Este miércoles Christian Eriksen saltaba a la palestra de la actualidad informativa al 'tirarle los tejos' de manera evidente al Real Madrid. "Siento que estoy en un momento de mi carrera en el que quizás quieres probar algo nuevo. Si me voy espero que sea para mejorar" Sobre sus preferencias a la hora de elegir un nuevo destino, Eriksen fue muy claro: "Para que pueda fichar por el Real Madrid es necesario que ellos descuelguen el teléfono y llamen al Tottenham".
Su gozo en un pozo
Eriksen es un jugador que el Madrid tiene señalado en rojo en su libreta. Se le ha seguido a conciencia esta temporada. Termina contrato en 2020 y se niega a renovar. Interesante. Sin embargo, según han podido saber Libertad Digital y esRadio de fuentes próximas a la cúpula merengue, su fichaje no es una prioridad.
Con Eriksen el Madrid tiene dudas. Filtra pases decisivos como pocos, tiene llegada y un guante en su pie derecho. La clase del danés está fuera de toda duda pero hay voces autorizadas que no lo ven como interior. Ni por su trabajo defensivo ni consideran que tenga capacidad suficiente para controlar el tempo del partido. Creen que la posición donde más luce es mediapunta. No enamora. Por ello no están dispuestos a hacer un fuerte desembolso por Christian. ¿Que se pone a tiro por un precio jugoso y acepta una ficha intermedia en el escalón salarial del club? ¿Que el Tottenham propone un trueque por Bale? A nadie le amarga un dulce. Pero el Madrid, según nuestra información, no tiene intención alguna de ir con todo a por Eriksen y ponerse a negociar con el guerrillero Levy, el presidente del Tottenham.
Las prioridades para reforzar la medular son otras bien distintas. Zidane tiene muy claro que para reforzar la sala de máquinas quiere a Pogba, y si el galo se va de precio, Ndombélé gusta, y mucho, tanto a Zinedine como al club, como adelantó Libertad Digital el pasado 27 de marzo.
La espera de Eriksen para que el Madrid descuelgue el teléfono y llame al Tottenham puede ser eterna.