Florentino Pérez, tranquilo, tras echar un órdago ficticio que indigna a parte de su propia afición

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, ha saludado este sábado a los jugadores y técnicos del equipo en el hotel de concentración en Sevilla, donde aguardan a la final de la Copa del Rey que disputarán esta noche en el estadio La Cartuja ante el Barcelona.

Florentino Pérez, en una fotografía que ofrece el club en sus redes sociales, conversa con el entrenador del equipo, el italiano Carlo Ancelotti, en una imagen que acompaña con la frase "el presidente, con el equipo antes de la final de la Copa del Rey".

Florentino, tranquilo, lanzó un órdago con su decisión de no comparecer el viernes en la conferencia de prensa oficial de la víspera de la final y tampoco ejercitarse en La Cartuja, además de no asistir a los actos oficiales previstos por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Se llegó a filtrar, incluso, en el entorno del Real Madrid que si no se cambiaba a los colegiados de la final de Copa del Rey no se presentaría al partido. Algo que apoyó la mayoría de la afición madridista.

Esta drástica decisión llegó después de unas declaraciones que pocas horas antes habían hecho en la misma sala de prensa los árbitros de la final, Ricardo de Burgos Bengoetxea (principal) y Pablo González Fuertes (VAR), quienes se quejaron y lamentaron la presión que los colegiados reciben en el fútbol español.

De Burgos se puso a llorar recordando lo que tiene que sufrir su hijo en el colegio cuando alguno de sus compañeros le dicen que su padre es un ladrón. El bombazo llegó cuando González Fuertes, un colegiado que jamás ha tenido nivel de Primera División y estará a los mandos del VAR en la final, lanzó unas palabras que fueron una amenaza al Madrid en la previa de la final. Un juez amenazando a uno de los equipos de la final de Copa del Rey. Algo gravísimo y sin precedentes.

Las declaraciones de González Fuertes fueron la gota que colmó el vaso de la paciencia del Real Madrid que decidió, o al menos eso pareció, ir con todo para poder cambiar las cosas.

A pesar de las quejas del club y sin que el CTA hiciera absolutamente nada como solicitaba el Madrid -tomar medidas y cambiar a González Fuertes al frente del VAR para el duelo de Sevilla ante el Barcelona-, de manera sorprendente y surrealista los merengues sacaron un nuevo comunicado en el que salía al paso de los rumores y aseguraba que en ningún momento se planteó no presentarse a la gran final.

Un comunicado que contradice al anterior, que suena a paripé, que hizo que el club no entrenara en la previa del partido y que ha levantado numerosas críticas entre una parte de la afición merengue al considerar que el club les ha fallado. Si se echa un órdago de esa magnitud y que cuenta con un respaldo social muy importante de sus socios -muy cansados por el tema Negreira, el Caso Olmo, los arbitrajes...- hay que ir hasta el final. Fueron Rafael Louzán, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, y José Manuel Rodríguez Uribes, Presidente del Consejo Superior de Deportes, los que hicieron cambiar de opinión a un Florentino Pérez que amagó para luego recular. Todo quedó en una pataleta, generar ruido para finalmente ceder y tragar con una amenaza gravísima del ínclito González Fuertes.