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Un minuto fatídico del Atlético da un punto al Valencia (1-1)

Los rojiblancos fallaron el 2-0 con el partido en su mano, perdieron por lesión a Joao Félix y con los locales jugando con 10 llegó el 1-1.

Los rojiblancos fallaron el 2-0 con el partido en su mano, perdieron por lesión a Joao Félix y con los locales jugando con 10 llegó el 1-1.
Joao Félix tuvo que retirarse lesionado en el partido ante el Valencia. | Cordon Press

Se puede interpretar de manera positiva o negativa todo lo que está haciendo el Atlético de Madrid en este inicio de temporada, pero hay una cosa clara: si el Cholo Simeone lanza ahora mismo una moneda al aire le va a salir siempre cruz. En Valladolid, el partido de su equipo fue horrible y aún así Correa tuvo los tres puntos en su mano con un balón al palo en los minutos finales. Moneda al aire y cruz. Frente al Valencia y en un solo minuto, 1-0 en el marcador, fallan el 2-0, pierden a Joao Félix por lesión y en la siguiente jugada, ya con 10 hombres y sin cambios, golazo descomunal de falta de Parejo. Moneda al aire, cruz, palo en la frente, guantazo en la cara y todo lo que se puedan imaginar.

El Wanda Metropolitano se vació tras el 1-1 ante el Valencia con una afición que sigue sin digerir bien la pizza que le pone sobre la mesa Simeone. Esa metáfora que utilizó el Cholo en su entrevista en la Cadena Ser es ahora tomada como un mantra, pero lo es para bien y para mal, como no. La que se tomaron los colchoneros en Valladolid fue indigesta, con todos los ingredientes mal repartidos y sin sabor ninguno, sin embargo, la que se puso sobre la mesa ante el Valencia no estuvo del todo mal. Tuvo un gol de Diego Costa, la solidez como base y el puntito de sabor de jugadores como Felipe o Saúl que firmaron una buena actuación. Era una pizza comestible.

El problema llegó cuando el estómago de los comensales se revolvió en un solo minuto. Todo iba bien, la reseña no iba a ser mala y de repente retortijón y tarde para olvidar. Otra vez y ya van unas cuantas al Atlético le toca manzanilla y omeprazol. Eso sí, la lesión de tobillo de Joao Félix pinta mal y eso no hay protector de estómago que lo solucione.

El gol de Costa ilusionó al Metropolitano

Minuto 36 de partido. El Atlético de Madrid se acerca al descanso con empate a cero en el marcador y con la sensación de estar abocado una vez más a irse al túnel de vestuarios sin gol y sin victoria momentánea. Salvo en el choque ante el Mallorca y el primero frente al Getafe, el cuadro de Simeone siempre se había ido a las duchas en igualdad de condiciones o en desventaja respecto al rival. A eso se sumaba que Diego Costa y Morata, teniendo oportunidades, no habían conseguido marcar. En resumen, la portería que habitualmente tiene un tamaño de 7,32 metros de ancho y 2,44 metros de alto, para el Atlético seguía siendo, como mucho, de 3,66 metros de ancho por 2,13 de alto, las medidas de una de hockey hierba.

Con todos los agoreros ya dándose la razón a sí mismos llegó la mano de Cheryshev. Centro de Morata, la pelota impacta en la mano del ruso, la jugada no se para y una vez el balón se detuvo, Cordero Vega se marcha como una flecha hacia el VAR. Todo el estadio mirando al árbitro. Todos menos una persona, Diego Costa. El delantero, que lleva 2 años gafado de cara a gol, cogió la pelota con tranquilidad, la puso en el punto de penalti y dio los pasos necesarios para disparar a portería. Era penalti sí o sí y lo iba a marcar sí o sí. "Pero puede que la pelota…". No, era penalti. Para Costa era pena máxima y no había nada más. Él estaba preparado.

