Anna Tarrés se ha salido con la suya. El juzgado de lo social número 2 de Tarrasa (Barcelona) ha condenado a la Real Federación Española de Natación (RFEN) a indemnizar a la exseleccionadora española de natación sincronizada con 383.300 euros.
La sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, declara la "nulidad" del despido disciplinario de Tarrés, que se produjo el 17 de diciembre de 2012, dos semanas antes de que venciera su contrato.
"Apreciando la imposibilidad legal de readmisión -el puesto de Tarrés lo ocupa ahora Esther Jaumà- condeno a la Real Federación Española de Natación a abonar a la actora en concepto de indemnización por despido, la suma total de 383.300,19 euros", señala el titular del juzgado número 2 de los social de Tarrasa en el fallo.
Una salida polémica
Al terminar los Juegos Olímpicos de Londres, en los que el equipo español ganó dos medallas, plata en dúo y bronce por equipos, la federación comunicó a la preparadora catalana que no renovaría su contrato, que finalizaba el 31 de diciembre de 2013.
Entonces se desató un grave cruce de declaraciones, con Tarrés culpando a la Federación de echarla sin razón, por venganza y por su catalanismo, y las exnadadoras acusando a la exseleccionadora de malas formas, maltrato moral e insultos.
Anna Tarrés aprovechó toda la fama que se había generado a su alrededor para permanecer durante un tiempo en las primeras planas de la prensa, a costa de participar en programas de televisión, y de seguir criticando a las que antaño fueran sus compañeras.
Las nadadoras actuales, por contra, decidieron optar por el silencio, centrándose en el próximo mundial de Barcelona -y, por cierto, continuando con los éxitos en los campeonatos en los que participan-, aunque algunas dejaron claro la mejora que se había producido en su convivencia y en sus entrenamientos desde la salida de Anna Tarrés.
Ahora, la catalana ha conseguido ser indemnizada, tanto por el salario que le restaba por los 15 días que le quedaban de contrato, como por las medallas conseguidas en 2012.