No está sacando lo mejor en estos primeros dos partidos del Mundial pero España ha conseguido lo importante, que los puntos se queden en su casillero. Ante Brasil, otro partido tosco, llevado hasta el límite del sufrimiento y con desenlace feliz, afortunadamente. El campeón pisa firme en Qatar.
Pero no será por la mala primera parte de los nuestros, llena de dificultades, de trompicones, de paradas imposibles de Almeida el gran guardameta brasileño. Llena de sobresaltos que hicieron que la selección llegara al descano con un exiguo 15-14 a favor tras encajar un parcial de 0-4 y dilapidar una ventaja de seis goles.
En la reanudación todo parecía mejor para los nuestros. Lo pareció con el cañonazo de Jorge Maqueda en el primer minuto, que supuso el primer gol, pero una defensa 6-0 que colocó Jordá Ribera, el español que lleva los destinos de Brasil, nos neutralizó durante unos nefastos cuatro minutos siguientes. Tres pérdidas y tres goles contrarios concedieron la primera ventaja a Brasil. 18-19.
Nadie dijo que fuera fácil el camino en un Mundial tan acelerado, tan ávido de acontecimientos. de que pasen cosas, jugando cada día. España tuvo que rearmarse defensivamente, donde crecen todos los equipos, para neutralizar a Brasil. Lo fue consiguiendo con una defensa 6-0 potente. Poco a poco fue España amasando el partido. Dos goles de Aginalgalde, otro de Cañellas acompañado de dos paradas de Sierra, enorme el guardameta español. A trece minutos del final, 26-23.
Una renta de tres goles que se mantuvo hasta la conclusión. Acompañados del cansancio del contrario, los de Cadenas se fueron sintiendo más tranquilos. Había pasado lo peor. Un gol de Entrerríos a siete minutos dibujó una renta de cuatro goles (29-25), insalvable ya para Brasil que se estrelló una y otra vez con José Manuel Sierra, 20 paradas en el partido, y con la defensa 2-4 de los nuestros en el tramo final del envite.
Otro aperitivo que se atraganta antes de lo importante, que llegará la semana que viene, si descontamos a Qatar, piedra en este camino de primera fase. Para entonces habrá que tener claros algunos conceptos que aún no están perfilados. Esto es lo bueno, que el camino es largo y permite acondicionar el equipo, perfilar aspectos. Corregir sobre la marcha lo que se ha hecho mal.