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El 'festival del penalti' deja a medias a Barcelona y Atlético de Madrid (2-2)

Tres penas máximas, una repetida, y un gol en propia meta dieron forma al 2-2. El Real Madrid puede aprovechar los ecos de un partido trepidante.

Tres penas máximas, una repetida, y un gol en propia meta dieron forma al 2-2. El Real Madrid puede aprovechar los ecos de un partido trepidante.
Los jugadores del Atlético de Madrid celebran uno de los dos goles de Saúl desde el punto de penalti. | EFE

Ambos son equipos grandes y el empate a dos fue un buen cierre para un partido trepidante, lleno de alternativas y con muchísimo ritmo. Pero precisamente por la grandeza de ambos conjuntos y por los retos que Atlético y Barcelona tenían en la cabeza, el 2-2 final les supo a poco. Los locales necesitaban ganar para que el Real Madrid no se distanciase aún más en el liderato y el Atlético buscaba el 2 en la quiniela para lograr por fin la primera victoria en el Camp Nou desde el año 2006. Objetivos y ansiedades diferentes, no cabe duda, aunque igual de importantes según el punto de vista de cada uno de los púgiles.

Ambos retos se perdieron en el limbo con el 2-2 aunque lógicamente al que mejor le supo el empate fue al equipo del Cholo Simeone. Los madrileños tuvieron opciones para ganar en todo momento y parece mentira que siempre fuesen por detrás en el marcador cuando firmaron fases del choque en las que merecieron ir por delante o, como mínimo, no ir por detrás. Cada regalo rojiblanco era un gol del Barcelona, aunque cada uno de esos favores acabó transformándose siempre en una reacción inmediata. Si Diego Costa se marcaba en propia puerta el 0-1, Carrasco forzaba un penalti que, repetido, acababa en el 1-1. Si Felipe derribaba de forma inocente a Semedo en el área para que Messi marcase el 2-1, Carrasco volvía a aparecer para forzar otra pena máxima que Saúl convertía en el 2-2. Ping, pong. Ping, pong. Y así todo el partido.

Fue un toma y daca en toda regla. ¿Generado siempre por los fallos propios de cada equipo? Sí, es indudable, aunque ojo, cada error propio siempre tuvo como origen la calidad ajena. Por eso fue un partido tan bonito, porque el buen fútbol obliga a cometer errores y siempre es mejor que estos ocurran por la calidad del rival y no por la ausencia de la misma en los dos equipos. Eso sí, ya que de calidad hablamos, no hay que obviar que aquel que dijo tenerla a raudales en su día para sentarse incluso a comer en la misma mesa de Cristiano y Messi, acabó saliendo en el descuento y encima ante el equipo que abandonó para ser igual de grande en Barcelona. La Decisión de Griezmann fue esa, pero la decisión de Setién fue dejarle 90 minutos en la grada.

Penaltis, Carrasco y Messi

Ni el Barcelona llegaba al partido con aroma a fútbol preciosista ni el Atlético de Madrid es un equipo que acostumbre a jugar a lo loco en el Camp Nou. Por eso, los primeros 20 minutos fueron una bendición para el aficionado que recuerda con melancolía los grandes y esquizofrénicos partidos entre estos dos conjuntos allá por los años 90, que se repitieron más tarde a comienzos del nuevo milenio.

Como si de un Barça-Atlético con Pizzi o Pantic sobre el césped se tratase, el duelo en la Ciudad Condal tuvo de todo en su inicio. Llegadas de Marcos Llorente, apariciones estelares de hombres como Riqui Puig y Yannick Carrasco, ocasiones a balón parado del Atlético, intentos de Suárez, la siempre omnipresencia de Messi y lo más importante, dos goles y dos penaltis. El argentino siempre es protagonista para bien en este tipo de encuentros, todo lo contrario que Diego Costa, que se marcó el 1-0 en propia puerta y falló el penalti provocado por Carrasco que le hubiese dado a él el empate a uno de su equipo.

