Takefusa Kubo destilará su enorme clase y talento en Primera. El japonés viajó este jueves a Palma, pasó reconocimiento médico y ya ha firmado su contrato de cesión por una temporada con el Mallorca.
¿Por qué lo cede el Madrid?
Costó convencerle pero al final, Kubo y su entorno entendieron que lo mejor para él era jugar esta temporada en Primera. Idea que tenían, al igual que con Rodrygo, desde el club y la dirección deportiva. Consideran que el talento de Kubo merece pulirse en la máxima categoría. Al contrario de lo que pasó con Vinícius la temporada pasada, al que se negaron a ceder para tenerle más controlado -el brasileño, cuya infancia pasó en una favela, era la primera vez que salía de su país- , con Kubo no hay miedo a que se desvíe del camino. Su entorno se encarga de ello. El japonés creció en Barcelona y siempre ha tenido a su familia arropándole a su lado.
Kubo, que en un primer momento rechazó jugar en el Real Valladolid ya que quería entrenarse con la primer plantilla y no le importaba jugar esta temporada en Segunda B con el Castilla, se ha dado cuenta en los últimos amistosos del equipo que entrena Raúl González, que en la categoría de bronce del fútbol español, iba a sufrir de lo lindo esta campaña. En el último partido ante el Burgos, cada vez que recibía tenía a dos jugadores encima. Cada vez que se marchaba de un contrario, recibía una falta.
El Real Valladolid, con problemas de límite salarial
El Mallorca se lleva un tesoro y se lo birla a un Pucela que debe resolver sus problemas con el límite salarial -en la primera jornada no pudo inscribir a jugadores como Javi Sánchez o De Frutos, precisamente cedidos al conjunto que preside Ronaldo Nazario- para terminar de cerrar su plantel. El sueldo de Kubo, 1,2 millones de euros, era prohibitivo para un conjunto albivioleta que busca en el mercado con urgencia un lateral izquierdo y un centrocampista creativo. Takefusa era la guinda al pastel. Una guinda que se lleva el equipo bermellón y que disfrutará su entrenador, Vicente Moreno.