En plena polémica por la utilización de azafatas en las competiciones deportivas masculinas —erradicadas en algunos deportes, como la Fórmula Uno, para ser sustituidas por niños—, el ciclista colombiano Rigoberto Urán protagonizó el pasado fin de semana el último episodio que ha levantado ampollas entre las feministas más recalcitrantes.
El corredor del equipo EF Drapac ganó el pasado sábado la penúltima etapa de la carrera Colombia Oro y Paz, y un día después acabó en el podio de Manizales, en tercera posición de la clasificación general final, tras el joven Egan Bernal (Sky) y Nairo Quintana (Movistar).
El caso es que Urán, uno de los mejores escaladores del mundo, recibió una placa y un peluche de manos de una afata. Pero a ésta se le olvidó darle un beso, y Rigo no lo pasó por alto, dedicándole un gesto a la chica que ha levantado ampollas en algunos sectores: estiró el brazo para dar unos toques en el hombro a la joven y acto seguido le pidió un beso con el gesto de llevarse el dedo índice de su mano derecha a la mejilla.
El propio Urán, sin ser consciente de lo que se le iba a venir encima, quiso compartir este momento en sus redes sociales con el siguiente mensaje: "Mija (mi hija) venga, que el pico (beso) también es para el tercero".
Para algunos no es más que un gesto inocente y responde a la alegría del momento por parte de Rigo, aunque para otros, con el feminismo radical al frente, supone una actitud execrable. Juzguen ustedes mismos....