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El lamentable órdago de Ronaldo Nazario a la afición del Real Valladolid

Asegura que los que critican el cambio de escudo del club son unos radicales. La afición, que padece un segundo descenso en tres años, harta.

Asegura que los que critican el cambio de escudo del club son unos radicales. La afición, que padece un segundo descenso en tres años, harta.
Ronaldo Nazario no da con la tecla en su aventura pucelana | Cordon Press

El Real Valladolid consumó el descenso a Segunda División tras empatar contra el Getafe en la última jornada. Un partido que supuso el bofetón definitivo para una afición que ha sido el único elemento que ha dado la talla -récord de socios- en una temporada cargada de sinsabores y que empezó a torcerse el verano pasado con una decisión de Ronaldo Nazario, el dueño y presidente de la entidad albivioleta, que aún escuece a orillas del Pisuerga.

Ronaldo decidió cambiar el diseño del escudo del Real Valladolid, justificando el cambio con la cantinela de darle un toque mucho más moderno. El Pucela, que tenía uno de los escudos más bonitos de todo el fútbol español -probablemente el que más- pasó a poseer un engendro por escudo, una caricatura que puso en pie de guerra a buena parte de una afición que sintió que, sin motivo alguno, le arrancaban de cuajo el alma de su corazón.

Durante toda la temporada numerosos aficionados han mostrado su malestar con la decisión de Ronaldo. Sin dejar de apoyar a su equipo, han dejado claro al brasileño que no comparten su inexplicable cambio de escudo.

En la mañana de este lunes, Ronaldo daba una rueda de prensa en la que cargaba duramente contra la afición que critica el cambio de escudo: "No estoy de acuerdo con lo que dicen porque hemos estado preguntando a los aficionados y no hay unanimidad clara con lo del escudo. Hay unos cuantos radicales que no aceptan el cambio ni la evolución ni la mirada hacia el futuro"

Ronaldo afirma que "tenemos el 91% de aprobación. Siento el cariño y respeto del aficionado de la ciudad. Y eso cada vez me da mas fuerza. Trabajamos escuchando y dialogando con la gente. Los radicales nos piden ayuda para comprar banderas y para financiar sus acciones en la grada. Y cuando decimos que no, viene una reacción en forma de critica. Existen muchos beneficios en juego. Y no es porque hemos cambiado el escudo es porque no tienen los beneficios que tenían antes. No podemos pensar en los radicales y sí en la afición".

Unas palabras que no se ajustan a la realidad que enervan, aún más, a una afición desencantada con un proyecto que se tambalea. Son dos descensos en tres años. Deportivamente la gestión es un completo desastre. La labor de la dirección deportiva liderada por Fran Sánchez este pasado verano fue lamentable. Ni un solo fichaje de las seis caras nuevas -Feddal, Malsa, Juanjo Narváez, Kenedy, Sergio Asenjo y Escudero- fueron titulares habituales ni en el once de Pacheta ni en el de Paulo Pezzolano -el técnico uruguayo fue una apuesta personal de Ronaldo que no salió bien-.

Especialmente sangrantes fueron los casos de Narvaéz, un jugador apartado del Real Zaragoza sin nivel de Primera, Feddal -lo único que ha hecho es autoexpulsarse en la eliminatoria copera ante el Deportivo Alavés a los cinco minutos de partido-, Malsa -el ex de Levante y Mirandés es una sombra por el campo- y un Kenedy que llegó del Chelsea con la vitola de fichaje estrella y ocupando un gran espacio en el límite salarial, pero que es de cristal y ha encadenado lesión tras lesión.

El conjunto pucelano reaccionó en el mercado invernal con los fichajes de Cyle Larin, Hongla, Machís y Amallah. Cuatro fichajes que han dado un gran rendimiento, pero los problemas físicos del venezolano y el marroquí, han terminado por hundir a un equipo que decidió prescindir de un Pacheta al que se le fue de las manos el vestuario, pero al que la arriesgada apuesta por un técnico uruguayo que jamás entrenó en España no salió bien.

Ronaldo, que echa más leña al fuego al llamar radicales a todos los que están en contra del cambio del escudo -la mayoría de la afición está en contra del nuevo escudo por mucho que diga el brasileño-, ha confirmado que no piensa vender el club y que cuenta tanto con Fran Álvarez como con Paulo Pezzolano para la próxima temporada.

La desidia de Nazario en el día a día del equipo -aún colea su viaje allá por mayo de 2021 a Formentera el mismo día que el Valladolid caía goleado en San Sebastián y casi certificaba su descenso a Segunda-, el colocar a amigos de dudosa preparación en puestos capitales como Paulo André Benini, puesto a dedo para manejar y controlar todo el área deportiva como Director del Área de Estrategia Deportiva o Julio Baptista como entrenador del Real Valladolid B, cuyas decisiones escaman a los que siguen al filial albivioleta hierven la sangre de una afición que sufre por un incomprensible cambio de escudo y que encima se come un nuevo y traumático último descenso.

La cuerda sigue tensándose demasiado y está cerca de romperse.

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