
El duelo que Betis y Celta de Vigo disputaron este sábado en el Benito Villamarín fue un auténtico espectáculo, uno de los mejores partidos de LaLiga Santander esta temporada. Borrachera de goles y buen juego, aunque el duelo se vio empañado al final por una acción que quedará en la retina de los aficionados durante mucho tiempo.
Corría el minuto 95, con 3-4 en el marcador (a la postre definitivo), cuando Iago Aspas cogió el balón con las manos, perdiendo tiempo. Luiz Felipe, desde atrás, se fue como un resorte hacia el delantero gallego y trató de quitarle la pelota de las manos para que se pusiera en juego. Lo que hizo el defensa ítalo-brasileño fue golpearle al de Moaña en el brazo, pero éste se tiró al suelo y se llevó las manos a la cara, cuando las imágenes demuestran que Luiz Felipe nunca golpeó a Aspas en el rostro.
Consecuencia: el árbitro Del Cerro Grande mostró la roja directa al defensor bético y también la amarilla a un Unai Núñez que estaba por allí en la jugada.
El acta del colegiado madrileño decía lo siguiente: "En el minuto 90 el jugador (19) Ramos Marchi, Luiz Felipe fue expulsado por el siguiente motivo: Golpear con su mano en el pecho de un adversario de manera violenta cuando el balón no estaba en juego. El jugador que recibió dicho golpe tuvo que ser atendido, pudiendo continuar con normalidad el partido".
Como cabía esperar, hubo lío en la acción, y Joaquín, uno de los jugadores implicados en la trifulca, daba su versión de los hechos a la conclusión del choque. "Le pedí (al árbitro) que viera la jugada y me decía que le habrían comunicado del VAR que había golpe en la cara. Le he dicho que fuera a revisarla. No entiendo por qué si el VAR está para esto. Si es una tarjeta roja yo no entiendo por qué, si el VAR está para esto, para este tipo de jugadas. ¿Qué pierde yendo al VAR a revisar?", ha señalado.
"Si le ha dado en la cara, pues lo expulsa, pero la intención de Luiz Felipe era darle al balón. Iago se ha tirado, imagino que hará lo suyo. El VAR tiene que revisar esas jugadas", insistía el capitán bético, cuya versión en nada se parece a la que reflejó Del Cerro Grande en el acta.
El técnico del Betis, Manuel Pellegrini, habló de "deslealtad imperdonable con un compañero de profesión" de Iago Aspas por su simulación. "No le toca la cara, pero grita y finge para que lo expulse el árbitro", apuntaba el preparador chileno, hablando de "un gesto repudiable que debe ser sancionado".
Sea como fuere, lo que ha quedado de manifiesto es que el VAR —el catalán Estrada Fernández se encontraba al frente de la sala VOR— no compareció en ningún momento cuando, efectivamente, esa jugada se podría haber revisado en el videoarbitraje. Mal Iago Aspas por su simulación, sí, pero peor aún el VAR por no haber dado señales de vida. En estos casos la tecnología es más necesaria que nunca, pero una vez más volvió a brillar por su ausencia...