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La diez claves del Tour de Francia

La victoria de Froome en la ronda gala se cimentó en unos puntos claves. También el podio y la lucha entre los favoritos tiene sus momentos.

La victoria de Froome en la ronda gala se cimentó en unos puntos claves. También el podio y la lucha entre los favoritos tiene sus momentos.
Quintana y Valverde se saludan en el podio, delante de Froome. | Cordon Press

Una vez finalizado el Tour de Francia, toca repasar cuáles han sido los puntos claves, donde se ha cimentado el triunfo del británico Chris Froome y en donde sus rivales no han estado a la altura. Son diez, y son los siguientes:

1.- Regularidad. Gana el que menos falla

Siempre se ha dicho que una vuelta de tres semanas es una carrera de eliminación. Que no vale sólo con ser el más fuerte. Que también hay que demostrarlo y tener suerte. Ésa que el año anterior le fue esquiva a Alberto Contador y al propio Froome, con sendas caídas que lo mandaron a casa. Este año no ha sido así. El británico ha mostrado estar más centrado que nunca, siempre en cabeza. Así pasó el día de Zelande, cuando los abanicos; o en los adoquines, incluso entrando en algunos tramos el primero. Además, se dudaba de su habilidad bajando y de que ahí le podrían buscar las cosquillas. Pero ni por ésas.

2.- Los abanicos

Fue otro punto importante. Por dos razones. La primera, ese valioso tiempo que se dejó Nairo Quintana en los abanicos camino de Zelande, el gran rival del británico por el amarillo. Ya en esa segunda etapa perdió 1'28". Al final, el Tour se le escapó por tan sólo 1'12". Las cuentas son fáciles, aunque todo habría sido distinto con una ventaja mayor y puede que Froome hubiese intentado aumentar la diferencia en los primeros finales pirenaicos, cuando estaba más fuerte.

Y también es cierto que esa ventaja fue de apenas minuto y medio por la mala fortuna de Vincenzo Nibali, que se quedó cortado por culpa de una caída. Gracias a ello, el equipo Astana colaboró con el Movistar en la persecución a Contador, Froome y Van Garderen.

3.- Unos adoquines insulsos

Se presumía como un día para que gente como Froome, Contador o Quintana cedieran tiempo con respecto a Nibali, que el año anterior dio una auténtica exhibición. Pero sólo sirvió para la pronta eliminación de Pinot de la general, entre otras cosas. Los grandes nombres, incluyendo a Van Garderen y Valverde, estuvieron siempre en puestos de cabeza. La ausencia de lluvia (elemento diferencia en la edición anterior) y la mentalización de que el tiempo perdido puede ser mayor que en otra etapa, hizo que todos los "gallos" estuvieran atentos y no hubiera problemas entre ellos.

4.- Los Pirineos

Sin duda, ahí pareció "morir" el Tour de Francia. Afortunadamente, en las dos últimas etapas revivió, y de qué forma. La estocada de Froome en la Pierre-Saint-Martin fue tan profunda que las diferencias recordaban a Tours de otra época. Cimentado por un gran Richie Porte, el hombre clave en su amarillo.

5.- Richie Porte

Cualquiera diría que no es para que el australiano tenga un hueco en los aspectos claves de este Tour. Pero es que Porte le dio y le salvó el amarillo a la vez. Apareció sólo dos días de verdad. El resto de carrera tiraba, pero haciendo un trabajo que no era propio de su calidad. Pero en la primera etapa pirenaica fue el artífice de que Froome dejara a todos atrás. Y en Alpe d'Huez, junto a Poels, fue capaz de evitar que las diferencias con Quintana fueran a más.

6.- Movistar

La táctica del Movistar, en ocasiones desacertada, dejó el colofón final para las dos últimas etapas. A partir de la segunda mitad de carrera parecía ser el mejor equipo del Tour. De hecho, tal y como demuestra la clasificación general por equipos, así fue. Pero durante fases se les vio pecar de conservadurismo. Dos podios, con el propio Quintana y con Alejandro Valverde, eran muy golosos. Desde España se les recriminó que en ciertos momentos de carrera, cuando ya habían aislado a Froome, no lo remataran.

