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El plan B del Real Madrid naufraga en Mallorca: ¿jugaron Isco, James y Jovic?

Con varios cambios en el once inicial por culpa de las bajas, el equipo volvió a cometer muchos de sus pecados habituales.

Con varios cambios en el once inicial por culpa de las bajas, el equipo volvió a cometer muchos de sus pecados habituales.
Isco, en acción ante el Mallorca en Son Moix. | Cordon Press

En Son Moix faltaron muchos de los teóricos titulares como Dani Carvajal, Luka Modric, Gareth Bale, Toni Kroos o Eden Hazard. Aún así, frente al Mallorca jugaron futbolistas llamados a pelear por la titularidad en este Real Madrid, que con su primera derrota en Liga (1-0) se ha dejado no sólo la imbatibilidad en la competición doméstica, sino también el liderato en favor de un Barcelona que horas antes goleaba al Eibar en Ipurúa (0-3).

Era una oportunidad de oro para dos jugadores como James Rodríguez o Isco Alarcón, otrora importantes en este Madrid pero que actualmente distan mucho de su mejor momento de forma. Una oportunidad ante un rival como el Mallorca, que arrancó la jornada en puestos de descenso y que, con su segunda victoria consecutiva, sale provisionalmente de ellos. Un equipo, el de Vicente Moreno —el hombre milagro en las islas—, que ha demostrado que ahora mismo cualquiera puede meterle mano a este Real Madrid. Con poco hambre que se tenga...

En Palma, los blancos han cometido muchos de los pecados que vienen arrastrando desde hace meses. Hace un mes, tras la primera derrota del curso contra el París Saint-Germain en el Parque de los Príncipes (3-0), Zidane hablaba de "falta de intensidad". Pero este Real Madrid tiene muchos más problemas: un equipo muy largo, no corre, sin columna vertebral ni equilibrio en el centro del campo, falta de puntería, debilidad defensiva... Hay mucho más del discurso simplista de la "falta de intensidad" a la que se refiere su técnico, que en Palma quiso reaccionar con los cambios.

Anoche, en Son Moix, el Madrid volvió a salir al campo desconectado y acabó pagando muy caro su flojo inicio de partido. Es verdad que luego los visitantes reaccionaron y, llegando a dominar el choque por momentos, pasaron a llevar la iniciativa, jugando cada vez más cerca del área de Manolo Reina que la de Thibaut Courtois. Capítulo aparte merece lo del cancerbero belga. No es ni mucho menos el principal culpable de la debacle blanca, pero tampoco para una: encaja un gol cada dos disparos. Un dato revelador y, huelga decirlo, muy preocupante.

En defensa destacó Eder Militao, que claramente fue de menos a más. Álvaro Odriozola reculó excesivamente en el gol de Lago Junior, aunque también es cierto que James no le ayudó en esa jugada, y luego acabaría enmendando su error con intervenciones notables. Todo se fue al traste, sin embargo, cuando se autoexpulsó a los 74 minutos, cuando mejor parecía estar su equipo en busca del empate, con una segunda amarilla innecesaria.

Para entonces había mejorado el Madrid con la entrada al campo de Fede Valverde en sustitución de un Isco totalmente intrascendente. Mientras muchos le siguen esperando, al malagueño se le vio falto de ritmo en lo físico y atascado con el balón. Un partido decepcionante del futbolista del Arroyo de la Miel. Como también lo fue el de James. El colombiano sólo se lució con un buen pase en largo hacia Karim Benzema, que acabó con un remate al travesaño del delantero francés, pero además de mostrarse muy pasivo en la acción del 1-0, apenas aportó nada en el ataque.

En este apartado hay que hacer mención especial para Luka Jovic, que ha demostrado que este traje del Real Madrid le queda de momento demasiado grande. El serbio, que jugó por delante de Benzema, se fue del partido sin rematar ni una sola vez. Eso lo dice todo. El club blanco pagó 60 millones por él tras su gran temporada en el Eintracht de Fráncfort, pero de momento se está pareciendo más al futbolista que pasó sin pena ni gloria por el Benfica que al que deslumbró el pasado curso en la Bundesliga. En su lugar entró Rodrygo, que tampoco estuvo acertado.

Sólo Benzema y Vinicius trataron de echarse el equipo a la espalda. Lo de la falta de definición del brasileño empieza a ser preocupante: en la primera parte se le vio fresco, con chispa y desborde. De hecho, regaló algún que otro autopase, pero siempre se mostraba errático en los metros finales. Fue un espejismo porque en la segunda parte se borró del partido, como muchos de sus compañeros.

La apatía se contagia fácilmente en este Real Madrid, que después de decepcionar en la Champions también lo empieza a hacer en Liga. O mucho cambia la película, y cuanto antes mejor, o tiene toda la pinta de que Zidane y los suyos volverán a irse de vacío otra temporada más.

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