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España aplasta a Dinamarca y se proclama campeona del mundo

La victoria por 16 goles de diferencia (35-19) es la mayor registrada en la final de un Campeonato del Mundo de balonmano.

La victoria por 16 goles de diferencia (35-19) es la mayor registrada en la final de un Campeonato del Mundo de balonmano.

Dinamarca era mejor. Era la actual campeona de Europa y subcampeona del mundo. Tenía supuestamente al mejor portero y al mejor jugador. Los daneses eran los grandes favoritos, y ellos eran los primeros que lo sabían. Pero no contaban con una cosa: lo que tenían enfrente eran hispanos.

Porque si España hoy logró la victoria fue por ese carácter, esa garra, esa pelea, que hace tapar las posibles carencias y explotar las múltiples virtudes. Una defensa que quedará para la historia –emocionaba ver a los jugadores presionando cuando se ganaba de 17- ha permitido que, por segunda vez, España sea campeona del mundo de balonmano. Y encima, en casa...

Imposible hacerlo mejor

El choque arrancó como suele suceder en las finales, con nervios y tensión, generando más errores que aciertos, con ninguno pudiendo escaparse en el marcador. Aún así, la sensación era la de que España tenía controlada la situación, que Dinamarca no era para tanto... primer objetivo logrado.

En la recta final del primer tiempo los de Valero Rivera metieron una marcha más en defensa, y los daneses se atragantaron. Los nuestros consiguieron que lo que había enfrente no pareciera la mejor selección del planeta. Y gracias a unos minutos de inspiración de Joan Cañellas, abrieron una pequeña brecha.

Brecha que se fue aumentando poco a poco hasta llegar al descanso. Cinco, seis, siete... y ocho goles de diferencia se llevó España al túnel de vestuarios, después de realizar probablemente el mejor primer tiempo de la historia del balonmano español.

Sterbik se une a la fiesta

Tras volver a la pista, la meta era clara: mantener el mismo ritmo y la misma concentración para que el gigante danés ya no se metiera en el partido. Y no sólo España no lo permitió, sino que bocado a bocado siguió ampliando la distancia.

Lo hizo, sobre todo, gracias a un colosal Sterbik, que sacó un manual de cómo debe actuar un portero perfecto. Sus paradas, además, se convertían en contraataques que los hispanos no desaprovechaban, mientras los daneses se iban haciendo de cada vez más pequeños.

Hasta a 18 goles, ¡dieciocho!, llegó la renta española, distancia que no impidió que España peleara cada balón, siguiera defendiendo como si no hubiera mañana, siguiera disputando cada ataque como si hiciera falta un gol. Y de esa forma se llegó al resultado final de 35-19, una auténtica exhibición en, no lo olvidemos, una final de un Mundial.

Nada más terminar, estalló el júbilo en el Palau. La fiesta fue grande. Los daneses, todo sea dicho, supieron perder. Ante una exhibición así, no es fácil. Y explotó la emoción en el equipo español. Hubo lágrimas, muchas lágrimas. Porque sí, eran conscientes de que acababan de hacer historia. Y qué historia más bella...
 

Ficha técnica

España, 35 (18+17): Sterbik (p); Rocas (-), Maqueda (5), Aginagalde (5), Cañellas (7, 1p), García (2), Rivera (6) -equipo inicial-, Entrerríos (3), Tomás (1), Sarmiento (1), Montoro (2), Morros (1), Ruesga (-), Ariño (-), Guardiola (2) y Sierra (ps)
Dinamarca, 19 (10+9): Landin (p); Eggert (3, 2p), Lindberg (1), René Toft (-), Mollgaard (4), Hansen (2), Nielsen (-) -equipo inicial-, Sondergaard (4), Mortersen (-), Markussen (2), Lauge (1), Noddesbo (1), Svan (-), Henrik Totf (1) y Green (ps)

Árbitros: Nenad Krstic y Peter Ljubic (Eslovenia). Excluyeron a Maqueda, García y Ariño por España y a Mollgaard y Sondergaard por Dinamarca
Incidencias: Final del Campeonato del Mundo de España 2013, disputado en el Palau Sant Jordi de Barcelona ante unos 14.000 espectadores, con la presencia del Príncipe Felipe de Borbón y la Princesa María de Dinamarca

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