Por suerte para Simeone esa mala pata de Diego Costa la tuvo también Ter Stegen, ya que el alemán se olvidó de tener al menos uno de los dos pies sobre la línea de gol y el penalti errado por Costa lo hizo bueno Saúl en la repetición del mismo. ¿Se pitan estas infracciones en todos los partidos? La verdad es que no, sin embargo, la regla es la que es y si el árbitro y el VAR hacen bien su trabajo en vez de pasarse la patata caliente esperando que no les estalle en la cara, los penaltis como el que paró Ter Stegen se tienen que repetir. Este se repitió y el Atlético no perdonó.

A partir del 1-1, el ritmo del partido no bajó sino que se aceleró gracias sobre todo a Messi y a Yannick Carrasco. El belga cogió el DeLorean para regresar a 2015 y recién aterrizado de Mónaco fue un vendaval en ataque. Fue el jugador que el Atlético fichó para hacerlo grande y que por el camino se perdió al creerse en un momento dado el Messi colchonero. Carrasco recordó al Yannick de 2015 y Messi recordó… bueno, Messi fue el Lionel de siempre. De hecho calcó la mayoría de disparos que suele hacer en cada partido y uno de ellos, rosquita de por medio, acabó en la cepa del palo derecho de Oblak que, la verdad, solo se vio exigido por el ‘10’ azulgrana.

Al descanso se llegó con mucha tela que cortar, con Carrasco y Messi reinando y con la frescura de hombres como Marcos Llorente y Riqui Puig brillando en todo momento. Y todas esas cosas se mantuvieron en el segundo acto añadiendo además dos penaltis más. Curiosamente con Semedo en ambos lances. En el 2-1 anotado de panenka por Messi, el lateral se aprovechó de los tres meses sin jugar de Felipe y en el 2-2 de Saúl, el lateral portugués derribó sin querer a Carrasco para que el ’8’ rojiblanco firmase su doblete particular. El festival del penalti era ya un hecho y solo faltaba por ver qué pasaría con el festival de cambios.

Mientras Griezmann esperaba aburrido a que Setién le dejase jugar, Simeone y el técnico cántabro fueron moviendo piezas para dar entrada a los Joao Félix, Morata, Vitolo, Lemar, Ansu Fati o Sergi Roberto. Ninguno de ellos ayudó a romper el partido en favor de su equipo salvo Lemar, que tuvo en sus botas el 2-3, pero, como siempre, le faltó sangre. Antes y por parte del Barcelona, posible penalti de Giménez a Piqué y oportunidad clara de Arturo Vidal. No fue ni mucho menos una mala segunda parte aunque se notó que Carrasco y Messi fueron perdiendo fuelle al igual que Marcos Llorente o un licenciado con honores Riqui Puig. Fueron los cuatro fantásticos de un gran partido de fútbol.

Pitido final, reparto de puntos y caras largas en el Barcelona y en Griezmann. Cambiar el equipo en el que incluso te perdonaron un ofensivo documental para acabar siendo el cambio insustancial de tu nuevo club en el 90… Decisiones, Antoine, decisiones.

Ficha técnica

FC Barcelona, 2: Ter Stegen; Semedo, Piqué, Lenglet, Jordi Alba; Sergio Busquets (Ansu Fati, m.84), Rakitic (Sergi Roberto, m.63), Arturo Vidal (Griezmann, m.90), Riqui Puig; Messi y Luis Suárez
Atlético de Madrid, 2: Oblak; Arias, Giménez, Felipe, Lodi; Thomas, Saúl, Carrasco (Lemar, m.85), Llorente (Joan Félix, m.70); Correa (Vitolo, m.85) y Diego Costa (Morata, m.77)

Goles: 1-0, m.11: Diego Costa, en propia meta; 1-1, m.18: Saúl, de penalti; 2-1, m.49: Messi, de penalti; 2-2, m.62: Saúl, de penalti
Árbitro: Hernández Hernández (Comité de Las Palmas). Mostró tarjeta amarilla a Ter Stegen (m.17), Piqué (m.18) y Messi (m.61), del Barcelona; además de Saúl (m.35), Felipe (m.51), Diego Costa (min.75), Carrasco (m.79) y Lemar (m.94), del Atlético de Madrid
Incidencias: Partido de la trigésimo tercera jornada de LaLiga Santander disputado en el Camp Nou, a puerta cerrada

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