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España se da un baño de autoestima en el Eurobasket

Abultado triunfo de los hombres de Juan Antonio Orenga ante Polonia, en un partido en el que recuperaron las buenas sensaciones.

Necesitaba la Selección Española de baloncesto un golpe de moral que borrase las malas sensaciones de la reciente derrota ante Eslovenia y que hiciese ganar autoestima a un grupo, que se sintió herido ante las primeras críticas, a pesar de haber ganado con solvencia a Croacia y la República Checa. Y Polonia se convirtió en el rival perfecto para deshacerse de todas las ataduras que les habían atenazado para lograr un aplastante triunfo (53-89) que les da el pase virtual a la siguiente fase.

Aunque Polonia se quedó lejos de ser un oponente competente, el partido eliminó las erosiones morales de los primeros encuentros y se pudo ver la mejor versión española en lo que va de campeonato. El rival puso de su parte, pero lo cierto es que el equipo de Juan Antonio Orenga demostró la mejor actitud desde el primer minuto, basada en una excelente defensa y un fluido juego en ataque.

Porque el partido ante Polonia se puede ver más allá del resultado como una tabla de liberación para unos jugadores, que se habían sentido presionados en los últimos días. Con un 0-8 de inicio y un 5-25 como resultado al final del primer cuarto, quedó clara la desigualdad entre ambos equipos. Pero lejos de la relajación propia de los choques tan desiguales, los españoles aprovecharon para encontrar el feeling desaparecido.

Ricky Rubio (15 puntos) se atrevió a lanzar a canasta con más asiduidad, Calderón (9 puntos) y Sergio Rodríguez (11 puntos) evidenciaron que continúan afinados en ataque y Rudy Fernández (13 puntos) asumió el papel de uno de los líderes del equipo. Marc Gasol (15 puntos) descansó lo suficiente y el seleccionador aprovechó para darle la oportunidad a la segunda unidad, de saber que son importantes para este equipo y que serán necesarios en el campeonato.

Si algo destacó fue el preciso trabajo en equipo. Sin estridencias, con fluidez y solidaridad la selección asfixió a su débil rival en defensa y siempre eligió la opción correcta en el ataque, con especial acierto desde la línea de tres puntos. Se anotaba con facilidad y Polonia, un desastre en todas las facetas del juego, no era capaz de sembrar ningún tipo de temor. Gortat y Lampe, entre la indolencia y el desacierto, parecían unos desconocidos vestidos con la camiseta polaca.

Con ventajas de más de 40 puntos, España siempre mantuvo el nivel y Orenga dio la oportunidad a los menos habituales. Xavi Rey cuajó un buen partido con 12 puntos y confirmó que puede ser un desahogo para los descansos de Marc Gasol, Pablo Aguilar mantuvo el listón defensivo del equipo y Germán Gabriel disputó sus primero minutos. El encuentro era una trampa, por la aparente debilidad de Polonia, y podía haber incrementado las dudas, pero si algo demostró el equipo español es que no ha perdido el carácter y la actitud.

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