"La Primera Guerra Mundial marcó al Tour". Con esta sentencia, pronunciada por el director de la prueba Christian Prudhomme, arrancaba la edición de la ronda gala de 2014, cumpliéndose un siglo del inicio de la fatídica contienda. Una edición que adaptó su circuito para recorrer algunos lugares que estuvieron marcados por la guerra.
¿Cómo marcó aquella IGM al Tour? Evidentemente, más allá de las consecuencias lógicas de cualquier enfrentamiento de tanta magnitud, se produjo el primer parón de la ronda gala, que no se disputó entre 1915 y 1919.
Pero el vacío en el palmarés no es el único que quedó para siempre. Se estima que en la contienda falleció una cincuentena de participantes de la carrera desde su primera edición, once años antes. Ahora, cuando se cumple un siglo del final de la Guerra, recordamos algunos de ellos.
François Faber
Este ciclista luxemburgués (aunque nacido en Francia y de madre francesa) fue el primer extranjero que se atrevió a conquistar el Tour de Francia cuando parecía coto privado para los franceses. En aquella edición consiguió, además, cinco victorias de etapa consecutivas, algo que nunca nadie ha vuelto a lograr.
Más allá de su fama de gran ciclista, Faber se ganó el cariño del pelotón por sus constantes gestos de solidaridad y colaboración con los isolés, los ciclistas que disputaban el Tour por su cuenta, sin ningún apoyo, y debían hacerse ya no solo la carrera por su cuenta, sino también buscar alojamiento, repararse la bicicleta… Faber se paraba a menudo para ayudar a estos ciclistas; ya fuera para darles parte de su comida o su bebida, o para encontrarles un lugar para dormir.
Su gran victoria en el Tour de 1909 llegó a la edad de 22 años, con lo que se esperaba que el éxito se repitiera. Sin embargo, no lo consiguió. Se tuvo que conformar con dos segundos puestos. Sí ganó no obstante un Giro de Lombardía, una Paris-Roubaix y una Paris-Tours.
Como ciudadano luxemburgués residente en Francia se libró de la movilización general de 1914, pero acabó alistándose voluntariamente en la Legión Extranjera. "Francia me lo ha dado todo, así que es normal que la defienda". Fallecería el 9 de mayo de 1915 en Carency, Pas-de-Calais, cuando auxiliaba a un soldado herido. Su cuerpo nunca se encontró.
El Tour de 1919 le dedicó un especial homenaje, a iniciativa de los participantes, que lo admiraban. El pelotón se paró en el barrio parisino de Colombes, frente al Café l'Usine, al que Faber solía acudir. También tiene una calle a su nombre en Luxemburgo.
Lucien Mazan
Lucien Georges Mazan, nacido en Plessé pero criado en Argentina, fue probablemente el mejor ciclista de comienzos del Siglo XX. Se convirtió en el primero que conquistaba dos Tours de Francia consecutivos (1907 y 1908), en los que logró siete victorias de etapa entre ambos.
Renombrado en el pelotón como Lucien Petit-Breton, está considerado también el primer ciclista internacional. Suya fue la victoria en la primera edición de la Milán-San Remo en 1907, así como en la primera edición del Tour de Bélgica, en 1908. Conquistó también la París-Tours y la París-Bruselas, y en 1905 estableció en París el récord de la hora, recorriendo 41,110 km.
Su carrera terminó en 1914, cuando fue movilizado para colaborar en tareas informativas y de comunicación entre líneas. Se afirma que él fue el encargado de llevar a París la orden de movilización de los taxis para trasladar a los soldados al frente del Somme en respuesta a la ofensiva alemana.
Fallecería el 20 de diciembre de 1917 tras chocar el vehículo que conducía con un carro en Troyes.
Octave Lapize
Nacido en Montrouge el 24 de octubre de 1887, destacó en carretera y en pista. Ganó el Tour de Francia de 1910, el primer Tour ‘heroico’, que incorporaba por primera vez el recorrido por los Pirineros. Subían el Aspin, el Peyresourde y el Tourmalet.
"¡Sois unos asesinos!", vociferó al comisario de la carrera que esperaba a los ciclistas tras coronar el Aubisque.
Lapize logró una victoria brillante tras una intensa batalla con el vigente campeón, François Faber, y Gustave Garrigou, segundo en la edición del años anterior.
Además, Octave Lapize logró también tres París-Roubaix consecutivas entre 1909 y 1911, así como una París-Tours y tres París-Bruselas.
Por su sordera había sido excluido del servicio militar, y tuvo que tirar de contactos y de su reconocida fama como ciclista para poder alistarse como aviador e instructor de vuelo. El 28 de junio de 1915 abatió un avión alemán en una de sus primeras acciones de combate. El 14 de julio de 1917, durante un combate aéreo contra dos cazas enemigos en Verdún, su avión fue abatido. Estaba decorado con el dibujo del gallo francés y un enorme 4, su dorsal en el Tour de 1910. Quedó herido de gravedad, y murió unos días después en el hospital GAMA de Toul. Tenía 29 años.
León Hourlier y Leon Comès
No eran ciclistas de carretera ni campeones del Tour, pero la pareja formada por Léon Hourlier y Léon Comès, además de cuñados, era una de las mejores en ciclismo en pista del momento.
Juntos ganaron los Seis días de París en 1914. Además, por separado, Hourlier había sido tres veces campeón de Francia (1908, 1911 y 1914) y subcampeón del mundo en 1911.
Comès se alistó como piloto de aviación en la Fuerza Aérea francesa, pilotando un avión Voisin. Los dos fallecieron en Saint-Étianne-Au-Temple en accidente aéreo. Hourlier tenía 30 años y Comés, 26.