
El Real Zaragoza comenzó su décima temporada consecutiva en la Segunda División con ánimos renovados. Se dio el ansiado cambio de propietarios con la llegada del Grupo Mas, con Jorge Mas a la cabeza, que se hizo con el 97,5% de las acciones del club, liquidó la deuda de cinco millones de euros que el conjunto maño mantenía con Hacienda desde 2014. Jorge Mas nació en Miami en 1963, en el seno de una familia de opositores cubanos que se exiliaron en Florida, y con el paso de los años, consiguieron crear una red de empresas que en 1997 heredó Mas.
Su llegada supuso oxígeno para un equipo que necesitaba aire fresco y una importante inyección económica de más de 20 millones de euros para buscar el ansiado ascenso.
La primera decisión importante que tomó el Grupo Mas fue situar a Raúl Sanllehí como cabeza visible del proyecto deportivo como director general. Sanllehí posee más de 25 años de experiencia tras su desarrollo profesional en el FC Barcelona, el Arsenal FC y en organismos del fútbol internacional como ECA, UEFA y FIFA. Raúl apostó por la continuidad en la dirección deportiva de Miguel Torrecilla y decidió un cambió de timón en el banquillo. Se marchó José Ignacio Martínez y llegó Juan Carlos Carcedo, segundo de Unai Emery en el Valencia, Spartak de Moscú, PSG o Arsenal y ya con experiencia de primer entrenador en el Ibiza. La afición se quedó fría. Torrecilla fue duramente criticado por sus fichajes en la pasada temporada y en Zaragoza todo el mundo esperaba su salida. Sanllehí, astuto, quiso guardarse un as en la manga en modo de paraguas. Si la temporada no iba como se esperaba siempre podría tomar la decisión de prescindir del charro.
El inicio del curso ha sido complicado. En las 15 primeras jornadas el Real Zaragoza solo ha sido capaz de ganar cuatro partidos. Con 16 puntos, a solo dos de las posiciones de descenso a Primera RFEF, Sanllehí dijo basta. Tras perder en Vitoria contra un Deportivo Alavés que jugó 60 minutos con 10, el director general del Real Zaragoza despidió de una misma tacada al entrenador, Carcedo, y al director deportivo, Miguel Torrecilla. Una decisión aplaudida en la capital del Ebro y necesaria para intentar buscar una reacción en un equipo que iba a la deriva. A Carcedo, un técnico moderno con experiencia internacional, le vino muy grande el proyecto. El Real Zaragoza no se puede permitir salir con defensa de cinco en casa contra rivales como el Andorra o el Lugo y que te bailen en la Romareda. Miguel Torrecilla, por su parte, fue incapaz de encontrar un delantero centro de garantías y un puñado de fichajes necesarios para dar un salto de calidad para cumplir el objetivo que sigue siendo entrar en los puestos de playoff de ascenso.
Sanllehí peinó el mercado de entrenadores y finamente se decidió por Fran Escribá. Un lujo para la categoría. Un entrenador de primera, solo ha entrenado un año en segunda en el que consiguió el ascenso con el Elche, y que puede presumir de no tener una sola mancha de un descenso en su currículum. Fran está encantado de entrenar a un histórico: "Recibo la llamada el fin de semana y el domingo nos reunimos en Madrid. Fue una conversación larga pero agradable. Yo ya iba muy ilusionado con la llamada porque era un club que me gustaba venir. Hablamos de un proyecto y me sentí muy identificado. No me dio miedo ni pensé en que voy a entrar en Segunda sino en que lo hago en el Real Zaragoza. Es un club de Primera".
Sanllehí ya tiene entrenador de postín y ahora, con tranquilidad, sopesa las posibilidades que el mercado ofrece para incorporar a director deportivo, un arquitecto que pula los defectos que tiene la actual plantilla en el mercado de invierno. De momento se lo toma con calma aunque tiene dos candidatos señalados en rojo: Juanan Pérez y Fran Garagarza.
La revolución es total en el nuevo Real Zaragoza que quiere volver de una vez a la división que jamás debió perder. La fiel afición maña merece de una santa vez una alegría tras estar 10 años en el infierno.
