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La importancia de los búfalos africanos del Real Madrid y el golpe de autoridad en Montilivi

El Madrid recupera el liderato dando un golpe en la mesa en Gerona.

El Madrid recupera el liderato dando un golpe en la mesa en Gerona.
Agencias

El Real Madrid dio un golpe de autoridad en Montilivi (0-3) en un encuentro en el que los de Carlo Ancelotti lograron minimizar por completo todas las virtudes -que son muchas- de un Girona que llegaba líder a la cita.

Mucho se hablará del instinto goleador de Joselu -desde aquí siempre se defendió su fichaje, un killer de los de verdad que ataca como pocos el área, un tipo de delantero que hace años que no olía el Real Madrid-

o del inmenso talento de Bellingham -nuevo tanto del inglés que ya suma 6 en liga y además dio una exquisita asistencia con el exterior para abrir la lata al propio Joselu-,

pero hoy quiero detenerme en dos jugadores que fueron claves en el triunfo y el exquisito funcionamiento colectivo del Real Madrid: Tchouaméni -dueño total de la sala de máquinas- y Camavinga -volvió a la posición de lateral izquierdo-.

Especialmente satisfactorio fue el encuentro de un Tchouaméni al que algunos señalan con demasiada facilidad. La pantera gala dio un master de lo que tiene que ser hoy en día un ancla. Ganador de casi todos los duelos individuales, haciendo las coberturas perfectas a los laterales para sujetar a los hábiles extremos del Girona, jugando a un toque, rompiendo líneas en la salida de balón y para coronar su excelso partido, marcando su primer gol con la camiseta del Real Madrid, aprovechando un caramelo que le puso Kroos desde la esquina y un lamentable error en la marca de Blind.

Aurélien es un pedazo de jugador y en Montilivi reivindicó su tremenda importancia en el esquema de Ancelotti.

Otro auténtico búfalo que hizo un enorme encuentro fue Eduardo Camavinga. Dejó en el banquillo a los dos laterales izquierdos naturales como son Fran García y Mendy y aunque le costó 10 minutos amoldarse a un puesto que no es el suyo, firmó un increíble partido. Enfrente tenía a uno de los jugadores de moda de la Liga, el extremo Savio -muy desequilibrante en el uno contra uno-. Camavinga lo anuló, ganó 12 de 14 duelos y su trabajo en salida de balón fue fundamental para romper la presión alta de los de Míchel.

El Madrid, que se coloca líder, dio un golpe de autoridad en Montilivi, comandado por dos auténticos búfalos cuya presencia física es oro puro en el fútbol moderno.

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