La escena del delantero de Lagarto fue de las que demuestran el carácter de un jugador en los momentos claves y cuando el colegiado señaló finalmente el punto de penalti, Costa no falló para una alegría de un Metropolitano respiró tanto o más que su delantero por haberse quitado un peso grande de encima. Fue el premio a una buena primera parte del Atlético. Las entradas de Hermoso por Lodi y Felipe por Savic sirvieron para frenar bien la intensidad del Valencia y arriba se vieron muchas mejores sensaciones en Saúl y Joao Félix. Ambos tuvieron la pelota en sus pies por la bandas y cuando fueron hacia dentro hicieron mucho daño a la defensa ché. El Atlético, a fin de cuentas, estaba funcionando como quería Simeone.

Un minuto de pesadilla

El travesaño de Cheryshev nada más comenzar la segunda parte hizo pensar a los colchoneros que quizá esta vez no habría nada que lamentar al final de la tarde, pero lo que sucedió del minuto 80 al 81 entra dentro de esas pesadillas que todo aficionado tiene cuando se pone en lo peor para su equipo.

En apenas unos segundos que para muchos fueron eternos, el Atlético de Madrid tuvo el 2-0 en una jugada de Arias, vivió la fea lesión de Joao Félix con los tres cambios ya hechos y apareció en escena el golazo de falta de escuadra y cartabón de Parejo. Para el aficionado del Atlético, la aparición de Freddy Krueger en sus pesadillas habría sido mejor opción que lo que pasó en ese minuto. El minuto Krueger lo pueden llamar a partir de ahora, aparte del famoso 93 que todos conocen aunque, lógicamente, con menos dramatismo.

Menos mal que a Oblak le dio por volar en los minutos siguientes para sacar una mano igual de genial que la falta de Parejo porque el Valencia pasó de estar casi muerto a rozar los tres puntos. Todo ello tras una serie de cambios que dejaron en mal lugar al Cholo Simeone y que también hay que repasar. Habitualmente es al revés, pero frente al Valencia pocos entendieron las variaciones del argentino. Sobre todo quitar a Thomas cuando en el otro lado de la medular estaban Kondogbia y Coquelin. A partir de ahí el Valencia ganó el centro y sin crear demasiado peligro logró mandar al Atlético en dirección a su propia portería con Parejo dominando tiempos y espacios. Celades también estuvo mejor que Simeone con los cambios.

Todo sumó en la segunda parte y todo sumó para mal en el bando colchonero hasta que Kang In lee se autoexpulsó con una falta de ‘juicio y sentencia’ que casi destroza la pierna de Arias. Ahí se acabó el partido y la comida para el Atlético de Madrid que tiene que empezar a ofrecer mejor menú y tomarse un buen protector para evitar sustos.

Lo dicho anteriormente: pizza más comestible, pero igual de indigesta. El minuto de Krueger o, mejor dicho, el minuto del retortijón se instaló en el Metropolitano.


Ficha técnica

Atlético de Madrid, 1: Oblak; Arias, Felipe, Giménez, Mario Hermoso (Renan Lodi, m.54); Koke, Thomas (Lemar, m.54), Saúl; Joao Félix; Morata (Llorente, m.68) y Diego Costa
Valencia, 1: Cillessen; Wass, Garay, Gabriel Paulista, Costa; Coquelin, Kondogbia (Gameiro, m.65), Parejo; Ferran Torres (Carlos Soler, m.71), Cheryshev (Kang In Lee, m.77) y Maxi Gómez

Goles: 1-0, m.36: Diego Costa, de penalti; 1-1, m.81: Parejo, de falta directa
Árbitro: Cordero Vega (Colegio cántabro). Amonestó con tarjeta amarilla a Thomas (m.29) y Joao Félix (m.44), del Atlético de Madrid; y a Cheryshev (m.39), del Valencia. Expulsó con roja directa al visitante Kang In Lee (m.90)
Incidencias: Partido correspondiente a la novena jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Wanda Metropolitano ante 61.603 espectadores. En los prolegómenos se le entregó una placa conmemorativa al hispano-argentino Jorge Griffa, delantero del Atlético de Madrid desde la temporada 1959/60 hasta la 1968/69

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