Escena inédita en el Tour de Francia. Ha ocurrido este martes al comienzo de la decimosexta etapa, la primera de los Pirineos. Cuando restaban 187 kilómetros para la meta, varios agricultores con sus tractores se colocaron junto al arcén de la carretera para tratar de boicotear la prueba.
Fue entonces cuando actuaron los gendarmes, empleando unos gases lacrimógenos (al parecer gas pimienta) para tratar de controlar a los manifestantes. Esos gases lacrimógenos afectaron a los corredores, que tuvieron que emplearse un colirio en los ojos para poder recuperar la visión.
La dirección del Tour se vio obligada a detener el ritmo de la carrera y la etapa finalmente pudo retomarse (a ritmo lento) después de haber estado suspendida durante unos minutos.