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La selección española depende de sí misma para clasificarse a las semifinales del Europeo

Los de Manolo Cadenas deben vencer a Rusia pero un empate vale si hay igualada en el Dinamarca-Alemania

Los de Manolo Cadenas deben vencer a Rusia pero un empate vale si hay igualada en el Dinamarca-Alemania
Manolo Cadenas es optimista de cara a esta tarde | EFE

Sonó la bocina en el Centenial Hall de Wroclaw, sobre las diez de la noche. Suecia y Dinamarca empatan y Manolo Cadenas esboza una sonrisa en el hotel. No es para menos. España depende de sí misma esta tarde ante Rusia e, incluso, si en el partido anterior Alemania pierde, nosotros ya estaremos dentro de las semifinales. Así es este Europeo que hace que te preocupes demasiado tras una dolorosa derrota ante Dinamarca y, sin embargo, te hace tocar con los dedos una semifinal lejana antes, cercana ahora.

Si estuviera en nuestras manos le hubiéramos hecho un obsequio a cada jugador sueco. El empate no lo contemplaba nadie, pero la sinrazón deportiva traspasa límites. Una rivalidad regional puede con cualquier matemática y el duelo entre nórdicos no lo ganó el favorito, nuestro verdugo el pasado domingo. Hubo empate y ese resultado le da un nuevo giro de tuerca al argumento del Campeonato de Europa.

La selección española, que sufrió ante Hungría demasiado, se enfrenta hoy a Rusia, una selección que lo fue todo en el pasado, pero que intenta reverdecer laureles ahora. No se juega nada y está eliminada pero un día tonto complica a cualquiera. Ya con Gedeón Guardiola en la cancha (aunque Cadenas valora hoy darle descanso) el sistema defensivo, que tanto se debilitó estos días, vuelve a ser determinante. Y vuelve a tener a todos en el terreno de juego.

Nos espera una jornada de subidas y bajadas. A las seis y cuarto, Alemania-Dinamarca. Si los alemanes pierden, España (20:30 h) estará metida con el empate, y si hay igualada en el otro encuentro, a nosotros nos vale también empatar. Si Alemania gana, España debe vencer. En cualquier caso, dependemos sólo del propio orgullo, un tesoro a estas alturas. Se acabó la pesadilla del posible apaño entre daneses y germanos. Y se terminó tras un partido increíble de una selección, la sueca, invitada a la fiesta que nunca pensamos que nos ayudaría. Hay que ratificarlo hoy, pero gracias de antemano.

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