7.- Contador, Nibali, Purito…

Ninguno de los tres estuvo a su altura. Carrera de eliminación, punto 1. Vincenzo Nibali y Joaquim Purito Rodríguez se dejaron sus opciones al amarillo en la Pierre-Saint-Martin. El catalán se rehízo con dos etapas (Huy y Plateau de Beille) y una lucha por el maillot de la montaña que quedó en nada; el italiano, peleón como ninguno, decidió hacer batallas diarias y probar en casi todos los terrenos, hasta que llegó también su victoria en La Toussuire, escalando puestos hasta luchar por el podio. Una avería al comienzo de Alpe d'Huez le impidió haber intentado entrar en ese cajón final.

El caso de Alberto Contador es distinto. Llegaba de un Giro duro, el único de sus rivales que estuvo en la corsa italiana, y las fuerzas lo limitaron desde el primer día. No se le vio fresco y el tiempo en ese primer final pirenaico mostró a un Contador no tan fuerte como de costumbre. Además, no gozaba de la suficiente libertad como para pelear por una etapa. Aun así, acabó quinto tras una caída en Pra Loup.

Y el caso de Van Garderen es diferente, yéndose a casa ese mismo día enfermo, tras la segunda jornada de descanso. Tampoco el resto de nombres estuvieron finos: Rui Costa, Gesink, Mollema...

8.- Los franceses

Francia ha pasado en un año de meter a dos hombres en el podio, y otro sexto, a no tener opción de nada. Aun así, salieron de París con tres victorias de etapa, dos de ellas de los niños "mimados", Bardet y Pinot, y sin rastro de Péraud, segundo el año pasado. A ninguno les salió el Tour como querían, nunca cerca de los grandes nombres. Pero supieron cambiar el chip y buscaron ser combativos, pelear por etapas. Incluso Pinot ganó en Alpe d'Huez, palabras mayores, por delante de un Quintana enfurecido (y que algo celebró en meta). Quizá con ellos en plenitud, la carrera habría sido distinta, ya que son valientes y buscan el ataque. Dos hombres que Quintana podría haber aprovechado para la causa.

9.- Valverde

Froome se iba quedando poco a poco sin rivales. Sólo le quedaban dos. Y los dos del mismo equipo. Que Quintana iba a estar era algo que venía en todas las predicciones. Pero nadie contaba con la presencia de un Valverde que llegaba de gregario de lujo del colombiano. Entre los dos trataron de derrocar al Sky. Valverde era la lanzadera en las últimas etapas. Conduciendo el descenso o atacando antes para hacer de enlace para Quintana. Al final no pudieron, pero ahí estuvieron, hasta el último metro. Y todo ello, con un genial Valverde que estuvo cerca de sacrificar su tercer puesto para pelear por el amarillo. Podio español en un Tour donde Purito sumó dos etapas y Rubén Plaza otra.

10.- Las (no) alianzas

El miedo de muchos a perder lo que tenían impidió las ofensivas de lejos y, de paso, ayudaron a Sky en su trabajo diario al frente del pelotón. Del sexto al décimo, ninguno quería perder ese objetivo, con lo que si uno de éstos atacaba, algún otro equipo tiraría del pelotón. Eso le daba descanso a Froome y sus hombres para llegar más fresco. Además, a pesar de que en los dos últimos días Quintana lo probó hasta quedarse a 1'12", se echó en falta una alianza entre el colombiano, Nibali y Contador. Estos dos últimos no tenían nada que perder. Ahí se podría haber filtrado Valverde, como el día que arrancó Contador a 75 de meta. Podrían haber ido eliminando a los peones del conjunto británico. O cuando se fue Nibali, con Froome con una avería en su bici, Quintana (o, de nuevo, Valverde), debería haber seguido al italiano pensando en grande desde lejos. Miedo y conservadurismo por momentos, evitando una gesta de otro momento.

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