. El próximo año vestirá de azulgrana.