Un gol del lateral Kai Hafner a falta de dos segundos para la conclusión de la prorroga permitirá a Alemania volver a disputar, doce años después, una final del Campeonato de Europa de balonmano, tras vencer este viernes por 33-34 a Noruega en las semifinales.
El triunfo culmina la excepcional trayectoria del conjunto alemán en un Europeo de Polonia, que parecía llegar demasiado pronto para los jovencísimos jugadores que conforman la selección germana, pero que a base de talento y lucha ha logrado plantarse en la final. Un equipo que, perfectamente dirigido por el islandés Dagur Sigurdsson, no sólo ha superado su inexperiencia internacional, si no también los contratiempos que, en forma de bajas, ha sufrido a lo largo del torneo.
De hecho, Julius Kuhn y Kai Hafner, sustitutos de última hora de los lesionados Steffen Weinhold y Christan Dissinger, que tuvieron que abandonar la selección empezado ya el torneo, fueron fundamentales en el triunfo alemán. Kuhn fue el encargado de mantener con sus goles al equipo alemán en una segunda parte en la que Noruega, tras rehacerse del 5-9 adverso con el que arrancó el encuentro, tomó los mandos del juego gracias al acierto del portero Ole Erevik y del joven central Sander Sagosen.
Goles que unidos a la solidez defensiva del conjunto alemán, permitieron a los de Dagur Sigurdsson forzar la prórroga (27-27) con un tanto del extremo Rune Dahmke a falta de trece segundos para la conclusión, en un partido en el que los nórdicos llegaron con una ventaja de dos goles (26-24) a siete minutos de final.
En la prórroga el lateral derecho Kai Hafner se convirtió en el gran protagonista con tres tantos, incluido el definitivo 33-34 final, que permitieron a Alemania regresar a una final continental doce años después de colgarse el oro en Eslovenia 2004.