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La Vuelta a España busca a su mejor peregrino

Con un cartel liderado por Alberto Contador, Chris Froome y el actual ganador Chris Horner, la ronda se presenta más abierta que nunca.

Con un cartel liderado por Alberto Contador, Chris Froome y el actual ganador Chris Horner, la ronda se presenta más abierta que nunca.
Contador, 'Purito' Rodríguez y Froome, los grandes favoritos de la Vuelta. | EFE

Con los mejores nombres que puede tener una gran vuelta por etapas. A excepción del flamante ganador del pasado Tour de Francia, el italiano Vincenzo Nibali, todos los grandes candidatos a vencer en una ronda de tres semanas se darán cita este sábado en la línea de salida de la Vuelta a España. El último en unirse, Alberto Contador, que tras su caída en la décima etapa del Tour y haber dicho en un principio que no estaría, al final ha calmado los ánimos de los aficionados españoles y acudirá con la idea de conseguir el maillot rojo.

Los favoritos

Pero no lo tendrá nada fácil, ya que también estarán presentes, entre otros, el ganador de la pasada Vuelta, el abuelo Chris Horner; así como el podio completo del último Giro de Italia, con Nairo Quintana, Rigoberto Urán y Fabio Aru; Pinot, tercer clasificado del Tour de este año, y el podio de la ronda francesa de 2013 con Chris Froome, el propio Quintana y Purito Rodríguez. Sobre todo, destaca Froome, que tras su nula aparición en el Tour llega a España con la idea de ser el ganador y volver a subir al podio final.

Ya fue una vez segundo y otra cuarto. Busca el número uno. Pero no sólo estarán estos rivales ya mencionados, pues la armada española cuenta, no sólo con Contador, sino también con Alejandro Valverde, que compartirá galones (y por tanto, responsabilidad) con Quintana; y con Purito Rodríguez. Ellos son los grandes nombres, pero no los únicos con acento español: Luis León Sánchez o David Arroyo de Caja Rural; Mikel Landa por parte de Astana; Haima Zubeldia del Trek; Dani Moreno de Katusha; o Sergio Pardilla del exótico equipo africano MTN Qhubeka.

Los rivales dictan el ritmo, pero es la carretera la que dicta las sensaciones. Y aunque no tiene trece finales en alto como se vieron en la pasada edición, en esta ocasión la Vuelta baja un poco el número, pero no la intensidad. Serán "tan sólo" ocho jornadas con final en alto, más tres finales que pican hacia arriba, las típicas trampas de la Vuelta. Como siempre, un recorrido que favorece a los más explosivos y que ya desde el primer día irá definiendo quien viene a ganar y quien a pasearse o preparar el Mundial, también en España.

Ocho finales en alto

Arranca con una crono por equipos de apenas doce kilómetros que hará las primeras –pequeñas- diferencias entre los favoritos. Desde Jerez de la Frontera hasta Santiago de Compostela, 3.239,9 kilómetros, en donde además de la crono por equipos inicial hay otros dos individuales, en la décima etapa, de 36,7 kilómetros y en la jornada final, ya en Santiago, a modo de anti prólogo, de menos de diez. Para gente como Froome en su lucha contra Quintana falta crono para hacer las diferencias, pues con esos ocho finales en alto, difícil que el británico supere al mejor escalador actual, que es el colombiano. Todos lo intentarán, y para ello, la Vuelta ha preparado un bonito recorrido, favorecido, claro está, por la nómina de figuras presente.

En la tercera etapa, con salida desde Cádiz llega la nota de color, ésa que cada año añade Unipublic (organizador de la ronda española). Si el año pasado fue la salida desde una batea, este año es el portaaviones de la armada española (la de verdad, no la ciclista) el que acogerá la salida de la etapa. Pronto, cuando se agoten estas ideas, tocará saltar en paracaídas. Pero siempre, sea desde el mar o desde tierra, mirando hacia arriba, porque esa misma jornada acaba con un final en cuesta en Arcos de la Frontera. Pero será en la sexta etapa donde se disfrutará del primer final en alto, en Cumbres Verdes, en Granada. Ahí espera Contador haber recuperado el golpe de pedal necesario para no perder demasiado tiempo tras haber entrenador realmente poco por su fisura en la meseta tibial.

Antes de la primera jornada de descanso, en la novena etapa llega el final en Valdelinares, para clarificar un poco más la general pensando en esa crono de Zaragoza. Y después de la lucha individual, otro final en alto, ya en Navarra, en San Miguel de Aralar, sobre cemento, de esas carreteras que agarran, y que tras hacer crono, acabar en alto en dos días consecutivos después de descansar hará que alguno lo pague caro.

Asturias y Galicia deciden la vuelta

Lo mejor está por llegar con ese tríptico asturiano que tanto miedo ha metido en el cuerpo. Cada gran ronda gusta de colocar tres días duros de montaña, y la Vuelta no lo va a desaprovechar. La Camperona, Lagos de Covadonga y La Farrapona en las etapas 14, 15 y 16, siendo la última la considerada etapa reina. Aunque llega relativamente pronto con toda una última semana de carrera por delante. Ese día se suben cinco puertos, cuatro de ellos de primera categoría (Colladona, Cobertoria, San Lorenzo y el final en La Farrapona). Y ya, si llueve, sálvese quien pueda.

De nuevo jornada de descanso y entramos en Galicia, tierra final de la Vuelta. Este año se evita el típico paseo final por las calles de Madrid. Es decir, pocos sprinters lucharán por llegar al final de la ronda española. Tan sólo tienen cinco etapas propicias para ellos. Entre finales en alto, en cuesta, las cronos, y las de media montaña, las llegadas masivas pasan desapercibidas en la característica Vuelta que año tras año piensa más en los Purito, Valverde, Quintana y compañía, que en los Cavendish o Kittel de turno.

Así pues, último bloque, con jornada de descanso el martes 9 de septiembre, que nos deja una teórica llegada al sprint (si es que hay algún equipo con velocistas todavía), una de media montaña y dos finales en alto, en la 18ª y 20ª etapa, en Monte Castrove y Ancares. Este último sí que tiene mucho que decir en la carrera. Puerto de Categoría Especial, de los que asusta con sólo mirar su perfil. Más de 12 kilómetros que decidirá el ganador. Aunque el sueño de Unipublic y del aficionado es que las diferencias al final de esa etapa sean realmente mínimas, como las del año pasado entre Horner y Nibali, para que así, con la plaza del Obradoiro como testigo, los ciclistas acaben su camino luchando por un maillot rojo que define quien ha sido el mejor en esas tres semanas. Es luchar por sacar las mejores notas en septiembre. Hay muchos que no hicieron sus deberes, y otros que buscan mejorar lo conseguido. Pero sólo uno tendrá el aplauso general. Desde Jerez, desde el sur; hasta Santiago, al norte. No es una serie de moda. Es la Vuelta a España del 2014 que arranca este sábado.

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