Corine Remande y su marido, dos franceses expatriados de Egipto, visitaron París para vivir de primera mano la emoción de la Ryder Cup. Un viaje que acabó de forma trágica para ella, ya que una bola impactó en su ojo izquierdo y perdió la visión del mismo.
En el sexto hoyo de la jornada del viernes, Remande resultó herida tras un lanzamiento desviado de Brooks Koepka. "No sentí ningún dolor cuando me golpearon. No sentí que la bola hubiera golpeado mi ojo; luego sentí que la sangre comenzaba a derramarse. La exploración del viernes confirmó una fractura de la cavidad del ojo derecho y una explosión del globo ocular", recoge AFPen declaraciones de la afectada.
Los médicos le han dicho que no habrá perdido la visión completa, pero sí parcial. Su marido asegura que los médicos le han advertido de que, cuando el edema sea reabsorbido, es posible que vuelva a ver formas.
Pese a que haya sido un accidente, Remande asegura que denunciará a la organización de la Ryder Cup para mejorar la seguridad del evento. Su crítica también va dirigida a los comisarios, ya que no se escuchó ningún grito de advertencia cuando la bola se dirigía al público. "Se debe mejorar la seguridad en los campos de golf porque no sólo está el espectáculo", asegura Remande.
Lost her sight in one eye but #BrooksKoepka feels a signed glove will smooth it over pic.twitter.com/AuBz080fqi
— Golf Golf (@GolfMoan) October 2, 2018
Brooks Koepka se sintió culpable tras el suceso y, a modo de recompensa, decidió regalarle su guante autografiado. "No quieres golpear a nadie en la cara, y menos a una mujer. No es una buena sensación. Es difícil controlar una bola de golf, especialmente a 300 yardas de distancia. Puedes gritar, pero no importa, porque a 300 yardas no puedes oírlo", aseveró.