El waterpolo español está rompiendo moldes en los Mundiales de natación, que se disputan estos días en Gwangju (Corea del Sur), y sus dos equipos lucharán este fin de semana por la medalla de oro. Primero fue el equipo femenino de Miki Oca el que lograba el pase a la final tras superar con claridad a Hungría (16-10). Apenas 24 horas después, el conjunto masculino que dirige David Martín superaba por un ajustado 6-5 a Croacia, la campeona del mundo y subcampeona olímpica, para volver a meterse en una final mundialista diez años después.
El equipo femenino español se medirá este viernes a Estados Unidos, el equipo imbatible de Adam Krikorian, a partir de las 12:30 (hora peninsular española), mientras que los de Martín lucharán el sábado (12:30) por el oro frente a la potente Italia, que ha superado en su semifinal a la también correosa Hungría (10-12).
Este jueves, la selección masculina lograba su pase a la final gracias a una defensa de manual y a la portentosa actuación del meta Dani López Pinedo. Los de David Martín superaron a los croatas en todas las facetas del juego y sólo permitieron la reacción de los balcánicos cuando el partido estaba decidido con 6-3 a minuto y medio del final del partido.
De esta manera, España vuelve a jugar una final mundialista diez años después —la anterior fue en Roma 2009—, una travesía larga, pero que ha finalizado con la llegada al banquillo de David Martín. El nuevo técnico ha insuflado otro carácter al equipo, que se siente ganador, que tiene un físico portentoso y se ha encontrado con el mejor Dani López Pinedo en tiempo. El portero español finalizó con un 64% de acierto, aunque durante muchos minutos bordeó el 80% de paradas.
Tercera final mundialista para España
La selección femenina de Miki Oca también está de enhorabuena porque, además de lograr el billete para la final, también obtiene su clasificación automática para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. El miércoles, en la piscina de Gwangju, España dio una lección de juego defensivo y ofensivo, una superioridad incuestionable frente a un rival de prestigio como es Hungría, un derroche físico y un ejercicio de solidaridad, cimentado en el juego de las lanzadoras y el trabajo de las boyas.
Será la tercera final mundialista de España, ganadora en 2013 en Barcelona, que perdió hace dos años en Budapest y que vuelve de nuevo a estar ahí arriba. Se reinventa el equipo de Oca con nuevas jugadoras y el equipo no para de mejorar.
La salida de Roser Tarragó, de vuelta al equipo tras cuestionarse ella misma su papel en el waterpolo en los últimos tiempos, fue clave en el conjunto español. Tarragó firmó cuatro goles, al igual que Judith Forca, mientras que Anni Espar y Bea Ortiz lograron dos cada una. En total, doce de los 16 tantos del equipo de Miki Oca, que pide concentración para la final ante el imbatible equipo estadounidense de Adam Krikorian.