La selección española de balonmano le ha regalado a la afición una final en casa. El equipo de Valero Rivera ha superado a Eslovenia (26-22) en la primera semifinal del Mundial 2013 tras un partido en el que fueron superior durante todo el partido y tuvieron momentos estelares en la segunda mitad.
Un magnífico Arpad Sterbik en la portería se convirtió en decisivo para los nuestros, junto al acierto goleador del Joan Cañellas, con cinco goles. No estuvieron solos. Los tantos de Maqueda, Cañellas, Gedeón Guardiola y Rocas lograron los 5 tantos de diferencia (12-7, m.24).
La renta de los españoles aumentaba con los minutos aunque al filo del descanso los eslovenos se vinieron arriba y rebajaron distancias. Tanto es así que, a pesar de la superioridad de los de Rivera, el marcador sólo reflejaba un gol de diferencia (13-12). Los contraataques dirigidos por Marguc y Dolenec, autor de seis goles, y las paradas del portero visitante, pusieron los nervios a flor de piel.
En el segundo tiempo, España salió reforzada. Los jugadores desplegaron un ataque contundente y definitivo que hizo estallar en júbilo al Palau Sant Jordi de Barcelona. Lograron una ventaja de hasta siete goles con Joan Cañellas, Viran Morros y Maqueda enrabietados e inspirados al máximo.
Hasta el final, los de Rivera se concentraron en mantener el margen adquirido replegándose velozmente ante los ataques rivales. El seleccionador incluso ha podido dar minutos a jugadores con menos protagonismo como Antonio García.
De esta manera, España, que se alzó como campeona del mundo en 2005, disputará su segunda final de la historia el próximo domingo. Será frente a la selección de Dinamarca, que ha vencido por 30-24 a Croacia en la segunda semifinal.